“Las niñas que entregaban a esa institución aprendían a tocar diferentes instrumentos o a cantar en el coro. Cuando me encontré con esta historia decidí escribir una novela sobre esta mujer. Creo que no lo hubiese hecho si yo no procediese de una familia de músicos. Yo aprendí, desde niña a tocar la flauta y el piano. Sin esos conocimientos, creo que no hubiese podido escribir esta novela”, cuenta la escritora nada más comenzar nuestra conversación. Harriet apunta que “al lector, después de leer la novela, creo que le quedará claro que Ana María no solo era un prodigio musical, sino que además debía ser una mujer bandera”. Una maravilla de persona que dedicó toda su vida a la música. “Esto me hizo que empezase a ivestigar sobre el periodo en el que vivió, finales del siglo XVII y comienzo del XVIII. Pasé muchos días en la Biblioteca Británica documentándome sobre el periodo en el que vivió. Fue un auténtico regalo poder dedicar mi tiempo a obsesionarme con esta historia”, abunda la escritora. “Mi estrategia en el proceso de documentación se cimentó en construir un cuerpo de investigación en el que incorporé cuanto más material posible y luego inyectar mi imaginación en aquellas brechas que quedaban, en aquellos espacios vacíos en los que no contaba con suficiente información. Mi investigación se dividió en dos segmentos: el primero fue pasar un par de días a la semana en la biblioteca sacando libros e intentando descubrir los hechos verdaderos. Leí biografías sobre Vivaldi y la República de la Música y el segundo fue pasar un mes en Venecia para empaparme de la atmósfera de esa ciudad, que en aquel entonces era la ciudad más poderosa y emocionante de la época”, desgrana Harriet Constable. En la esplendorosa ciudad de los canales, la desesperación y la miseria nunca están lejos y las niñas son abandonadas a diario en el Ospedale della Pietà. Anna Maria sabe que es diferente de las trescientas niñas que crecen dentro de las paredes del orfanato. Obsesiva y talentosa, se ha propuesto convertirse en una célebre violinista y, en su mundo desbordante de color y sonido, parece que nada podrá detenerla.
Pero las oportunidades no abundan para las niñas huérfanas, así que cuando Vivaldi la selecciona como su estudiante predilecta, Anna Maria sabe que debe hacer todo lo que esté en su mano para impresionar a este genio de trato difícil. A medida que su estrella se eleva y amenaza con eclipsar a su mentor, el sueño que ha perseguido con tanta determinación se ve en peligro... “Yo quería saber qué supuso para Anna Maria pertenecer a esta institución, a ese orfanato. ¿Qué hubiese sido de su talento si no hubiese tenido esa oportunidad? Uno de los detalles más tristes que descubrí sobre la Pietà fue que una de las razones por las que existió era que cada año cientos de niñas eran arrojadas a los canales venecianos para que se ahogasen. Eso me impresionó muy fuertemente”, recuerda la documentalista londinense. “Vivaldi me ha decepcionado y se aprovechó de estas niñas huérfanas”“Gracias al proceso de documentación, he podido descubrir algunos hechos realmente deliciosos como que Vivaldi compró una viola a Anna Maria y que se aprovechó de estás niñas, tanto como instrumentistas como compositoras”, nos sorprenda Harriet y añade “comencé a entender cómo de vitales eran estas mujeres y cómo las utilizó para sus composiciones y conciertos”. Harriet Constable creó una playlist de música de la época que escuchaba cuando escribía; además, comenzó a tomar clases de violín. “Así me imbuí en una época que me encantaba. Aprendí cómo funcionaban estas huérfanas en la escena”, señala. Reconoce que fue durante el tiempo de la pandemia cuando dio el paso para escribir la historia de Anna Maria. “Quise contar una historia poco conocida sobre las mujeres. Entonces, comencé a escribir unas historias reales y sincronizadas de personas remarcables. Lo que me dio paso a la ficción histórica”, analiza. “Para mí, fue antes la música que la escritura, pero la literatura me ha suscitado siempre interés y empecé a trabajar mis habilidades literarias”, puntualiza y agrega “no podría elegir entre la música y la literatura. Amo a ambas y me traen mucho a mi vida. Por eso, siempre invito a la gente a escuchar, especialmente la música clásica, en sitios naturales. Es algo sublime”. Para finalizar, rememora un detalle que la conmovió profundamente. “Sin ese orfanato, muchas niñas hubiesen fallecido ahogadas en los canales venecianos y no hubiésemos descubierto el talento de esas mujeres. Podemos decir que Ana María habría muerto y nunca hubiésemos descubierto su talento. Entonces, yo creo que esta fórmula de suerte y talento da lugar a una historia que es preciosa, especial y también muy rara desde una perspectiva histórica. El talento unido a la ambición y el esfuerzo hicieron de Anna Maria una mujer muy especial”, concluye la autora británica, gran enamorada de la música y la literatura que ha ficcionada. Harriet Constable es periodista, escritora y documentalista londinense. Creció tocando la flauta, el piano y cantando con su madre, cantante y pianista de formación clásica. Licenciada en Filología Inglesa por la Universidad de Birmingham, asistió a la escuela de cine de verano en la Universidad de Columbia y recibió la Beca Pulitzer. Trabajó en el Financial Times antes de pasar varios años en África. Su trabajo periodístico y documental se ha publicado en medios como The New York Times, BBC, The Guardian, The Times, NPR y The Economist, y ha sido nominada a diversos premios de periodismo. Formó parte del equipo del documental 9/11: Inside the President’s War Room, que ganó un premio BAFTA. Ha coescrito la guía de viajes Rough de Kenya. The Guardian la ha destacado ya como una de las mejores nuevas autoras de 2024. Puedes comprar el libro en:
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