Cuando entraron en la tasca del “el chiquito”, para cenar ya en Bryggia, ( Brujas ) a la vuelta del Mare Balticum, un grupo de monjes se divertía en la taberna tomando vinos y cervezas. Mientras reían y cantaban, decían que eran víctimas resignadas del amor y del vino.
Mikel, Servando, y Remigio, observaban divertidos sus chanzas y sus bromas.
Los clérigos errantes, los goliardos, siguieron con su repertorio de canciones y de brindis dedicados a todos los estamentos sociales, para terminar con la letanía de los bebedores:
Bibit hera, bibit herus,
bibit miles, bibit clerus,
bibit ille, bibit illa,
bibit servus cum ancilla,
bibit albus, bibit niger,
bibit constans, bibit vagus,
bibit pauper et egrotus,
bibit exul et ignotus,
bibit presul et decanus,
bibit soror, bibit frater,
bibit ista, bibit ille,
bibunt centum, bibunt mille.
Beben la dueña y el dueño,
bebe el soldado, bebe el religioso,
bebe el hombre, bebe la mujer,
bebe el siervo con la criada,
bebe el blanco, bebe el negro,
bebe el constante, bebe el vago,
bebe el pobre y el doliente,
bebe el desterrado y el ignorado,
beben el prelado y el decano.
bebe la hermana, bebe el hermano,
bebe ella, bebe él,
beben ciento, beben mil.
No satisfechos con estos cantos y elogios al vino, continuaron con el “In taberna quando sumus” cantando con toda la seriedad que requería la ocasión:
In taberna quando sumus,
non curamus quid sit humus,
sed ad ludum properamus,
cui semper insudamus.
Quid agatur in taberna
ubi nummus est pincerna,
hoc est opus ut queratur,
si quid loquar, audiatur.
Cuando estamos en la taberna
nos despreocupamos del mundo,
nos entregamos al juego,
y por él siempre sudamos.
La cuestión es ésta: que se pregunte,
qué se hace en la taberna,
donde el dinero es camarero,
escúchese lo que digo.
De nuevo, los viajeros rieron.
—Os invitamos a unas cervezas, les dijeron Servando y Remigio.
—Preferimos una frasca de buen vino, contestaron.
—Pues que sea así.
Los clérigos errantes les dieron las gracias brindando por ellos y levantando una copa.
—Os dedicamos este elogioso poema al vino y a las tabernas, les dijeron.
Per omnia pocula poculorum
introibo ad altare Bacchi
venite apotemus
en beati qui habitant in taberna tua
vinum bonum et suave.
Por las copas de las copas
me acercaré al altar de Baco
venid y bebamos
felices los que moran en tu taberna
vino bueno y suave.
—Un pellejo de vino por nuestra cuenta, pidieron al dueño del “Chiquito”, terminado el poema.
Los goliardos lo agradecieron. Va por vosotros: “El Enamorado” del “Carmina Rivipullensia”. Una canción cuyo origen está en las cercanías del monasterio del que nos escapamos y que evoca el florido escenario de la primavera.» Les dijo uno de los goliardos riendo de tiempos pasados.
Res est arduissima vincere naturam.
in aspectu virginis mentem esse puram;
iuvenes non possumus legem sequi duram
leviumque corpomm non habere curam.
Meum est propositum in taberna mori,
ut sint vina próxima morientis orí.
Tune cantabunt letius angelorum chori:
“Sit deus propitius huic potatori”
Es trabajosísimo vencer a Natura
que ante una muchacha siga el alma pura;
no podemos, jóvenes, seguir la ley dura
y no estar pendientes de hermosas figuras
Éste es mi propósito: morir en taberna,
para que esté el vino de mi boca cerca.
Y los coros de ángeles cantarán, ya en fiesta
”Que a este bebedor Dios propicio sea.”
Terminado el poema, uno de los goliardos le dice a otro, simulando ser el obispo:
—Pero que hijo de puta que es. Pero que canalla que es. Pero que mala persona que es. Es un desvergonzado, decía el obispo goliardo. Quiere practicar el falo inchestum.
Mikel, Servando, Remigio estallaron en risas, cuando oyeron al monje y sus chanzas.
—Que nos traigan otra frasca de buen vino, pidieron al tabernero.
Este se la llevó con rapidez, conocedor de la importancia del momento. Los monjes siguieron cantando y bebiendo, y se acercaron a la mesa de los amigos para conversar.
—¿Sois goliardos?, les preguntó Servando.
—Así es, le contestó uno de ellos. Nos escapamos de un monasterio. Estábamos hartos de la disciplina, y se reían.
—¿De cuál?, les preguntó Servando con curiosidad.
—De Sancta Miriam del Rivipollensis, contestó uno de ellos. Un monasterio benedictino en Catalonia.
—¿Y qué hacíais allí?, inquirió Servando.
—Nosotros trabajábamos en el scriptorium, pero la mayoría de los monjes se dedicaban al cultivo de los huertos y a las tareas de la molienda, pues disponía de una acequia para regar los huertos interiores y para alimentar de fuerza a un molino.
—¿Cómo os escapasteis?, Les preguntaron Mikel y Servando.
—El monasterio estaba fortificado con una muralla de clausura y de defensa y no era fácil la huida. Por eso emborrachamos a varios de los monjes centinelas, les robamos las llaves a unos, y a otros los atamos, los amordazamos, y los metimos en unos sacos que quedaron cerrados por la parte superior, y así los dejamos en un sótano. De esta forma conseguimos escapar, e iniciar viaje hacía Vlaanderen, a través de los Pirineus, continuó.
Los cuatro amigos se rieron y los goliardos también recordando su huida.
—¿En qué trabajabais en el scriptorium?, le inquirió de nuevo Mikel.
—Nos dedicábamos a las traducciones y a las reproducciones de manuscritos.
Mikel pidió más vino para sus nuevos amigos. Mientras se lo traían, el navarro, de nuevo interesado, le preguntó:
—¿Qué tipo de manuscritos?
—El ejemplar más copiado era el de la “Biblia de Rivipollensis”, pero nosotros trabajábamos en la traducción de obras de origen árabe al latín, y del árabe a lenguas romances. Hay un trasvase de conocimiento del árabe a estas lenguas, continuó el goliardo. Gracias a las copias que se han hecho al árabe, se han salvado muchas obras de griegos, egipcios, e incluso de otros pueblos como caldeos, persas e indios.
—¿De qué trataban los manuscritos que traducíais?, preguntaron los amigos, con gran interés.
—Versaban sobre diferentes campos del saber, como manuales de construcción y uso de astrolabios, y otras obras sobre relojes astronómicos y geometría, les contestó uno de ellos.
El monasterio atraía a muchos científicos y a monjes venidos de países lejanos que fueron importantes para la difusión de la ciencia árabe generada en al-Andalus, continuó. La actividad cultural que se desarrollaba era importante, y existían contactos con astrónomos y sabios de la taifa de Toletum.
—Allí, el rey Al-Mamún quiere hacer de Tulaytula una ciudad con un poderío cultural tan grande como el que tuvo Baghdad.
—Trabaja junto con el cadí y científico Ibn al-Said, en el patrocinio de un grupo de sabios, para situar a Tulaytula como un símbolo de la ciencia, que brille con luz propia no solo en el mundo islámico, sino en Europa también.
—¿Sabéis algo de algún instrumento que permita obtener la latitud?
—Solo tradujimos manuales de astrolabios que no permiten conocer esta. Solo la longitud.
—Si queréis saber más de objetos de orientación deberíais acercaros hasta Toletum, y hablar con el cadí, les decía un clérigo errante.
—El mundo de la ciencia y de la cultura, reside en el mundo islámico, en ciudades como Al-Iskandariya, ( Alejandría ), Samarcanda, Al-Qahira ( El Cairo ), Konstantinopolis, y en otras como Qart Uba y Tulaytula, continuaba.
—Por esto la comunicación del monasterio de Sancta Miriam del Rivipollensis, permitió recuperar parte de la cultura de indios, de persas, de griegos, etc. traducida al árabe, y con posterioridad del árabe al latín a lenguas romances de la Europa cristiana, siguió explicando otro goliardo.
—En materia de astronomía, se está produciendo un transvase de conocimiento en sentido inverso, de al-Andalus al resto del mundo islámico, y también a la Europa cristiana, debido al mecenazgo de Ibn al-Said y al monarca al-Mamum, en Tulaytula.
Ángel Villazón Trabanco es Dr. Ingeniero Industrial y tiene una página web dedicada al mundo de la Narrativa, del Arte, del Pensamiento y de la Cultura en General cuya dirección es:
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