Esta es la historia de unas tierras que emergieron de aguas poco profundas hace 300 millones de años.
Es la historia de violentas deformaciones del terreno, con deformaciones por elevadas presiones y altas temperaturas.
Es la historia de los granitos de la sierra, oprimidos entre dos placas terrestres, provocando el levantamiento de la Cordillera Central, hace 40 millones de años.
Es la historia de esta sierra de Gredos que sufrió erosiones por aguas torrenciales y por acción glaciar hace 2 millones de años.
Es la historia de los glaciares de la Sierra de Gredos qué con su peso de 250 metros de altura de hielo, se desplazaban desde los altos de la sierra hacia abajo durante kilómetros erosionando el granito sobre el que se sustentaban hace cien mil años.
Esta es la historia de neandertales que migraran a la costa hace 42.000 años.
Esta la historia de los primeros “homo sapiens” que vivieron en estas tierras gélidas y hostiles hace mas 35.000 años.
Esta es la historia del Paleolítico superior donde el centro peninsular fue un lugar inhóspito e inhabitable para las primeras poblaciones de Homo sapiens y de sus repetidos asentamientos, regiones inhabitables de los primeros pobladores de nuestra especie.
Esta es la historia de una región clave en la evolución humana, refugio de poblaciones paleolíticas.
Esta es la historia del pueblo vetton, que en el siglo V a.C. entró en la península ibérica cruzando los pirineos y extendiéndose hacia el sur llegando a ocupar gran parte de la sierra de Gredos.
Es la historia de un pueblo que se dedicaba a la ganadería y a la agricultura sin poseer la tierra. Aprovechaba la recolección de frutos secos salvajes.
Un pueblo que veneraba la naturaleza, el sol, la luna, la lluvia, la tierra, los ríos, la montaña y los animales.
La llegada de los romanos a la Península en el año 219 a C. fue su fin.
Esta es la historia del puerto del Pico qué desde tiempos prehistóricos, sirvió para conectar las dos mesetas.
Es la historia de las comunicaciones desde las tierras llanas de la Meseta Norte con las tierras del Valle del Tiétar.
Es la historia de una calzada construida por romanos, desde el siglo II a.C al siglo V d.C.
Calzada romana
Es la historia de pastizales de alta montaña, de roquedos, de bosques espesos de pinares, de robledales, de castaños, de bosque mediterráneo, de plantaciones de frutales.
Su clima, el agua, sus torrenteras y gargantas, sus fuentes, ríos y riachuelos y la tierra, hacen de sus huertos un vergel.
Es la historia de buitres negros, de águilas calzadas, de búhos reales, de halcones abejeros y de aves que habitan aquí durante todo el año y que descansan y reponen fuerzas en sus largas migraciones.
Es la historia del lobo y de la cabra hispana y de muchas alimañas que venían a saciar su sed a estas fuentes cristalinas, a estas aguas.
Es la historia de la trashumancia, subiendo y bajando los ganados desde los extremos a la Sierra a comienzos de verano, y desde la Sierra hasta los extremos a comienzos del invierno, bebiendo para calmar la sed.
Es la historia de la carretería, desde el siglo XV, y ruta de arrieros y comerciantes de Andalucía, La Vera, Talavera y Extremadura, que se detenían a beber y mitigar su sed y la de sus ganados en las fuentes del puerto del Pico.
Esta es la historia de Cuevas de Valle, aldea de origen medieval, pueblo que ha conservado su arquitectura tradicional con calles sinuosas y empinadas que evocan otros tiempos.
En el Casco viejo las calles con bajos de mampostería de granito sobre los que se alzan entramados de madera y ladrillo, con balcones volados de tabla recortada y grandes aleros.
Esta es la historia del pueblo más elevado de las cinco villas y el primer pueblo del Valle del Tiétar llegando desde el puerto del Pico, cuyo nombre se lo dieron las cuevas que hay debajo de las casas antiguas del casco viejo utilizadas como fresqueras o neveras.
El paisaje hace de Cuevas del Valle un lugar precioso en medio del camino que atraviesa Gredos y une Castilla-La Mancha con Castilla y León. Un patrimonio natural envidiable y un regalo para los sentidos.
Hablar de la belleza de las fuentes manando agua, como la Fuente de la Rubia, la del Puerto, o la de la Vaca, de las gargantas, de las torrenteras, de los manantiales, etc., de Cuevas del Valle, es difícil, muy difícil, quizás es más fácil dejarse sorprender al ver la imagen siguiente:
Ángel Villazón es Doctor Ingeniero Industrial y tiene una página web dedicada a la narrativa, al arte, a los artículos culturales, a la gastronomía, etc.., cuya dirección es: www.angelvillazon.com