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El satanismo como herramienta política: un análisis histórico por Javier Cavanilles

“El satanismo es patrimonio de los cristianos; la mayoría de satanistas son ateos”
miércoles 25 de septiembre de 2024, 08:07h
Satanismo. La historia del culto al mal
Satanismo. La historia del culto al mal

El nuevo libro titulado “Satanismo. La historia del culto al mal” ha sido publicado recientemente por la editorial Almuzara. Su autor, el periodista y escritor Javier Cavanilles, realiza un profundo análisis sobre la evolución del satanismo, abarcando desde sus raíces en Babilonia hasta su establecimiento en el siglo I de nuestra era, coincidiendo con el surgimiento del cristianismo.

Este volumen también pone especial énfasis en el concepto de ‘La Sinagoga de Satán’, que se menciona por primera vez en “El Apocalipsis”, y que se considera fundamental para las teorías modernas de conspiración. Cavanilles sostiene que el origen de este concepto es una forma de cumplir con una agenda ideológica específica: “no es más que una manera de satisfacer una determinada agenda ideológica, en este caso para demostrar que todas las versiones del judaísmo que no sean las que se derivaban de las enseñanzas de Jesús de Nazaret están equivocadas. Y es que el satanismo no tiene nada que ver con lo sobrenatural, sino que nace como una necesidad política”.

El periodista añade: “Al cristianismo, aunque le cueste reconocerlo, es una religión politeísta, que tiene mucho que ver con los cultos paganos de los que tanto ha abominado a lo largo de su historia. La figura de un dios bueno, un ente nacido de la imaginación de los hombres, es incompatible con la existencia de un mundo en el que el mal campa a sus anchas. De ahí la necesidad de contar con otro dios del mal al que echarle las culpas; por lo que el satanismo, la creencia y el culto al demonio, es patrimonio de los cristianos, ya que la mayoría de satanistas son ateos”.

Este libro también aborda la historia del culto a Satán desde la misma perspectiva analítica aplicada a otras religiones, presentándolo como una forma de pensamiento justificada por las necesidades políticas del momento en que surge —similar a lo ocurrido con el monoteísmo— y cómo evoluciona según las exigencias del poder vigente. En este sentido, Cabanilles argumenta que los elementos sobrenaturales tienen un papel mínimo en esta narrativa. Esto ayuda a entender por qué durante la colonización de América por parte de los españoles y posteriormente por los ingleses, el concepto de Satán adquirió tanta relevancia.

Durante la Guerra Fría, el comunismo fue frecuentemente asociado con el satanismo

Además, Cavanilles señala que la historia relacionadacon el satanismo ha sido manipulada y reinterpretada a lo largo de los siglos, especialmente en contextos donde se necesitaba un chivo expiatorio para justificar persecuciones o guerras. Este fenómeno se observa claramente en la Inquisición, donde las acusaciones de satanismo se utilizaron para eliminar a disidentes y herejes bajo la premisa de proteger la fe cristiana. El autor también explora cómo el satanismo ha sido utilizado como herramienta política en diferentes momentos históricos. Por ejemplo, durante la Guerra Fría, el comunismo fue frecuentemente asociado con el satanismo por parte de los sectores más conservadores, creando una narrativa que ayudaba a movilizar a la población contra un enemigo común. Esta asociación entre el mal y ciertos movimientos políticos o ideológicos resuena hasta nuestros días, donde diversas teorías conspirativas continúan vinculando al satanismo con élites políticas y económicas.

Cavanilles no solo se centra en la historia del culto al mal, sino que también examina cómo las representaciones culturales del satanismo han influido en la percepción pública. Desde obras literarias hasta películas de terror, el satanismo ha sido retratado de maneras que alimentan miedos y estigmas sociales. El autor sugiere que estas representaciones a menudo desdibujan la realidad histórica del satanismo, presentándolo como un fenómeno monolítico y homogéneo cuando, en realidad, es un concepto complejo y multifacético.

Finalmente, “Satanismo. La historia del culto al mal” invita a los lectores a reflexionar sobre cómo las creencias y narrativas sobre el mal han sido moldeadas por intereses políticos y sociales. Cabanilles propone una visión crítica que desafía las nociones tradicionales sobre el satanismo y su relación con el cristianismo, sugiriendo que entender este fenómeno requiere una mirada más profunda a las dinámicas de poder y control social a lo largo de la historia.

Cavanilles señala que la llegada del cine y los cómics en el siglo XX, con su habilidad para forjar un nuevo folclore —lo que se conoce como ‘cultura popular’—, explica la aparición de la Iglesia de Satán y la influencia del ocultismo en movimientos contraculturales como el rock’n’roll. El libro “Satanismo. La historia del culto al mal” también examina los mitos asociados a esta religión, tales como la existencia de sectas dedicadas a adorar el mal, los peligros de los exorcismos, las supuestas redes pedófilas y su conexión con los juegos de rol. Al llegar al siglo XXI, Cavanilles observa que, aunque las religiones parecen estar en declive en Occidente, esto no ha impedido que la creencia en Satán se manifestara durante el asalto al Congreso de EE.UU. en 2020 y más recientemente en los discursos de líderes como Maduro o Putin. “A pesar de que el satanismo se vincula comúnmente con misas negras y sacrificios humanos, esta imagen no se establece hasta finales del siglo XIX y no se concretará hasta la fundación de la Iglesia de Satán. No obstante, la religión creada por Anton LaVey en los años 60 poco tiene que ver con los estereotipos que rodean esta creencia; estos son meras proyecciones de ideas cristianas que han circulado durante dos mil años”.

Javier Cavanilles (Valencia, 1969), periodista especializado desde hace más de dos décadas en fenómenos paranormales desde una perspectiva crítica y escéptica, es autor de obras como "Las Caras de Bélmez" (2007) y "El Tarot ¡Vaya Timo!" (2009). Entre 2009 y 2012 escribió el blog "Desde el más allá (más o menos)" para El Mundo y condujo el podcast "Más Allá (pero no tanto)" en Valencia Plaza entre 2018 y 2022. También colaboró regularmente en el emblemático programa "La Nit de l’Ornitorrinc", entre otros proyectos. En 2019 recibió el premio Pérez Cobo de periodismo otorgado por el Círculo Escéptico. Además, forma parte de The Satanic Temple y ha sido miembro desde sus inicios de la asociación Satanistas de España.

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