Nueve potentes narraciones breves conforman esta nueva entrega de la autora mendocina, Dejar la infancia (1), unidas por el factor común de una suerte de pérdida del estado de gracia de que gozaban primeramente cada uno de sus protagonistas. Potentes climas están logrados a través del casi centenar de páginas que ofrece la autora, cuando los caracteres que ha imaginado nos transportan al origen de aquello que, ya en la condición de adultos, revivimos como traumáticos episodios del pasado que no solo jalonaron nuestros primeros años, sino que, para bien y generalmente para mal, nos constituyeron en el ser que somos. Intensidades narrativas donde el sobrevuelo constante de lo ominoso es muy bien aprovechado por Scarlatto, con una sutileza que no hace más que acentuar el efecto buscado y, definitivamente, muy bien encontrado y plasmado en Dejar la infancia.
El inolvidable Emil Sinclair del escritor, poeta, novelista y pintor alemán Hermann Karl Hesse (1877-1962), en Demian: Die Geschichte von Emil Sinclairs Jugend (2), vivía en un entorno familiar perfecto, donde se le enseñaba que el mundo exterior era muy semejante a ese ámbito protector y seguro, cosa que el joven, al salir de la burbuja parental, comprueba en carne propia que no es así, sino todo lo contrario.
Graciela Scarlatto retoma el hilo dejado atrás por el drama de Sinclair y lo utiliza para tejer tramas que, desde variados escenarios, han capturado entre sus hilvanes a distintos personajes -la nena de Goteras, cuento que nos inicia en la lectura de referencia; Bibi, la exploradora de tesoros familiares o Gonzalo, el hermano menor de Julián, quien atraviesa como puede el infierno de un intento de rescate, entre otros- y logran transmitirnos de un modo invariablemente perturbador cuán frágil es nuestra existencia, cómo puede ser, sin previo aviso, alterada para siempre por el libre juego de las causas y los efectos. Un juego tan imposible de predecir como de detener, que nos rodea de modo constante y al que estamos sometidos tanto en nuestra condición de víctimas como de involuntarios ejecutores de sus designios.
El logro de Scarlatto, uno mayor entre los tantos alcanzados por su colección de narrativa breve, es no desnudar por completo ese aterrador mecanismo, sino permanentemente aludirlo y eludirlo a la vez, de manera tal de acentuar todavía más su angustiante poder sobre nosotros, casi indiscernible, siempre fatal.
“La genuina patria del hombre es la infancia”, no dudaba en afirmar el poeta y novelista praguense René Karl Wilhelm Johann Josef Maria Rilke (1875-1926). Graciela Scarlatto es la cronista de esa expulsión que nos convirtió en adultos y apátridas para siempre.
La autora
La poeta, narradora, traductora y editora Graciela Scarlatto nació en la provincia argentina de Mendoza en 1966. Cursó estudios de Filosofía en la Universidad Nacional de Cuyo y en la Universidad de Buenos Aires, ciudad donde reside actualmente. Dirigió en Mendoza el espacio de arte Artaud y trabajó como creativa publicitaria. Se desempeña como Directora de Comunicación del Centro PEN Argentina. Ha publicado, entre otros títulos, los poemarios Ciclo Lectivo (Editorial Mono Sabio, Málaga, España, 2004) y Clepsidras en la lluvia (Ediciones del Dock, Buenos Aires, 2021) y la novela Vaselina (Ediciones Simurg, Buenos Aires, 2021). Asimismo textos de su autoría forman parte de diversas antologías, entre ellas Cine de Papel (Valencia, 2000) e Italiani d’ Altrove (Milán, 2023).
NOTAS
(1) Erizo Ediciones, ISBN 978-987-48886-1-7, 95 pp., La Plata, Provincia de Buenos Aires, Argentina, 2023.
(2) Hesse, Hermann, traducido habitualmente al español como Demian, S. Fischer Verlag, Berlín, 1919.
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