Un reguero de viudas, huérfanos, hermanos y amigas fue dejado por la ETA, una organización terrorista sin parangón en Europa. Estos familiares se encontraron desconsolados por muertes dramáticas y vilipendiados por una sociedad cruel, aterrorizada y, en muchos casos, cómplice que no supo o quiso mostrar el más elemental rasgo de piedad o empatía con ellos. El único pecado de estas víctimas era su parentesco con aquellos que la organización terrorista había marcado como objetivo antes de disparar un arma. Este libro único y brutal habla de los inocentes que sufrieron a manos de la metralla y del desprecio de una sociedad enferma y de un país acomplejado que no solo no defendió sus vidas, sino que tampoco supo consolar a sus familiares. A pesar de los numerosos intentos por relatar los años salvajes de la reciente historia de España, nunca antes se había abordado el fenómeno del día después como lo hace este libro. Tras la violencia llegó el exilio de las provincias vascas o, aún peor, la permanencia en un territorio hostil donde solo recibieron ausencia de empatía, desdén e incluso burlas. "Inocentes: Las otras víctimas de la ETA" narra la historia de héroes anónimos que resistieron y mantuvieron la dignidad de los fallecidos y de todos nosotros. ¿Qué es "Inocentes"? Para mí es una deuda pendiente con miles de personas olvidadas porque se ignora cómo intentaron vivir en un País Vasco próspero, huyendo de situaciones de pobreza o dificultades extremas. Esas personas eran felices hasta que la ETA chocó frontalmente con sus vidas en forma de asesinato de un ser querido muy próximo. El lector de este libro podrá descubrir historias desconocidas, reales e inéditas de un puñado de personas que simbolizan a un colectivo de miles. Por desgracia solo podemos documentar atentados, asesinatos, personas mutiladas, heridas o secuestradas. Pero las extorsiones son incalculables. Cuanto más investigo más encuentro las amenazas o el éxodo huyendo del acoso. En Inocentes se pueden leer cartas inéditas de extorsión, con toda la carga ideológica y la falta de empatía que demostró la ETA durante su existencia. ¿Por qué otro libro sobre ETA, no está ya todo dicho? No, ni mucho menos. La ETA y su entorno fueron capaces de silenciar a la sociedad vasca, navarra e incluso de otras partes de España. No consintió la mínima disidencia en sus filas. Sigo pensando que me he quedado corto, pues a la hora de recabar datos de personas con las que tengo amistad desde hace muchos años me di cuenta de que reflejar todo su sufrimiento sería interminable. De esta temática se ha escrito mucho, se ha novelado demasiado, se han realizado trabajos literarios muy documentados y necesarios, pero, por desgracia, no se han publicado tantos ensayos bien documentados, que enganchen al lector y que puedan trasladarle la realidad tal y como fue. Las peticiones de los lectores de mi libro anterior (Pikoletos. La derrota de la ETA y la élite de la Guardia Civil), que ya va por la séptima edición, también fueron un acicate para seguir escribiendo. "Me daba mucho reparo reabrir heridas que, por otro lado, están muy mal sanadas ante el abandono institucional e incluso el acoso del entorno proetarra"¿Cómo ha sido su relación con los protagonistas del libro? ¿Los conocía antes de iniciar el proyecto? ¿Qué vínculo ha creado con ellos? ¿Cómo los considera ahora? ¿Qué le han dicho al ver el libro publicado? Mi relación con todas estas personas es de amistad, somos una gran familia sobre todo aquí en Guipúzcoa que es con mucha diferencia donde mas se padeció el terrorismo. Sí, los conocía mucho antes de iniciar mis proyectos editoriales. Tenemos grupos de WhatsApp con los que desde hace muchos años nos comunicamos a diario; nos reunimos cada vez que tenemos ocasión. A muchos los conocí cuando trabajaba en Policía Judicial en Inchaurrondo, en reuniones semiclandestinas, en lugares donde podíamos estar tranquilos. Algunas de estas personas me dieron cobertura en mi trabajo en zonas muy hostiles tanto para ellos como para la Guardia Civil. En seguida surgió la amistad ya que siempre han estado desamparadas y tomé la iniciativa de visitarlas y hacer una labor que ni por asomo hacía el clero vasco. Nunca había pensando en escribir sobre sus vidas, me daba mucho reparo reabrir sus heridas que, por otro lado, están muy mal sanadas ante el abandono institucional e incluso el acoso del entorno proetarra. Ellos no podían hablar con nadie de su sufrimiento, solo con personas muy allegadas que en la mayoría de los casos no les comprendían. En cada reunión las conversaciones que teníamos eran sobre el atentado o sobre sus experiencias con la ETA y su entorno, sobre lo felices que eran antes y el gran esfuerzo que han tenido que hacer después. Hoy, con el libro ya publicado, me trasladan que esta historia debería haber llegado antes. Esas citas para grabar las conversaciones han sido muy duras, en sus casas, que son verdaderos centros memoriales llenos de fotos, de recuerdos. Puedo asegurar que he llorado yo mas que ellas. La mayoría son mujeres y aunque hoy se sienten más aliviadas, no son optimistas con lo que estamos viviendo, consideran que no solo se quiere pasar página, si no, también, borrar estos mas de cincuenta años de la historia reciente de España. Para mi son referentes, ya que hablo sobre todo de mujeres con nombres y apellidos, viudas, huérfanos. Además, apenas entro a documentar casos de Guardias Civiles, policías o militares que son los colectivos mas afectados. Las personas asesinadas o atacadas son obreros, trabajadores, inocentes que no tenían uniformes, ni armas, ni cuarteles. A pesar de ser tan vulnerables, es inadmisible lo que ha ocurrido y como se les ha tratado, son un ejemplo de supervivencia, de resiliencia.
¿Ha podido sondear la reacción del público en las presentaciones de la obra o en las recientes firmas de la Feria del Libro? Siempre me ha gustado analizar el lenguaje no verbal; por ejemplo, de los asistentes a las presentaciones que ya hemos realizado: las caras son un poema. Después de dar a conocer detalles se abre un debate sobre esas historias reales con nombres y apellidos. Todas las personas que se manifiestan coinciden en que se debería haber realizado antes un análisis real de un problema de tal magnitud y tan desconocido, sobre todo por las nuevas generaciones. Me trasmiten que el libro engancha desde el mismo prólogo, por cierto, tenemos el honor de que lo haya escrito el referente moral que es Fernando Savater, al que estoy eternamente agradecido. Él es otro de los valientes, uno que luchó con la palabra y que se jugó la vida. También me transmiten que, una vez iniciado no lo pueden soltar. En las redes hay comentarios que me emocionan. En la feria del libro nos ha ido muy bien, tiene buena acogida y eso me sube mucho la moral. Estoy muy agradecido a todos los que me han visitando y a la editorial Arzalia por permitirme seguir en primera línea, hoy desde el mostrador de una caseta. Me han dicho que ha creado un lema que inspira su actual labor. Sí, surgió hace ya bastantes años cuando inicié un recorrido por toda España para visitar las tumbas de mis compañeros del GAR caídos. Ojalá pudiera visitar todos los lugares donde reposan las personas asesinada. Hemos llorado mucho ante el abandono de las instituciones, por eso surgió el lema “Lucharé contra el olvido como luché contra la ETA”. Lo incluimos en la cinta una corona fúnebre… y hasta hoy. ¿En ese contexto estaría la financiación de las visitas de estudiantes vascos al Centro Memorial de Vitoria? ¿Qué significado tiene para usted? Sin duda, la base económica de mis iniciativas está totalmente ligada a las ganancias de mis libros. Desde luego no voy a para en ese sentido: las redes sociales me dan mucha cobertura. A los primeros estudiantes universitarios vascos que visitaron el centro memorial del Víctimas del Terrorismo de Vitoria los llevé yo. En esos viajes nos acompañan viudas, un huérfano y otras personas que sufrieron el ataque de la ETA. Fue una experiencia muy gratificante y emocionante, pues las víctimas les contaron sus experiencias en directo. Los estudiantes lloran de una manera conmovedora, en realidad lloramos todos. Ya he realizado cuatro viajes y espero que mis libros sigan funcionando y me permitan mantener esta labor tan necesaria y ante la que el gobierno vasco es muy reticente. El significado de todo esto para mi es intentar curar la impotencia de no haber podido aportar más en mi labor de guardia civil. ¿Cómo le gustaría que le recordaran, por su etapa en el GAR o por su actual labor de recuerdo de lo ocurrido? Si no hubiera sido Guardia Civil, si no hubiera sufrido un atentado, mi vida hubiera sido totalmente diferente. Estoy seguro de que hubiera accedido al GAR pues eso ya lo tenía claro antes. A pesar de las secuelas, sobre todo físicas, logré acceder a la unidad y espero que me recuerden por mi contribución a hacer que el terror de la ETA sea historia y que su relato forme parte de los programas educativos en toda España. Puedes comprar el libro en:
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