Los habitantes de la Escandinavia, en los albores de la Era de los Vikingos, de los siglos VIII hasta el XI, ya conocían, y esto está ya contrastado, el término semántico vikingo o vikingr; pero, siempre que se cualificase así a una persona solamente, mientras que el calificativo global era ya total y absolutamente erróneo, porque era una denominación absolutamente peyorativa, ya que se podía equiparar al término de ‘pirata’, y el mismo definía una actividad u oficio o menester, que era absolutamente anormal y escaso entre los hombres del Norte, los europeos lo subrayaban a toda la civilización de los normandos escandinavos. Todos aquellos seres humanos, incluyendo a los piratas saqueadores bálticos, estonios, lituanos y letones, de infausto recuerdo entre los polacos o los germanos del Medioevo, eran considerados piratas. Se colige que la palabra proviene del término normando ancestral de ‘vik’, que se refiere a una bahía o a una ensenada. Por consiguiente, se consideraría, inclusive como autocalificativo, a un pueblo qué habitando en las ensenadas, se dedicaba a tener sus barcos ocultos y con ellos atacar al tráfico marítimo que pasase frente a sus tierras. «Una historia brillante de los vikingos y su mundo. La época vikinga fue testigo de una expansión sin precedentes de los pueblos escandinavos. Comerciantes, piratas, exploradores y colonizadores vikingos viajaron desde América del Norte hasta las estepas asiáticas y navegaron por todos los mares. Pero, durante siglos, estos pueblos se nos han presentado a través de una óptica distorsionada para satisfacer los gustos de cronistas medievales, dramaturgos isabelinos, potencias imperialistas y muchos otros. En ‘Vikingos: la historia definitiva de los pueblos del norte’, el prestigioso historiador Neil Price presenta por primera vez un retrato fidedigno de los vikingos basados en las últimas investigaciones y descubrimientos arqueológicos. En un épico recorrido que abarca desde la caída del Imperio romano al siglo XII, Price rastrea el origen de los vikingos, nos descubre su cultura y cosmología, y explica qué los impulsó a lanzarse a los saqueos que los hicieron temidos en toda Europa. Price nos muestra a los vikingos tal y como ellos mismos se veían. En sus páginas cobra vida un pueblo totalmente distinto a nosotros, glorioso pero terrible, nacido del invierno, la guerra y el comercio, sangriento a la vez que exquisito. ‘Vikingos’ es una historia monumental sobre uno de los periodos más fascinantes de la historia que cambió para siempre el rumbo del continente europeo». Entre los ingleses, sufrientes inmensos del comportamiento de estos nórdicos, la palabra vikinga definía el terror y el saqueo sangriento y criminal, que dejaba un reguero de muertos y de sangre cada vez que se retiraban de la apriorística operación bélica. En ocasiones, este término solo se aplicaba a los noruegos, por lo que los daneses y los suecos, mucho más estabilizados como regímenes políticos estaban al margen de este término tan descalificador. “Dada toda esta ambigüedad y el historial tan largo de abusos sociopolíticos, es vital dejar muy claro que el concepto de la época vikinga es una realidad empírica y comprobable sobre la que se puede arrojar luz mediante la investigación histórica. Los trescientos años a partir del 750 d.C. fueron, sobre todo, un periodo de transformación social tan profundo que daría forma al norte de Europa durante el siguiente milenio, un proceso que por sí solo justifica la noción de una época vikinga”. No se tiene ningún conocimiento de como medían el tiempo los vikingos, e inclusive su música y sus canciones nos son totalmente desconocidas. El autor no solo es un historiador, sino y sobre todo un arqueólogo, por lo que las excavaciones de campo son más que esclarecedoras para dotar a la Historia de un ropaje esencial, en el análisis de la evolución de este pueblo tan conspicuo y paradigmático, para el conocimiento de las generaciones posteriores. Los vikingos realizaron un estilo de transmisión oral denominado como ‘SAGA’, que consistía en representar todas sus tradiciones narrativas, en diferentes estilos y géneros, compuestas en muy distintas épocas y lugares. Las primeras sagas nórdicas antiguas se escribieron en Islandia, hacia finales del siglo XII d.C., más de un centenar de años después de finalizada la Era Vikinga. “Los dos géneros de sagas más citados en relación con los vikingos son las sagas islandesas, también conocidas como sagas familiares, y las llamadas ‘fornaldarsögur, que, literalmente, significa ‘historia de los tiempos antiguos’, pero que se conocen por lo general como sagas legendarias. Ambos géneros guardan relación con la época vikinga, aunque de distintas formas y tienen un diverso grado de fiabilidad, a pesar de que la cuestión de su ‘precisión’ depende del modo en que uno se aproxime a estos textos medievales”. El mundo de los Hombres del Norte era bastante similar al de los demás pueblos que les rodeaban, aunque su religión era muy diferente al cristianismo imperante en Europa. Los vikingos ocupaban un mundo medieval con otros muchos pueblos, quienes en múltiples ocasiones les temían de forma pavorosa. Por encima de todo ello, lo que era muy importante y los definía, eran sus dioses, bastante crueles, y muy diferentes del significado del Hijo de Dios hecho Hombre, Jesucristo, que mandaba poner la otra mejilla, y negaba la exigencia de la Ley del Talión, o de la venganza familiar por antonomasia. Está claro, la gran calidad de todas las obras de Historia de la editora Ático de los Libros, y de lo mejor que se publica en la Época del Medioevo. “En el centro de todo había un árbol ‘el Árbol’, que abarcaba todos los mundos y los unía. Un inmenso fresno, llamado ‘Yggdrasill’, literalmente ‘el Caballo del Terrible’. El Terrible era uno de los nombres de Odín, y el nombre del árbol, una pista de sus propiedades, pues no solo conectaba los reinos, sino que también servía como camino entre ellos para quienes sabían cómo cabalgarlo. Tal vez no fuera casualidad que el primer hombre estuviera hecho de la misma madera que este árbol, lo que quizá implique que una sutil cualidad humana impregnaba el universo”. Por consiguiente, poco más puedo decir para invitar, con todo interés a la lectura y posesión física de esta estupenda obra sobre ‘Los Vikingos’, que siguen llenando intereses literarios e historiográficos de lo más variado. El Epílogo presenta un estudio sobre los juegos de los vikingos. Y el volumen se cierra con una importante pléyade de referencias bibliográficas, en la que está todo lo que se debe poseer y leer con respecto a estos europeos que llegaron, como los fenicios, a todo el planeta Tierra, desde Vinland, Rusia, Al-Andalus, Reino de León, Bizancio, Irlanda, Inglaterra, etc. En suma, obra sobresaliente, que se lee con delectación e interés obvios. «Igitur qui desiderat pacem, praeparet bellum». Puedes comprar el libro en:
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