Dicen que somos los que comemos. Bueno, más o menos. Lo que comemos determina lo que hablamos, lo que pensamos, con quién nos relacionamos, cómo envejecemos, cómo amamos y cómo hacemos el amor, que parece igual pero no es lo mismo.
Quizás esto no lo sabe Iñigo Onieva. El marido de Tamara ha abierto un restaurante “Casa Salesas” en la milla de oro de Madrid con Iván Espinosa y el “Turronero” de socios. En la inauguración estaba mamá Preysler, Tamarita y todo el pijerío de la prensa rosa. Una de cal; pillaron a Iñigo escribiendo reseñas fake en el test de calidad. Él mismo se puntuó con cinco estrellas en internet. Me enternece su pardillez. Qué poco currado estás, tío.
Una de cal y una de arena. Por un menú de 45 pavos te codeas con lo más granado de la Villa y Corte. Igual hasta yo me acerco. El 31 de mayo (de 5 a 7, caseta 22 de El Retiro) firmo ejemplares en la Feria del Libro de Madrid de mi última novela “NORA”. De momento el libro estará de cuerpo presente en las ferias de Madrid y Bilbao. Después, a saco en librerías. “Nora” es un thriller político todo lo escandaloso y conspiranoico que me permiten las convenciones sociales. Ya sabes, que hablen de ti, aunque sea bien. La protagonista es la antítesis de las heroínas al uso. Hay que darle caña a la ortodoxia. No creo que ningún intelectual que se precie se atreva a presentármela. Quería pedírselo a Javier Milei. Pero por pocos días no coincidimos en Madrid. Porca miseria.
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