En las salas del Renacimiento del Museo del Prado, un extraño personaje se acercó a Javier Sierra en 1990. Este individuo le reveló la existencia de una comunidad secreta que había estado dedicada durante siglos a la protección de una selección de obras, las cuales funcionaban como un portal entre diferentes mundos. Este encuentro inesperado inspiró la creación de "El maestro del Prado" (Planeta, 2013).
Desde aquel momento, la búsqueda del autor por reencontrar a ese individuo se ha convertido en una obsesión. En este proceso, ha revelado la existencia de un sutil "plan maestro" que confiere al arte un significado trascendental. Este plan, cuidadosamente cultivado durante siglos por enigmáticos maestros, ha transformado a la humanidad desde su interior, alcanzando límites inesperados. Algunos mitos los describen como dioses instructores, mientras que otros los conocen como daimones; también son referidos como ángeles o espíritus. Lo que todos ellos comparten es el impacto de sus ideas en nuestra especie, contribuyendo con avances en áreas como la agricultura, la astronomía, las matemáticas y la expresión artística. Sin embargo, surge la pregunta: ¿quiénes son realmente "ellos" y cuál es su propósito?
Hace veinticinco años que Javier Sierra (Teruel, 1971) empezó a buscar respuestas a grandes preguntas a través de la escritura. Desde entonces no ha dejado de dar sus libros a imprenta. Tras ganar el Premio Planeta con El fuego invisible, se convirtió en el único autor español cuyas novelas han llegado al top ten de los más vendidos en EE. UU. Con El plan maestro se enfrenta a las grandes preguntas sin resolver sobre quiénes han de ser los guardianes del arte, en un libro que se lee con la devoción de quien cree en el arte como un ente transformador. Autor de obras tan populares como La cena secreta, El maestro del Prado, La dama azul o El ángel perdido, su literatura se lee hoy en 44 países. Es hijo predilecto de su ciudad natal y la biblioteca pública de Teruel lleva su nombre.
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