Y ambas tienen correlación, porque las dos aluden al poder, las dos interpretan el “sueño americano”, el dinero, las falsas promesas, la denostada crítica que se hace a los mal llamados débiles, a un tiempo donde el triunfo parece la única meta a la que hay que trascender.
Elena Puchol, a través, primero de una cinta de ejercicio que no conduce a ningún sitio, nos ofrece un ritual de ritmos sin rumbo, obstinación por llegar a triunfar, caídas y levantamientos, esos mismos sueños truncados, las sombras grises que no se alcanzarán, los laureles que no se conseguirán y, aun así, seguiremos intentándolo.
Su forma de narrar es a base de canciones, más o menos de éxito, conocidas, tarareadas por todos, sobre una máscara anodina que podría representar a cualquier político, a cualquier ejecutivo de renombre, a cualquier artista subido a su pedestal de ego. Mueve su cuerpo al son de los requiebros de cada nota, con diferentes lecturas de sus gestos.
Pasa después a un juego de soldaditos mientras se proyecta en pantalla una miscelánea de realidades de espuma, de frágiles noticias o de hechos perdurables, brevario de recuerdos de nuestra sociedad encaminada a puros formalismos o manipulaciones creadas con fines pecuniarios.
Es un vaivén de nostalgias y experiencias ajenas que nos intentan transmitir como algo nuestro.
La tercera parte, embutida en un casco que reflejan las luces de cristales de la prosperidad, la libertad, el desenfreno, el consumo, el oportunismo, la liturgia de lo que el marketing quiere hacer de nosotros, es la más coreográfica de la performance.
Elena Puchol desarrolla un trabajo como intérprete, no solo coreográfica, sino como investigadora e instigadora de otros caminos de expresión conectando alma, cuerpo e ideas. Utiliza diversas disciplinas artísticas para concienciar sobre hábitos, costumbres, manipulaciones sociales, con el afán de llevar la cultura más allá de la palabra o la música, ampliamente extendidas.
Mom, i am a rich man, parte a través de un Proyecto de 8x5 Project que gestiona propuestas artísticas de Danza/Performance dando voz y espacio a bailarines y coreografías de la danza actual. Son trabajos experimentales, de creación propia y personal, de libre creación, donde no se ponen límites ni hay tabúes de limitación de temas e imaginación. Es un formato que no contempla la escena clásica a la italiana y donde el creador debe vérselas con las miradas de los espectadores desde todos los puntos de vista. Después de cada espectáculo, los propios artistas saldrán a intercambiar opiniones y compartir las emociones o sentimientos que han sido (o no) capaces de generar.
En este caso, asistimos a esta propuesta escénica en la Galería Modus Operandi, Sala Corral de Lope, de Madrid.
Ficha artística:
MOM, I AM A RICH MAN
Concepto y dirección: Elena Puchol
Creación: Elena Puchol
Asistente a la creación: Olivia Grassot
Interpretación: Elena Puchol
Compositor Musical: David Eusse
Idea de vestuario: Elena Puchol
Video: Elena Puchol
Espacio: Galería Modus Operandi, Sala El Corral de Lope