Cumplimos los deseos del moribundo, pero a sus espaldas, o en su agonía, sin que él se entere, nos enfangamos en una relación que puede que, finalmente, nos perturbe. Al término del viaje, nuestros anhelos no calmarán la sed y descubriremos que todos somos finitos. Una historia de títeres y humanos, o viceversa. Donde los muñecos salen a la luz y la representación de los seres humanos, arrinconada, encogida, escuálida, en la mezquindad de las, supuestas, buenas acciones. NATALIA es un susurro de palabras en off que buscan el corazón de un relato en primera persona, y acaba siendo una sorpresa, camino hacia Talpa, Juan Rulfo atrapando las reflexiones en voz alta de un itinerario que solo conduce a la muerte. NATALIA es un montaje teatral, poético y creativo, cuyos personajes de títeres consiguen hacernos abstraer de una realidad que sucede a menudo. Sabemos lo que va a ocurrir, pero no cómo terminará todo. NATALIA es Ana Luz de Andrés, con Jaime Santos, con Juan Rulfo, con La Chana Teatro, que nos traen esa línea poética, ese Llano en llamas, que nos traslada a Talpa, a la tierra, donde la cura será la muerte. Delicado montaje, amargura de vivir, esperanza de seguir viviendo, objetivo cumplido, pero despedida, abocados a la tragedia de la existencia efímera, a lo imprevisto pero conocido, a lo enigmático y doloroso, al trajín del vivir cada día, de los días transcurridos, en cine se diría road movie, un destino que llega a ser el remordimiento de lo sucedido. En Ana Luz de Andrés hay una prolongación de su cuerpo con los muñecos, y una extensión aún más grande con la voz de Jaime Santos, que se convierte en una segunda piel, en el propio cuerpo que no existe, en el espíritu que vuela hasta el patio de butacas y revoca y refleja sentimientos, desenvolviéndose en vidas ajenas que son nuestras, en el espectro de Tanilo y Natalia, su mujer, con la transitoriedad del hermano de Tanilo, donde ambos acabarán estrechando horizontes porque el espíritu del finado, sin forzar situaciones, conseguirá que el remordimiento, la distancia, la negación, pase a formar parte de sus vidas. Parecen pequeños estos personajes, pero son grandes y sobradamente animados, con vida propia en medio de un silencio que se hace notorio. Aquí no habrá más milagro que el de entender esta situación, estos hechos que no serán extraordinarios, sino cotidianos, sencillos, nada que llame excesivamente la atención, excepto la ejecución de esta puesta en escena, donde sí nos sentimos sorprendidos, no por el desenlace, sí por la forma en la que está expuesto tan gran relato. FICHA ARTÍSTICANATALIA Texto: Juan Rulfo Adaptación, dirección, construcción de títeres y voz en off: Jaime Santos Reparto: Ana Luz de Andrés Música: Pep Pascual Diseño iluminación: María Lesmes Vestuario: Patricia de la Cruz Producción: La Chana Teatro Espacio: Teatro de La Abadía – Sala José Luis Alonso
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