Las noticias sobre la Atlántida provienen del relato del filósofo Platón de Atenas, tanto en su obra titulada ‘Timeo’ como en el ‘Critias’, y que forma parte de uno de los Diálogos del mencionado intelectual. Su espantoso y pavoroso final es descrito, con todo lujo de detalles, en la obra Timeo, que refiere el catastrófico final de una polis similar a Atenas. La editorial Almuzara se está colocando a la cabeza de las obras de Historia. Hace ya más de dos mil quinientos años que el filósofo ateniense Aristocles, llamado Platón por su fenotipo de fuerza y poder físicos, y la anchura de su espalda, que elaboró dos diálogos muy misteriosos sobre una supuesta y críptica entidad política que, existente en el Mediterráneo occidental entró en conflicto bélico insoluble con otras potencias del homónimo oriental, y esa guerra produjo, en un día y una noche, la desaparición de esa Atlántida, siendo las causas su imperialismo voraz y su afán de allegar todo tipo de riquezas. A partir de este instante y relato de Platón, el hecho narrado ha conllevado todo tipo de interpretaciones, desde la crítica más básica referida a que lo relatado por Platón es falso ad integrum. Desde el Renacimiento hasta la actualidad, el asunto histórico o historiográfico sobre la Atlántida ha tenido múltiples acercamientos. En la Antigüedad serían los intelectuales de los campos de la Historia, de la Geografía y de la Filosofía, los que se habrían ocupado de este tema histórico tan atrayente. En la actualidad el nivel intelectual ha disminuido, y los arribistas se han incorporado al hecho analítico. Estimo muy interesante el texto del cronista de Indias, Fray Bartolomé de las Casas (1527), quien refiere que una parte del territorio descrito por Platón de Atenas hubiese escapado del cataclismo que conllevó su desaparición, y que parte de la tierra firme que refiere el filósofo fuese América: “… razonablemente pudo Cristóbal Colón creer y esperar que aunque aquella grande isla fuese perdida y hundida, quedarían otras, o al menos la tierra firme, y que buscando las podría hallar”. La Atlántida, calificada ya, en la actualidad, como el continente perdido, está conformada por toda una serie de interpretaciones del original platónico, que en múltiples ocasiones complican mucho la cuestión. Todo parte del momento en el que es más que necesario encontrar el hecho físico y geográfico de este continente tan extraño y maravilloso. En el siglo XX y XXI se ha pretendido incardinar el hecho atlantístico dentro de un análisis científico, que indica que sí existió La Atlántida, y que Platón no creó un mero hecho fabulístico o críptico. “Y no se nos ocurre mejor hilo de Ariadna que el que podemos hallar volviendo a la fuente, dialogando a través de ella con Platón para averiguar lo que realmente dijo y a partir de ahí establecer tanto una serie de criterios que nos permitan juzgar hasta qué punto las distintas hipótesis hasta ahora vertidas se corresponden con lo narrado por el ateniense como una contrastación entre lo dicho en la fuente y hechos geohistóricos y culturales objetivos”. Si se decide utilizar la fuente primigenia, que es la de Platón de Atenas, es preciso estudiar cada una de sus afirmaciones, desde las que nos favorecen intelectualmente hasta las que nos parecen más disparatadas y absurdas. De esta forma, podremos realizar un relato historiográfico sobre lo que de verdad encierra el concepto de La Atlántida. Asimismo, es preciso aceptar todo el trabajo de investigación realizado por esa pléyade ingente de estudiosos que se han acercado al hecho. «La historia de la Atlántida permanece para muchos envuelta en las brumas de la fantasía, desterrada al terreno de la literatura o, cuando más, reducida a la categoría de fábula legitimadora de teorías románticas varias. Este libro es resultado de una investigación realizada en la frontera del paradigma actualmente vigente en las ciencias históricas, en la que, utilizando una metodología científica y tras emprender un recorrido por la suerte que ha corrido el relato platónico sobre la Atlántida a lo largo de veinticinco siglos, el autor nos invita a sumergirnos en la apasionante tarea de discernir qué hay de leyenda y qué de realidad histórica en lo que nos refiere Platón. Para ello nos propone un regreso al texto del pensador griego y una contrastación del mismo con hechos geohistóricos y culturales objetivos. Producto de esa investigación extraordinaria se nos descubre de modo racional, oculta tras el velo del mito, la existencia de una civilización en Occidente que desde su epicentro en el golfo de Cádiz extendió su influencia por el litoral atlántico europeo y norteafricano, alcanzando islas del océano e incluso territorios del continente americano por el oeste y llegando hasta la isla de Creta por el este. He aquí la realidad histórica que Platón nos señaló, la civilización del Atlántico que puso en contacto las culturas del Viejo y del Nuevo Mundo. Atlántida, la luz de Occidente». Aristocles de Atenas vivió entre los años 428 y el 348 antes de la era cristiana. Vivió hasta más o menos ochenta años. Su familia era noble y acomodada, y dentro de sus antepasados estaba, nada más y nada menos, que Solón de Atenas. Por consiguiente, era un hombre de un nivel cultural superior, que lo había permitido su economía familiar. Se educó como la aristocracia de la época, yendo al gimnasio, y estudiando mitología griega, poesía y elocuencia. En el año 387 a.C. funda la famosa Academia ateniense, que podría ser considerada como la primigenia Universidad del Occidente europeo. Para finalizar esta extraordinaria obra, indicaré que: “Arrastra Platón la deformación histórica que el cristianismo realizó al interpretar su pensamiento a través de la obra de Agustín de Hipona, convirtiendo su concepción hermenéutica, basada en la existencia de una explicación racional bajo la corteza fáctica del mundo, en un abismo prácticamente insalvable entre el mundo de las ideas y el mundo físico. Solo en el contexto de esa falsificación ahistórica del pensamiento platónico puede hablarse de un mundo real, el de las ideas, y un mundo ilusorio, el físico. Y solo de semejante marco ideológico puede inferirse que los hechos del mundo físico son irrelevantes y su verdad o falsedad carece de significado sustantivo pues solo sirven como alegorías del otro mundo, el realmente verdadero”. Para Platón existe una evolución gradual entre el nivel de los conocimientos, por todo ello estimo, modestamente, que Platón de Atenas sí creía, de forma consciente y coherente, en el relato de la Atlántida, casi a pies juntillas, y, por lo tanto, de este modo y manera, lo transmitió a la posteridad. Si se hubiese equivocado, nunca falseado, es muy probable que él fuese el primer sorprendido. Por todo lo que antecede, recomiendo, sin circunloquios, este libro que analiza ese fenómeno de La Atlántida, que siempre ha interesado a los seres humanos que utilizan la cultura y el conocimiento como forma habitual de evolución. ¡Obra estupenda! «Quam diu etiam iste furor tuus eludet nos? ET. Labor omnia vincit». Puedes comprar el libro en:
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