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Bodegas Malacuera
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Bodegas Malacuera (Foto: Maudy Ventosa)

PORQUE NO HAY VIDA SIN PECADO…

Azucena del Valle nos sorprende hoy con sus amplios conocimientos vitivinícolas en su artículo "Porque no hay vida sin pecado..." Ya la semana pasada me llegaron comentarios de quién le había escrito el artículo sobre fútbol. ¡Eso es micromachismo! Que una mujer entienda del balompédico deporte es cada día más normal. Por eso, somos campeonas del mundo. Esta semana se ha ido a las bodegas de Malacuera invitada por sus propietarios. Se lo ha pasado tan bien que ha querido rendirles un pequeño homenaje por haber saqueado las mismas. !Tardaran años en recuperarse del estropicio que les hizo!

  • Bodegas Malacuera

    Bodegas Malacuera

- ¡Y que lo digas Puri! En Bodegas Malacuera afirman con rotundidad que siguen con las enseñanzas heredadas de los dioses para crecer, con esmero y una cuidada selección de las uvas, los placeres más canallas.

- ¡Ya les vale! Lo que en algunos países significa algo así como mala mujer, en Castrillo de Duero -Valladolid-, es símbolo de buen hacer y vinos de calidad, porque allí nacen los más canallas. En plena Ribera del Duero y casi a la sombra del Castillo de Peñafiel, se encuentra esta tierra que ofrece unos frutos con temperamento y mucha personalidad debido al frío y al característico clima de la zona, como nos explicó Carlos Rodríguez, conocido en el mundo taurino por sus malos amigos como “El Chivador”, uno de los tres responsables de esta bodega. Magnífico anfitrión, por cierto.

- ¡Menudos tres diablillos!, junto con el enólogo Ángel Luis Margüello, son los encargados de mimar estas viejas cepas arraigadas en la comarca ribereña del Valle de Botijas, preñadas de frutos terrenales, hasta alcanzar la madurez de unos vinos, con esencia y carácter; buena manera de concebir el mejor de los placeres y la mejor excusa para la trasgresión.

- ¡Cómo nos gusta pecar, Vani! ¡Bien le dabas al porrón en las entrañas de la tierra donde se guardan los secretos de los vinos más pícaros y revoltosos de la zona! Vinos con encanto que elaboran para llegar a los paladares más traviesos y exigentes.

- ¡Y tú, tía, que empinabas sin chupar! Porque ya sabemos que chupar no es lo tuyo…

- No desbarres y sigamos con los caldos y la historia de Malacuera, que viene de largo, aunque los diablillos son jóvenes. Una auténtica joya en la Denominación de Origen Ribera del Duero.

- La historia de Bodegas Malacuera se remonta al siglo al siglo XVIII, cuando un grupo de viticultores decidieron unir sus fuerzas para crear vinos excepcionales. Desde entonces, la bodega ha pasado de generación en generación, manteniendo siempre la pasión y el compromiso con la calidad.

Con más de 150 años de experiencia, Bodegas Malacuera ha sabido adaptarse a los cambios y evolucionar sin perder su esencia. Cada botella de vino que sale de sus instalaciones es el resultado de un cuidadoso proceso de elaboración, en el que se combinan técnicas tradicionales con la más avanzada tecnología.

- Pues no entiendo que en una tierra tan seca como esta se produzcan vinos tan endiabladamente exquisitos y en la mía, tan cercana, solo se den encinas y bellotas… Mismo clima continental…

- Tía, igual que tus bellotas, esta bodega se beneficia del clima continental extremo, con inviernos fríos y veranos calurosos, pero, además, si a estas condiciones le sumas suelos arcillosos y calcáreos, tienes unas uvas de excepcional calidad en las 100 hectáreas donde crecen sus vides. Variedades, la Tempranillo, la Cabernet Sauvignon y la Merlot. ¡Cultivadas a mano!

- Tradición e innovación. Malacuera es mucho más que una bodega. Allí, el vino se convierte en arte y cada botella cuenta una historia… Un legado ancestral que ha pasado de generación en generación hasta llegar a nuestros días. Todo está en el amor a la tierra y en querer deslomarse día a día dándolo todo en un oficio nada fácil siempre dependiendo de lo que caiga del cielo.

- Vino rico, rico, que fuimos catando sin piedad ya con el aperitivo y sin perder el control.

- ¡Joder! Gracias a los embutidos y a la tortilla de la madre de Carlos hecha con huevos de gallinas criadas a lo loco. ¡Me descubro, señora! ¡Exquisita!

- Píos píos en libertad, que todo lo confundes, Puri y eso que controlas. Empezamos con Malacuera Albillo, un vino explosivo en aromas a flores y a frutas de hueso. Un guiño a la frescura y la minerabilidad en boca con recuerdos cítricos intensos. Muy pícaro y juguetón con un final elegante, persistente y muy pero que muy sabroso.

- ¿Y qué me dices del Malacuera Clarete? Ya se sabe, cuándo el diablo se viste de rojo… lleva a tu copa el mejor de los elixires. Un vino diferente y canalla elaborado con una equilibrada combinación de las mejores uvas de las variedades Tempranillo y Albillo.

- Y Malacuera Roble, otro vino pícaro hecho a base de las mejores uvas seleccionadas de la variedad autóctona 100% Tempranillo. Si es que no lo hay como coger las uvas al estilo tradicional, aunque termines con dolor de riñones… Y no sigo, porque no es hora de empinar el codo y quedan más especialidades.

- Si del cerdo me gustan hasta los andares, de las vides hasta los sarmientos que se utilizan para asar chuletitas de lechal como las que catamos. Despacito y con amor las preparó Carlos para una concurrencia selecta, The Golden Girls, con Charlie de los Ángeles, el hacedor, y tres señores agradables y de buena conversación.

- ¡Un día magnífico para recordar! Y eso que nos fuimos antes del mus…

- Amenazamos con volver a pisar uvas…

- Tía, que eso es de una película y ya te estás viniendo arriba…

- Por si acaso, ¡Ahí lo dejo! Y a consumir Malacuera, que lo venden hasta en El Corte Inglés.

- ¡Cien por cien, tía! ¡Cien por cien!

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Bodegas Malacuera (Foto: Maudy Ventosa)
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