Una historia en la que la joven y atractiva Cameron, con la intención de cumplir su sueño, se instala en Barcelona, ciudad que le encanta, desde su Estados Unidos natal. Allí triunfa como influencer de moda a la vez que encuentra el amor. Cuando la enfermedad hace mella en ella sufre el abandono, quedando su vida reducida a espiar la casa de enfrente, lugar en el que vive su exmarido y su nueva esposa. Pero la hija del matrimonio desaparece y Cameron es la principal sospechosa, ella misma deberá averiguar si realmente ha tenido algo que ver con la desaparición de María y para eso debe recordar absolutamente todo.
Con una prosa que fluye al ritmo de los acontecimientos y con un lenguaje mordaz e inteligente, la cercanía de la narración en primera persona y las características del personaje, Joaquín Camps logra que el lector empatice con la protagonista desde el principio sin importarle si es culpable en realidad, puesto que no la juzga, simplemente le acompaña en su búsqueda de la verdad, sea cual sea.
Cameron nos cuenta lo que sabe, lo que ve y lo que piensa; nos cuenta su vida, sus secretos y sus miserias. Pero a su vez, nos muestra los escenarios de una trama trepidante, en la que nada es lo que parece y en la que un desfile de personajes perfectamente construidos: David, su exmarido, Eva, su vecina, Paul su psiquiatra y la inspectora del caso, entre otros, se mueven con soltura en espacios muy visuales. La tensión y la sorpresa, emociones indispensables para mantener la intriga, están aseguradas a golpe de pequeños giros como preludio del gran giro final.
La oscuridad que habita en mí es un trhiller psicológico, que bebe de algunos clásicos del cine y de la literatura de este género. Aunque es la originalidad del argumento y la capacidad del autor para ponerse en la piel de las mujeres, la que marca la diferencia. Camps maneja con destreza los hilos y los tiempos de la misma manera que introduce, cuando es necesario, otras voces narrativas con diferentes matices determinantes para componer el relato.
Un relato, en ocasiones, reflexivo, que explora las falsas apariencias, las redes sociales como reducto de comunicación, las enfermedades mentales con sus consecuencias y lo que el ser humano es capaz de hacer por amor, por ego o por venganza. La oscuridad, puede que habite en nuestro interior escondida esperando su momento de luz, o puede que se quede ahí para siempre. Cameron lo sabe y así nos lo cuenta… «Good morning, honey bunny.»
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