SOBREVUELAN AGUILUCHOS…

- Vani, ¿te gusta la caza?

- Mayormente, las perdices escabechadas a la toledana que me trae Cari de la Mancha cuando va a su pueblo.

- Contigo se acabó la lírica, tía, siempre con los pies en la realidad que te circunda. Y ya no sé por qué te preguntaba. Yo nunca he pegado un tiro.

- Un tiro puede que no, pero tiritos, a diestro y siniestro y cada día sí, bonita. Cuando te disparas y coges la escopeta no sabes ni donde pones los perdigones, pero seguro que atizan en blanco casi siempre provocando desgarrones.

- Desgarrones los que se están produciendo en la vieja y decrépita Europa con las aves que sobrevuelan como buitres intentando pillar cacho. No sé cómo vamos a salir de ésta.

- ¡Si han desplumado a los tucanes, Puri!, están perdiendo el brillo y las plumas más lustrosas, aunque queda alguna cinta de colores todavía.

- Ya, pero qué me dices de las Accipitriformes, esas aves de presa que han dejado de ser aguiluchos porque se los está hinchando el buche con tanto seguidor que ha olvidado la historia. ¡Miedo me da solo de pensarlo! Si negamos los antecedentes, ¿hacia dónde vamos? que no somos capaces de centrarnos en el centro, valga la rebuznancia. ¿Por qué ganas los extremos? ¿Estamos locos?

- Mayormente es lo que tiene el desencanto de creer en un mundo que no existe, porque nada es happy, happy. Queríamos enseñar al orbe entero convivencia, democracia, estabilidad… ¡La elegante Europa que daba lecciones! ¡La aristocrática Europa que miraba por encima del hombro! Nos creíamos fuertes, cultos, sabios y maduros, mientras alimentábamos a la bestia; mientras confiábamos en nuestros pequeños reyezuelos sin corona que fagotizaban nuestras esperanzas, nuestros sueños porque solo se preocupan de engordara su ego; de lucir su testa sin corona ni ideas propias. Seres incultos, decadentes, cobardes y mediocres. Hemos creado monstruos y se nos está cayendo la pata de la banqueta. Nos estamos autodestruyendo. Nos vamos a la mierda, Puri.

- ¡Y pensar que había tanta gente que nos miraba con envidia! ¡Y no hables como la Barbie, joder!

- ¡Y tanta que ahora quiere ser como nosotros! ¡Pobres ilusos! No saben lo podridos que estamos. Si alzas un poco la vista y dejas de mirarte el ombligo, te das cuenta de que se han ido al garete los valores, los principios, hasta la dignidad y la solidaridad. No hay dónde rascar. Debajo de nuestras pieles lustrosas y cuidadas, de las caras relucientes y estiradas, de los músculos cincelados en el gym, se adivina un esqueleto poco consistente que empieza a pudrirse. Como la Europa que se está descomponiendo. Y desde luego, sin atisbo de corazón que lata por el que lo necesita.

- ¡Vaya chorreo que estamos pegando a la concurrencia, tía! Estoy por coger la lira y una antorcha, a ver si de las cenizas sacamos algo bueno que nos haga renacer. Y volar por encima de las nubes. Si nacimos con alas, ¿por qué preferimos arrastrarnos por la vida?

- No todo está perdido, tía, volvamos a confiar, volvamos a creer porque si no sueñas que puedes volar, nunca despertarás con alas.

- Y atravesar el tiempo como el pájaro de Neruda: El alto vuelo sigo con mis manos: honor del cielo, el pájaro atraviesa la transparencia, sin manchar el día.

- Tía, me da que esto no se arregla con poesía. Y no es por ser pájaro de mal agüero, un suponer. Ululamos como las lechuzas con tanto llanto y gemido. ¡Agoreras lamentosas! Empezamos hablando de aguiluchos y más bien semejamos búhos y lechuzas, que ya aparecían en los libros sagrados, unidas a escenas de ruina y desolación.

- Por no hablar de los egipcios, para los que la lechuza simbolizaba la muerte, la noche, el frío y la pasividad. Europa ha dejado de ser un referente en el que mirarse, los pueblos están divididos, suenan tambores de guerra en varios países y solo falta que algún loco endiosado apriete el botón para que todo salte por los aires. Otro periodo entre guerras, tal vez.

- Hace unos años, en 2012, Daniel Cohn-Bendit y Guy Verhofstadt, en ¡Por Europa! "Un manifiesto", afirmaban que “Europa es una anciana decrépita, un continente marginado que a duras penas logra tenerse en pie en una nueva era en un mundo nuevo, un continente aquejado de estrabismo debido a una sobredosis de nacionalismo, un continente sin ambición, sin carisma y sin esperanza”.

- ¡Ay, Vani! No hemos mejorado nada, los nacionalismos continúan insaciables; la hipocresía, la corrupción, el desempleo, migraciones masivas, terrorismo, extremismos, el poco crecimiento económico, el cambio climático, los burócratas de medio pelo… Si lo mezclas un poco, solo produce, hastío y desencanto. Estamos desnortados. Hemos perdido fuelle y tenemos los pulmones más secos que los de un fumador con sesenta años. Y si analizas país por país… la torrentera se me acumula en los ojos.

- Mira, tía, vamos a llorar un poco, hacemos un indeciso y volvemos a empezar: ¡En Europa tenemos un proyecto común! ¡Caminamos juntos y en armonía países dispares! ¡Somos solidarios y amamos a nuestros semejantes! ¡No olvidamos la historia para aprender de nuestros errores! ¡Nos entendemos con lenguas distintas porque latimos con el mismo corazón! ¡Nos gusta la juerga y las vacaciones!...

- Ahora sí saco la lira: tralará, tralarí… Porque es lo que tenemos…

- Y, como dice Chapu, ¡siempre amanece!

- ¡Ahí lo dejo, tía!, ¡Ahí lo dejo!