En esta obra se presentan los aromas y las coplas de una época; es la vida plasmada en páginas. A través de episodios breves pero significativos, se narra la historia del protagonista, quien va acumulando matices que, al final, esbozan con carboncillo el relato de un perdedor digno: una persona que, con orgullo y entereza, logra resistir en un contexto de decadencia y en un entorno sociocultural que mezcla lo áspero con lo bucólico y campestre. Se trata de un individuo anónimo que vive en la España rural del sur durante los años 20, enfrentándose a la lucha por su supervivencia. Un soñador que lleva consigo las cicatrices de la guerra africana y el peso de un país en declive. Caído de este lado… ¿fue por casualidad o porque era mejor que el otro? ¿Por qué este título? Lo de 1927 es una referencia rápida, inmediata, a la época a la que se refiere la narración. Son los años 20’, es el sur de España, el mundo rural, el pequeño pueblo agricultor y en una sociedad en claro declive. El apellido: “Caído de este lado”, hace referencia a esa cierta dosis de existencialismo que impregna la novela. El protagonista, que participa, y sobrevive, en la guerra del Rif y que arrastra a lo largo de su vida aquella mala experiencia, no termina de decidirse, dada su vida tan penosa, llena de rumias y remordimientos; ante la cuestión, que le viene acompañando, de si quizás no hubiese sido preferible haber caído en aquel lado, haciendo referencia a la guerra, en donde tuvo oportunidades de haber caído. En el antiguo Egipto la higuera significaba la vida y la muerte, en la Biblia es maldita… ¿qué significa este árbol para el autor? La higuera es la fruta, es el alimento, es el árbol que provee. Pero también es la casa, lo doméstico, la cercanía, la intimidad. En muchos patios de muchas casas había una higuera plantada. Quizás venga a evocarnos el calor del hogar, lo íntimo de una casa, de una familia, lo privado, lo propio, lo particular. ¿Cuáles son los elementos simbólicos que utiliza en esta obra? Uno de los más llamativos quizás sea ese poder, mágico, de dar vida al barro que algunos personajes poseen. Que viene, entre otras cosas, a simbolizar ese vínculo invisible que une a una familia, generación tras generación; ese ADN, o esos genes, que se transmite de forma curiosa, también caprichosa; virtudes y defectos que se alternan, apareciendo y desapareciendo en las distintas generaciones, que se ocultan y más adelante vuelven a surgir. Son esos gestos indiscutibles que les unen, el parecido caminar, el indicar con el dedo tan igual. Todas esas cuestiones que nos dan sentimiento de familia, de tribu me atrevería a decir. Describe vivencias en un mundo rural y algo aburrido… ¿cómo puede transmitir magia de lo cotidiano y anodino? El ser humano es imaginativo por naturaleza. Y contiene inquietudes, anhelos y necesidades mentales de creación artística… Además de una fuerza interior imparable por la supervivencia. Por ello, es capaz de adaptarse a cualquier circunstancia y hacer del defecto, virtud y de lo anodino, magia. ¿De dónde le vienen esas vivencias? ¿Se basa en un pueblo real, en gente que conoció, acaso? La ficción parte de realidades, almacenadas en el saco de la experiencia del autor, a dónde introduce la mano para sacar personajes, lugares, olores, colores… Son cosas que se han escuchado o leído. Además, es mucha la documentación manejada para poder escribir esta novela: mucho estudio y mucho texto leído. También el conocimiento directo, la manifestación directa de los mayores. Al respecto del pueblo, puede ser cualquiera, pero es indudable que mantiene parecido con los muchos que nos rodean en donde vivimos: Andalucía, Jaén, Úbeda… Es más complicado transmitir sentimientos, emociones… en un relato corto, ¿por qué elige este género? En primer lugar, es motivado. La trama narrativa motiva que la novela sea escrita así. No abundamos más en el tema. Por otro lado, he querido que el estilo literario de la novela bebiera las corrientes decimonónicas: Romanticismo, realismo, naturalismo… Y también del realismo mágico del siglo XX. Y del XXI, yo he querido aportarle al estilo de la novela la concisión, la precisión, el ritmo vertiginoso de nuestro tiempo. Una novela adaptada a las prisas de este siglo. "La literatura es un medio ideal para evacuar pesares y compartir sentimientos"¿Cómo entiende la escritura? Placer, catarsis, necesidad… La entiendo como todo eso a la vez. Para mí, es un medio ideal para evacuar pesares y compartir sentimientos. Ideal para expresarme, para decir casi todo lo que necesite decir. Lo que me provoca placer, como me lo provoca también lo egocéntrico de poder disponer de vidas ajenas, las de mis personajes. La escritura me hace bien. ¿Cuáles son los temas centrales con los que quiere que se quede el lector? En esta novela: con la epopeya, con la heroicidad, con la gesta de todos aquellos, nuestros antepasados, que tuvieron que sentarse a la mesa con las peores cartas. Con el protagonismo de los menesterosos, tan bien dibujados por Zabaleta. Con el hecho de que, bajo mi punto de vista, protagonistas somos todos. Que todos tenemos adjudicados un papel, muy secundario quizás, pero que al fin todos somos artistas en esta vida.
¿Cómo es su proceso creativo? ¿Qué le inspira? Un millón de cosas, o ninguna. No sabría decir. La cuestión de la inspiración es algo de lo que desconozco su mecanismo, su origen, su forma de proceder… En esta novela, tuve la fortuna de encontrarme con el personaje ejercitando mi escritura. En una de esas mil historias que se nos viene a la cabeza cuando nos sentamos frente al folio en blanco, me visitó este personaje y le tuve que hacer una novela. Desde el primer momento supe que le iba hacer una novela. Y bajando un poco más a lo concreto, es mi humilde reconocimiento a todos aquellos que luchan y que no tienen una vida fácil. ¿Su obra podría calificarse de prosa lírica? El lector puede encontrar en 1927 poesía, magia, lirismo… pero también muerte, quejío, dolor… ¿Cómo lo conjuga? Lo que más se describen son sentimientos. Y nosotros concebimos literariamente el sentimiento desde el lirismo. He querido que sobre la novela sobrevuele la música, las coplas, el ritmo y la armonía. Y entonces la prosa se hace lírica. El “quejío”, el dolor, es consustancial a una vida penosa, la rural de aquella época; y la muerte está al final de todas las cosas. ¿A qué tipo de lector dirige su obra? A todos. Creo yo que se trata de una novela con diferentes niveles de lectura. El lector elige con qué se queda y hasta donde quiere profundizar. La escribí pensando en que fuese un deleite para el lector cuidando la palabra, el ritmo y la melodía. También pensando en que fuese profunda e invitara al lector, si así lo estimara, a darle una vuelta a esto que llamamos existencia. También en que fuese una lectura evocativa, que hiciera al lector rememorar a sus antepasados, pensar en el arraigo de una familia, en el calor del hogar… ¿Detrás de cada persona, aunque nos parezca insignificante, puede haber una gran historia? Efectivamente, todos participamos en este gran reparto de la vida, y aunque sea de forma muy secundaria, todos desarrollamos un papel fundamental en esta trama. ¿Intenta dar voz a los que no la tienen, o creen que no han hecho nada extraordinario? Aparentemente podría parecerse que no han hecho nada extraordinario. Jamás besaran a la princesa por mucho que se alargue el cuento. Pero no todo son castillos y cortes pomposas en esta vida. Lo más importante para usted de 1927… Que al lector le llegue la autenticidad de los sentimientos expresados en la novela, que los reconozca francos. Puedes comprar el libro en:
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