www.todoliteratura.es

"Testamento hecho en Wátani", de Ángel García López

jueves 18 de enero de 2024, 22:21h
Testamento hecho en Wátani
Testamento hecho en Wátani
Después de leer N´espérez pas vous débarasser des livres de Umberto Eco y Jean-Claude Carrière, donde se revisa la historia del libro desde el papiro hasta el fichero electrónico, con erudición, humor, sabiduría, dialéctica y pasión, tengo la fortuna de acceder a dos nuevas joyas literarias del poeta Ángel García López. Una magnífica antología titulada Luna del verbo en la indiscutible editorial Renacimiento, y, el poemario que nos ocupa hoy, Testamento hecho en Wátani que nos abre las puertas a la lucidez, la esperanza y el testimonio definitiva de estar frente a una poesía de primera magnitud.

No ocultaremos nuestra admiración por el poeta que teniendo una obra definitiva en la Casa de la Poesía, nos deslumbra con este poema río articulado en 21 fragmentos. Su obra y el contexto de la promoción poética del 60 o generación de lenguaje ha sido objeto de estudio por parte de Francisco Morales Lomas y de un servidor. Un poema río que se nos presenta como una suerte de fábula bajo un título ciertamente enigmático. He querido pensar en el juego de sociedad denominado Watani, también recordé ese perfume de fragancia única y sofisticada con el mismo nombre, pero en cualquier caso se trata de un singular testamento poético que se adentra en el árbol de la literatura comprobando como la banalización germina en los nuevos campos poéticos. Precisamente, Ángel García López parte de una declaración del poeta y editor de Renacimiento, Abelardo Linares, que con más de un millón de libros en su espacio es garantía de sensatez: “La casa de la Poesía es una casa en la que los okupas han echado a los poetas y se han quedado a vivir ahí”. La fabulación de nuestro poeta es por tanto meridianamente clara, toda vez que la poesía a sido usurpada cuando no secuestrada por una difusa mancha de falsa poesía. Si a esto añadimos las consideraciones tan valiosas como inestimables del poeta y profesor Luis Alberto de Cuenca, en virtud de las cuales una gran parte de la poesía actual tiene el prurito de alejarse del coloquialismo para lograr una forzada abstracción del lenguaje, un vacío sin texto ni contexto, una falta de investigación y oficio que produce libros en cadena de literatura carente de literatura. Debiendo ser los caminos de la poesía inescrutables, parece que optan por coger los senderos erróneos.

El poema río, con una cadencia portentosa que enfatiza el endecasílabo blanco se detiene en la meditación de los hechos que tiene como base central la poesía como vía de conocimiento y con la necesidad de alejarse de lo anecdótico, lo superficial, lo ocurrente. Están los okupas, poetas del otro lado del río: “...fue llegando un tumulto de hombres extranjeros,/de otro lado del río. Rodearon los muros/con un dogal de lumbre y pusieron empeño/en herir su hermosura al saberla abatible,/sin defensa y sin armas, como un lirio sin cuerpo”.

Paralelamento, el testamento se hace lírica en estado puro con el tiempo cercano al vértigo y a la glosa existencial. Por consiguiente, el poema río traspasa lo que sería el acto de protesta contra el devenir, o por ser exacto, la deriva de la última poesía española y, reformula una portentosa estructura poética donde memoria y lenguaje rinde homenaje a los grandes poetas (Góngora, Lope, Garcilaso, Manrique, Espríu, Juan Ramón, Gerardo Diego, Cernuda, José Hierro, etc). En ese proceder de lo clásico en avance hacia una voz poética tan reconocible como necesaria, constatamos y nadie mejor que el crítico Ángel L. Prieto De Paula lo ha subrayado: “Vitalista por sus cuatro costados, este poeta ha fijado residencia en el cercado de la literatura, por cuyas estancias va y viene como ángel por su casa; pero en él la literatura no se sitúa enfrente de la vida, sino que es un ingrediente sustantivo de esta”.

En efecto, la poesía de Ángel García López, incontestable a lo largo de toda su trayectoria, contiene además la certeza de permanecer en la memoria colectiva del amor a la poesía.

Una escritura que participa de la musicalidad y precisión en el dominio de la palabra. Una obra caracterizada por una reinterpretación crítica de lo que puede desglosarse a partir del escenario de las mitologías, de la geografía poética, del espacio amoroso, del tiempo de memoria, de la indagación en el lenguaje y, de saber insertar su texto en el contexto de la Casa de la Poesía. Por esta razón, quisiera hacer especial énfasis en estos rasgos primordiales de su obra poética que nos sorprende con este nuevo poemario, que, por otro lado, para defender la poesía sería el modelo necesario para la historia de nuestras letras. Aquí hallamos su gran virtud que no es otra que una complejidad extrema en la elaboración del poema para que se nos aparezca con toda naturalidad, aquella virtud de la que nos habló Marcel Proust en su novelística. Previamente, Ángel García López inicia una búsqueda incesante y responsable en toda una corriente de estilos, para dar validez a lo que ya Valbuena Prat apuntada en 1963, como un excepcional manejo del mundo de los símbolos. Con esta perspectiva, manifiesta su verdadero objetivo, que no es sino el diálogo conciliador con otros textos, la armonía, la razón, una emocionada vía de conocimiento.

El proceso de búsqueda al que se refiere, encierra algo más que la finalidad de verbalizar la imagen aprehendida. Trata de hacer visible lo cotidiano y de paso nos enfrenta al tema por excelencia de toda poesía: el amor. Quiere además entender los tiempos y sus condenas, trata de confrontar la metafórica página en blanco y las manchas dimensionales del hombre con toda su carga simbólica e igualmente con toda su dimensión mítica. La obra de Ángel García López es la proyectada humanización de lo poético.

Puedes comprar el poemario en:

https://amzn.to/47F7w9r
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios