¿Podría usted contarnos un poco de su vida y actividad literaria?
Nací en Gijón y aquí sigo viviendo. Mi profesión es la abogacía, que consume casi todo mi tiempo.
La literatura siempre fue mi pasión, así como el cine.
Comence a escribir sobre cine hace unos diez años y desde hace dos me he lanzado a los ruedos literarios.
¿Cuáles fueron sus primeros autores que le influyeron?
De niño puedo recordar a Emilio Salgari.
Pero fue la gran catedrática de literatura Sara Suárez Solís la que abrió mis ojos a la literatura.
Mis mayores influencias pueden ser Ernesto Sabato, Jorge Luis Borges y Antonio Muñoz Molina. Pero no me puedo olvidad de Conan Doyle y Wilkie Collins.
¿Cómo definiría a sus novelas?
La única publicada tiene intriga, misterio y fantasía; pero es un homenaje a la literatura, pues sus protagonistas son escritores y eso condiciona su vida.
Pero mi gran proyecto es una novela romántica pero que es un rompecabezas, aunque posiblemente por eso no la acabe nunca, también rompe mi propia cabeza…
¿Cree que el escritor “evoluciona” en su escritura?
Más que evolucionar, igual involuciona. O simplemente se transforma, escribimos en un determinado estado de ánimo y sujetos a nuestras experiencias vitales. Y todo eso va cambiando.
¿Cómo ha cambiado su lenguaje a lo largo de los años?
La base sigue siendo la misma: me gusta el lenguaje simple y directo, adoro la sensación que las palabras me producen e intento trasmitírselo al lector. Pero la sensación debe dejar paso a la corrección y hay que plasmar argumentos, no quedarse mirándose el ombligo. Muchas veces creemos está algo perfecto, pero es solo en nuestra cabeza y cuesta sacarlo al exterior de modo que se pueda entender perfectamente.
¿Cómo siente que un escritor está terminado y cómo lo corrige?
Lo pero es la falta de inspiración, la sequía de ideas. A veces hay que airearse y otra hay que insistir en el trabajo. Hay que detectar los errores, así se aprende también.
¿Cuál es el fin que le gustaría lograr con su novela?
Causar sensaciones agradables a la persona lectora y reflexiones interesantes.
¿Qué lugar ocupa, para un escritor como usted, las lecturas en vivo?
No tengo interés. Para mi la literatura es un acto íntimo.
Las nuevas tecnologías pueden producir abusos y distorsiones, pero están ahí y no las podemos desdeñar
¿Qué opina de las nuevas formas de difusión de la palabra, ya sea en páginas de Internet, foros literarios cibernéticos, revistas virtuales, blogs etc?
Soy un romántico, me encanta el papel. Las nuevas tecnologías pueden producir abusos y distorsiones, pero están ahí y no las podemos desdeñar, simplemente hay que procurar que haya calidad.
¿Podría recomendarnos una novela de otro autor que le haya gustado mucho?
Últimamente es Vila-Matas uno de mis preferidos y ente muchas señalaría “París no se acaba nunca” que conviene leer junto con “Paris era una fiesta” de Hemingway.
¿Qué libro está leyendo en la actualidad?
Siempre tengo varias cosas a la vez, pero de distintos géneros.
Ahora estoy combinando algo de filosofía del derecho y algo de cine.
De literatura acabo de leer las cartas de Herman Melville a Nathaniel Hawthorne.
¿Qué consejos le daría a un joven escritor/escritora que se inicia en este camino de la literatura?
Pues que esperase a ser mayorcete como yo…
¿Cómo ve usted actualmente la industria editorial?
Creo que la cosa está fatal, se publica mucho y se vende poco.
Los medio electrónicos han cambiado todo, para bien y para mal, como todo en la vida.
¿Cuál es la pregunta que le gustaría que le hubiera hecho y no se la he hecho?
Si me gustaría ganar el premio Nobel de literatura o el premio Planeta.
Y hubiera dicho que de ninguna manera; la popularidad y el dinero no lo son todo; esto de la literatura es como una religión para mí.
Si (
No(
