Frida Kahlo escribía, pintaba, vivía la vida y sufría, se rompió, la compusieron de nuevo, pero no otros, ella misma, supo poner sus huesos al sol y avanzar hacia adelante.
No nos hablan en Rota: Frida frente a Frida de su biografía, de su accidente, de su relación con el pintor Diego Rivera, o de su papel dentro de una sociedad en la que tuvo que enfrentarse a los convencionalismos de las mujeres, sino de todas sus ideas, de sus sentires, de sus emociones, de sus pensamientos, de su rebelión contra aquello a lo que estaba abocada.
Con guion y dirección de Asu Rivero, afronta este montaje desde la memoria. Desde el más allá, sin que se haya ido del todo, como así ha sido. Nos da su visión de lo que fue y lo que pensaba y de lo que ve ahora, aunque esté encorsetada en un purgatorio de recuerdos. La acompaña Casilda, su amiga imaginaria, que no quiere hacer ruido, que pondrá voz también a sus sensaciones, que la apoyará en esta transición imperecedera.
Con su ayuda la desencorsetará, en un vuelo en blanco de palabras y canciones, de movimiento coreográfico realizando, de esta manera, una extraña pintura y una delicada escritura.
Nunca podrá Frida pasar desapercibida. Brillará en su legado, en sus pinturas y sus decires, en su propia imagen icónica, para continuar creciendo, en cada situación donde se ningunee a las mujeres.
Vemos, en el espectáculo, crecer su figura, cómo en cada sentencia habla de ellas y de nosotros, “si quiero la luna, me la bajo yo solita”.
Tiene varias partes el montaje. Comienza con el cuerpo finado de Frida, Muerte, interpretada por Luciana Drago, para después hablarnos del Dolor, porque una vez fallecida, no desaparecida, que es otro concepto, el dolor sigue doliendo, lo que fue lo es para toda la vida y para toda la muerte. Continúa la propuesta con el Amor, el amor a sus creencias, el amor a sí misma, el amor a sus pinturas y su arte, el amor a Casilda, Raquel Sánchez, y a quien era capaz de comprenderla. Y de ahí, viene el Arte, las experiencias diferentes, romper moldes, sentirse objeto de deseo de una misma, creer en la verdad de sus ideas. Para renacer a esta Vida actual, donde no ya, por fin, tiene un hueco, ya es una convicción profunda, un referente, una indicadora de que una mujer no se debe reducir a lo que otros esperan de ella.
Frida Kahlo ya es un lugar común, y por eso hay que celebrar esta fiesta, a pesar de los tópicos mexicanos de mariachis y cerveza Coronitas, de jalapeños, de los tacos, de las calaveras y el día de los muertos, de las rancheras o los corridos.
Frida está frente a nosotros, y habla el idioma de la universalidad.
FICHA ARTÍSTICA
ROTA: FRIDA FRENTE A FRIDA
Autora y directora: Asu Rivero
Reparto: Luciana Drago y Raquel Sánchez
Iluminadora: Nuria Henríquez
Escenógrafo y figurinista: David Utrilla
Asesores de dramaturgia: Quique y Yeray Bazo
Producción y Comunicación: Cuarta Pared
Espacio: Cuarta Pared