En un acto multitudinario, a pesar de coincidir con otras actividades del festival, se ha presentado “La última noche con Edu” de Enrique Pérez Balsa, con el escritor Javier Hernández Velázquez como presentador; una historia que desnuda los sucios bajos fondos de la prensa del corazón, en la que se mezclan dinero, alcohol y drogas de sumisión química. Afirma el autor: "He venido anteriormente a Tenerife Noir con dos novelas negras, El edén de las manitas de cerdo y Prohibido. En el primer caso para recibir en el festival el Premio Wilkie Collins. Así que puedo decir que en Tenerife empecé mi carrera. Ahora ofrezco una novela que está entre la negra y el realismo sucio, en la que todo transcurre en el mundo podrido de la prensa del corazón y con las drogas de sumisión química como estrellas de la historia. Todo surgió cuando a una amiga la drogaron con burundanga y tuve que rescatarla; de ahí surgió la idea de la novela. Pretendo tratar un tema muy serio, pero con unas ciertas dosis de humor y mala leche, que parece que empiezan a ser las características comunes de mi obra".
Al acabar este acto, se llevó a cabo la presentación de “En el desván de las caracolas”, de Jesús Salviejo. Una historia que transcurre entre Santander, Valladolid, el final de la guerra civil en España, campos de concentración en la segunda guerra mundial, y Cuba, desde el gran prostíbulo de Batista hasta la dictadura castrista. Afirma el autor: "Me encanta presentar mi novela en un festival como Tenerife Noir porque sin ser una obra específicamente negra, tiene un fondo negro y criminal que lo impregna todo. Comienza en Santander y Valladolid con el estraperlo, una historia basada en mi propia familia, y llega a Cuba. Uno de los protagonistas, justamente, es el Canario, un hombre de la isla de Hierro. Es una novela sobre el final de la guerra civil, la desolación del país, el comienzo de la segunda guerra mundial, el estraperlo y un crimen que lleva al protagonista a Cuba, a una Cuba que creyendo librearse de la opresión yanqui que la había convertido en un inmenso casino-prostíbulo caerá en la dictadura y en décadas de vida gris y sin esperanza. Es una historia terrible que viendo la actualidad puede volver a ocurrir en cualquier momento y que nos recuerda que para los poderosos nuestra vida no vale nada".
Para Javier Hernández Velázquez, presentador en Ámbito Cultural, “Son dos novelas muy distintas, pero con un nexo de unión: nuestras vidas son manejadas como si fuéramos marionetas, alguien mueve nuestros hilos, y todas nuestras esperanzas pueden quedar frustradas por la maldad de alguien. Al final, toda novela negra es una denuncia de la realidad y del entorno”.
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