En el libro reivindica “la otra guerra” que lucharon las mujeres de pueblos y ciudades en la guerra civil ¿Qué le ha llevado a escribir sobre estas mujeres?
Se ha escrito mucho acerca de la guerra civil, pero la mayoría de las veces desde una perspectiva muy masculina y heroica. Nos olvidamos de que las mujeres, de todos los pueblos y ciudades, también hicieron la guerra: ellas lucharon contra las bombas, contra el hambre, tuvieron que mantener a sus familias mientras los hombres iban al frente. Esposas, hermanas, madres, hijas tuvieron que substituir en muchos casos a los hombres en el trabajo, se coordinaron desde la retaguardia para ayudar a los soldados a través de asociaciones y entidades de barrio. Las mujeres tuvieron que multiplicar-se, sobrevivir, reinventarse. Creo que les debemos un homenaje a la guerra que ellas también libraron.
Las mujeres tuvieron que hacer frente a muchas situaciones que jamás hubiesen imaginado, ¿Le ha costado encontrar testimonios y documentación de esta época que hablan sobre las mujeres?
Hay que recurrir a la memoria familiar y a los documentos domésticos que los descendientes han conservado para tener una buena idea de lo que vivieron.
En mi caso, he partido de las mujeres de mi familia. “Las chicas del barrio” es una novela inspirada en mi abuela Pilar y sus cuatro hermanas, que, de jovencitas, dejaron el campo valenciano para irse a vivir a Barcelona con su familia. Allí, en el barrio obrero de Sants, les tocaría vivir la dictadura de Primo de Rivera, el advenimiento de la Segunda República, la guerra civil y luego la terrible posguerra.
El proceso de documentación ha sido, para mí, un volcán de emociones, pues las descendientes de cada una de las hermanas me permitieron leer la correspondencia entre sus padres. Muchas piezas familiares encajaron.
¿Cuál de los hitos históricos de la novela destacaría?
Hay tantos... La novela recorre esa primera mitad del siglo XX que fue tan intensa.
Quizá destacaría dos momentos: la llegada de la República, a través de la cual las chicas se dan cuenta del mundo de nuevas posibilidades que se les abre; y el final de la guerra civil, cuando esas jovencitas de antaño ya se han convertido en las mujeres que serán a partir de entonces.
¿Cree que algunos de los capítulos de su libro podrían trasladarse a la época en que vivimos?
Desde luego, muchas situaciones y tics sociales han cambiado, pero hay algunas dinámicas que aún se arrastran. El hecho de que las condiciones laborales de tantas mujeres siguen estando por debajo de las de los hombres, los cargos de responsabilidad en las empresas, la voz de las mujeres no siempre se escucha con la misma atención...
Al mismo tiempo, hay situaciones cotidianas de la vida en el barrio que siguen dándose hoy: la importancia del cine como creación de referentes, la ilusión por la fiesta mayor de tu barrio, el grupo de amigos, los amores y desamores, la familia.
¿Podría decirse que la historia que cuenta en este libro tiene algo personal de usted o de su familia?
Como ya he explicado, el germen de esta novela es mi propia familia, una realidad a partir de la que he construido esta ficción. Las cinco protagonistas tienen la esencia de mis antepasadas, cada una tan distinta a la otra y al mismo tiempo una sola cosa. Me enamoraron.
Leyendo el libro da la sensación de que la vida de las mujeres era bastante difícil en la época. El libro aborda varios temas. ¿Cuál de todos le ha costado más escribir?
Las pérdidas familiares, los momentos de tensión entre algunas de las protagonistas, las situaciones terribles con las que se encontraron y por las que he llorado al escribirlas.
¿Es un libro con el final cerrado o este final da para un segundo libro?
El final del libro cierra el círculo de toda una época que les tocó vivir a mis protagonistas, pero podría seguir con un segundo libro, abordando otros temas y otra época no menos interesante que vino después.
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