Dos historias en las que la envidia, los celos (“era tal el odio y la envidia que sentía …”), el egoísmo (“… ansiaba protagonismo”) y la traición (“varios cautivos proponían apuñalarlo por su traición …”) marcan los acontecimientos que se suceden sin pausa en ambas historias: en la relación que mantienen los cautivos cristianos con sus captores, en los que destaca no solo la figura de Cervantes sino también las de otros soldados del Tercio que no descansan en sus intentos de fuga. Un cautiverio en el que también hay momentos que arrancan una sonrisa (“turco de profesión”) a pesar del dramatismo de la situación y que se resuelve en un agobiante final con suspense hasta el último minuto (“… rezaba con fervor contenido. Sabía que era su última oportunidad …”) .
Y también en el enfrentamiento entre comunidades de vecinos (mercaderes frente a pescadores, mallorquines frente a valencianos … ) alrededor de un juicio en torno a cuyo veredicto se cruzan altas apuestas que causan enfrentamientos entre los apostantes, especialmente en el momento de hacer efectivos los pagos. Una justicia lenta y, en algunos momentos, con decisiones aparentemente caprichosas que logra atrapar, e incluso enervar en algunos párrafos, al lector.
Pero a lo largo de las páginas también encontramos episodios de valentía y honor (“pese a no tener alma de mártir, no podía eludir sus responsabilidades”), de amistad (“yo soy incapaz de juzgaros. Sois un buen amigo … ”) y de amor (no siempre correspondido), con momentos de intensa sensualidad (“tras probar el delicioso fruto prohibido, gozó de él”) aunque algunas circunstancias no invitaban a ello.
Fragmentos de gran intensidad y emoción como el momento de la liberación de Cervantes (“el aire que recorría sus pulmones no le olía … sino a bendita libertad”) o, a lo largo de toda la novela, la entrega de su “libertad por amor” de uno de los personajes.
No os perdáis esta estupenda y, hasta la fecha desconocida, historia.
Puedes comprar el libro en:
Si (
No(
