Definido como un poemario de gran intensidad que “logra, por medio de un lenguaje íntimo, a la vez que directo, convertir la ausencia devenida de un duelo en bellas imágenes que dialogan con los elementos de la naturaleza, la memoria familiar y la muerte”, por el jurado que le otorgó el referido reconocimiento, Así ha de ser la ausencia (1) se divide en dos secciones: Parte del fuego y Parte de la sangre. Treinta y una piezas conforman el volumen, caracterizado por un discurso luminoso y que no necesita de fulgores artificiales para llegar con suma intensidad a la sensibilidad y el intelecto del lector.
Una feliz amalgama conceptual y emocional se conjuga en sus páginas para lograr transmitir el universo propio de la autora mendocina, sacudido por la desaparición física de lo querido, pero capaz de emprender la búsqueda empeñosa del esplendor de lo viviente a fin de restañar ese vacío interior y contrarrestar la ausencia.
Desde el punto de vista exclusivamente estético, lo que le sucede en la realidad al creador carece de importancia -por cruel que suene esto para muchos- si no genera la obra de arte escrito que se espera encontrar en un poemario. Más allá de la identificación que pueda el texto producir en aquellos que atraviesan por similares circunstancias, sobran los ejemplos de intentos fallidos de crear poesía a partir de vivencias, por más penosas y extremas que estas sean.
No es el caso de Así ha de ser la ausencia, de Marinés Scelta, donde objetivamente se aprecia un trabajo con el lenguaje y la presencia de una potente inteligencia poética detrás del empleo de los recursos estilísticos. Esta resulta muy capaz de partir de lo luctuoso hacia la belleza y, en un audaz viaje de ida y vuelta entre ambos campos, situarnos en el medio de asociaciones de ideas y sensaciones táctiles, auditivas y visuales que muestran y demuestran que lo Real inapresable se trata de un todo donde la muerte -a pesar de su tremendo peso específico- es un elemento más, sino neutralizado, sí compensado por aquellos que componen su Otredad.
Poesía no urbana, donde la naturaleza evocada y convocada por la autora sutura los bordes de la herida, sin dejar de advertir constantemente qué honda es su profundidad, pero también su condición de brecha que conduce hacia lo medular, lo intrínseco y esencial, aunque ello sea por la “vía dolorosa” reservada a lo particular.
La autora
Marinés Scelta nació en Mendoza, Argentina, en 1984. Es profesora de Lengua y Literatura y tallerista en “La raíz en la roca” y “Caja de herramientas”, este, junto a Victoria Urquiza. Forma parte del colectivo literario y feminista Write like a girl, cuyo objetivo es investigar y difundir la literatura, hecha por mujeres y disidencias, y la creación colectiva. Participa, además, en el programa radial Restos Diurnos (UTN Córdoba), con la columna Los ritos, sobre poesía contemporánea. Recibió en 2022 la Mención de Honor del Premio “Ana María Iza” (Encuentro Paralelo Cero, Ecuador). Ha publicado con anterioridad: Saber lo que se pierde (2016); Y yo que me creía tan libre (2020) y Otros territorios posibles (2021).
NOTAS
(1) El Ángel Editor, ISBN 978-9942-633-19-4, 76 pp., Quito, Ecuador, 2023.
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