Lola Egea Valera nació en Córdoba. Es hija de dos artistas que, además, son pintores, Tomás Egea y Lola Valera. Su interés por el lenguaje la llevó al estudio del inglés a través de la Filología y, más tarde, del alemán, por lo que ha residido en distintas ciudades de ambos países. ¿Por qué elige el género del relato para sus libros? Cuando empecé a escribir, el relato me ofrecía ese paso cómodo con el que empezar a mantener el equilibrio en el mundo de la escritura. Luego, me acomodé en él y empezó a obsequiarme con sus bondades. Me siento a gusto con el cuento, pero eso no quiere decir que en un momento dado me apetezca cambiar de formato y hacer una novela. ¿Se decanta definitivamente por...? Por lo pronto con el cuento me encuentro cómoda. Creo que lo importante es el contenido más que el formato que utilices para comunicar. La novela también tiene su atractivo y puede que me haga cambiar de bando y salir un poco de la rutina que se presenta si llevas mucho tiempo haciendo lo mismo. El cuento tiene muchos seguidores... Quizás el problema no esté en los escritores sino en las editoriales que no confían en el cuento y no le dan la importancia que merece. Todos los buenos escritores, Hemingway, Garcia Marquez, P. Highsmith, Baroja.., han escrito cuentos. Después del bocadillo del tebeo, el cuento es el primer contacto que tenemos con un texto construido gramaticalmente y eso a todos nos trae el recuerdo de nuestras primeras lecturas a través del cuento infantil. Hay algo de nostalgia en el cuento por este motivo. Me gusta mantener la esencia del cuento para niños en algunas de mis historias. No creo que sea un género menor. ¿Relato corto o cuento? ¿Existen límites en su manera...? Creo que cada uno debe denominarlo como quiera. Los límites son barreras que nos coartan y que no debemos ponernos. El creador necesita sentirse libre sin obstáculos que lo limiten. Las personas tenemos esa manía de clasificar todo en compartimentos puede que sea para organizarnos mejor. Se tiende a poner a todo, etiquetas, A o B, cuento o relato corto... Por supuesto existen unos géneros bien definidos, pero creo que debe de haber una flexibilidad e incluso una fusión de géneros para que se puedan experimentar nuevos caminos, aunque yo no sea una persona muy innovadora. "El humor nos da alas para ver todo con más perspectiva"¿Concibe la escritura sin humor? ¿Para qué sirve? El humor nos da alas para ver todo con más perspectiva. Nos sirve para desdramatizar los problemas y nos hace ver lo absurdo y trivial que es todo en esta vida. Cuando se escribe es la sal del relato, unos polvillos mágicos con los que se crea cierto encanto, aunque es algo que debe de surgir solo. Si una historia tiene un tono de humor es porque esa es su naturaleza. El humor surge solo, no creo que sea algo que se deba de forzar. ¿Busca que el lector se haga preguntas, que reflexione? Bueno de entrada, no lo busco, Tu cuentas una historia y no pretendes nada más que narrar algo medianamente coherente. Si luego, el lector se hace preguntas y reflexiona sobre lo leído, señal es de que ha captado el mensaje y ha empatizado con la historia. Me alegra si es así. Reflexionar nos ayuda a profundizar en las cosas, a tomar conciencia y a ordenar las ideas. ¿Le gusta explorar la vida a través de los cuentos? Si. El cuento es un camino muy bonito para contar la vida. Escribir es dibujar el mundo a tu manera. Los pintores dibujan el mundo con la línea y el color, los escritores con la palabra que es el ladrillo con el que se construye, la materia prima. El cuento es un cajón de sastre donde todo cabe y te permite dibujar los mundos que quieras siempre bajo la óptica distinta de cada autor. Eso es lo bonito, lo diferentes que somos y las perspectivas tan distintas que hay para interpretar la vida ¿Cómo consigue que tras la lectura de cada cuento...? Creo que son unos cuentos muy distintos y hay un cambio temático muy grande entre ellos. A lo mejor estoy escribiendo una historia mitológica sobre una nueva diosa para el Olimpo y la siguiente me sale una historia futurista sobre el hambre independentista de un sector de población en un planeta imaginario o paso a una historia más personal basada en uno de mis recuerdos. El lector creo que necesita un tiempo para reflexionar sobre lo leído y adaptarse al cuento siguiente.
La fantasía ¿forma parte de la realidad o es la realidad...? La fantasía forma parte de la realidad y es un elemento muy necesario. Es el carburante de la historia, la gasolina que pone en funcionamiento el mecanismo y que hace que la máquina se ponga en movimiento y fluya la narración. Lo que activa la imaginación y nos da alas. Sin embargo, siempre ha sido tratada con mucho desprecio. Una vez escribí que es algo así como esa pariente loca con la que nadie quiere tener trato. Muy denostada pero muy necesaria para crear. Los niños tienen mucha fantasía por eso están siempre inventando, dibujando, construyendo... La fantasía es el germen de la creación. ¿Cuánto hay de experiencia personal en lo que relata? ¿Se nutre de sus vivencias? Sí, hay mucho de personal en lo que se escribe. Escribimos sobre lo que conocemos, sobre lo que hemos vivido. No me importa que se vea o sea obvio. Lo personal aflora, aunque intentes disfrazarlo. La mona por mucho disfraz que se le ponga, mona se queda. Los relatos de carácter íntimo me gustan, tienen un poder de catarsis y te hacen revivir etapas de tu vida pasadas con una nostalgia muy agradable. Aunque no conviene dormirse en esa nostalgia. Cada cuento abre... ¿Cómo surgen de la mente de la autora? Las ideas vienen de la observación de la naturaleza, de la vida, de lo cotidiano. A veces vivimos situaciones surrealistas en nuestras vidas que pueden disparar una historia, o vemos una película que nos hace fabular con un argumento, o leemos un artículo en el periódico que nos ofrece una idea. Donde menos lo esperas surgen las ideas y en los momentos a veces menos adecuados. Pero si las musas llegan hay que ponerles rápido la alfombra roja y la mesa bien servida porque son seres de muy mal asiento. ¿Cómo es su proceso creativo? ¿En qué fuentes bebe? Bueno, necesito tener la idea sobre lo que trabajar. A partir de ahí la voy desarrollando poco a poco, sin prisa. Ella va marcando su ritmo y su naturaleza. Las fuentes de las que bebo son la observación de la vida, de tu entorno y de la lectura. Leer es la mayor fuente que hay para poder escribir, sobre todo leer los buenos escritores. Luego fuera del libro hay un mundo muy sugerente e inspirador que nos está esperando en la puerta todos los días. El mundo nos enseña mucho, nos va configurando como personas y todo eso luego surge en la ficción. La experiencia vital es una fuente caudalosa de la que beber. Puedes comprar el libro en:
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