Nunca es tarde y pienso seguir dando guerra con rayas o sin rayas. Hay errores y horrores como hay líneas negras y rojas. Qué no sé por qué se rasgan las vestiduras con las “líneas rojas” como si las fueran a respetar y luego se las pasan por el forro de donde tú sabes. No termino la frase porque he ido a colegio de monjas y me dieron una buena educación.
No como la “zorra” de Eurovisión. Llamar zorra a una tía no es empoderarla, es llamarla zorra. Punto pelota. Y si no te mola es porque eres facha. Pero ni se te ocurra hacer un chiste machista que te montan la de dios es cristo. Ponte al día, tío. España es un país de contrastes. Lo escatológico, tabernario, soez, sexo explícito, amor libre, relaciones abiertas (de piernas, sobre todo) tienen barra libre. De los protocolos libertarios, de lo que se puede y no se puede decir, sabe mucho el gurú Almodóvar y su discípula aventajada Marisa Paredes. Lo demostró en la gala del contubernio de los premios Goya “No sé -dijo- ni el tiempo que hace que no me como una polla” (sic). Y el selecto público se partía el culo de risa. No te puede extrañar que la Amnistía sea hasta el fondo. Claro, no va a ser “solo la puntita”.
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