Estamos ante una novela intimista. Las confesiones de un viejo físico, experto en la mecánica cuántica, ante los dilemas que se le presentan, al cabo de su tiempo, en el previsible final de su propia vida. Una novela que intenta profundizar en un difuso presente, oscuro reflejo de lo que fue su apuesta profesional, desarrollada al lado opuesto de cuanto su madre soñó que habría de ser. Hora de las confesiones, que el personaje de esta historia transforma en un monólogo con el fantasma de su progenitora, muerta décadas antes; una mujer singular, que pasó muchos años nadando entre los influjos del ocultismo, la magia, la alquimia y las innumerables doctrinas del esoterismo, tratando que su hijo se alejara de lo racional, del cientificismo, de los cantos de sirena que, según ella, llevaban a la humanidad hacia el abismo materialista.
Él había sido un físico que, en su jubilación, leía con pasión a los filósofos griegos, a colegas del pasado como Leibniz, Heisenberg, Max Born, Paul Dirac, Niels Bohr y amaba la prosa de La Náusea de Jean-Paul Sartre, junto con las elucubraciones de Jorge Luis Borges.
Una novela que opta por el conocimiento como única vía para desentrañar el absurdo histórico de las tradiciones, los dogmas, y la inconsciencia de cuantos suponen que basta con no salirse de las normas, o acaparar infinitos datos de Google, para alcanzar una apoteosis particular, que los eleve directamente a un hipotético cielo.
Manuel Salado, escritor heterodoxo, alejado de todas las corrientes literarias actuales, nacido en 1945 en un barco, atravesando el estrecho de Gibraltar, en tierra de nadie, entre la Península Ibérica y África, lo que debió marcar su nula pasión nacionalista.
Estudió en un colegio privado de la ciudad de Melilla. Más tarde cursó Arquitectura Superior en Sevilla. A continuación hizo Publicidad en la Autónoma de Madrid, conocimientos a los que dedicó 37 años de su vida, como Director de Publicidad de dos grandes empresas. Jubilado desde el año 2010, retoma con pasión su carrera literaria. Publica su primera novela en 1970, en Editorial Planeta, a la que le siguen diez más en Plaza & Janés, Seix Barral, y varias editoras más. Aunque tiene dos premios literarios, nunca se ha presentado a ninguno para promocionar sus obras. Entre otras cuestiones porque opina que la cultura debería ser gratis. Cree que ser escritor es de por sí un premio que no necesita comercio alguno, ni soportar los mecanismos esclavizantes que utilizan las editoriales para elegir qué obras son dignas de editarse.
Lleva publicadas 38 obras. Casi todas en Amazon, en completa libertad. Es el último de los novelistas que aún vive de los famosos “Narraluces” de los años setenta. Entre sus novelas destacan, por su gran difusión y aceptación popular: ZAPATOS SIN CORDONES, LA ESFINGE AZUL, LA MALDICIÓN DE CRISTO CESPEDES, MI VIAJE AL INFIERNO, y EL ESCRITOR OCULTO.
Cree en el poder de la literatura; la que no solo se limita a contar historias.
Vive y escribe gran parte del año en La Bahía del Tigre (costa onubenses) y el resto en su refugio sevillano.
Su compañera -May-, es su única consejera. Llevan juntos sesenta años.
Dedica todo su tiempo a leer, escribir y jugar al tenis.
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