No caeré en el recurso típico y perverso de “las ausencias” porque lo meritorio es el trabajo incansable de investigación, lecturas, comparaciones de muchos años. En concreto, desde antes del fin de la dictadura. Siempre he considerado a Morales Lomas como un hombre de letras en el más exacto y amplio sentido del término. Bastaría sólo repasar su obra crítica, teatral, narrativa, poética tan extensa como significativo. A todo ello, debemos sumar la inquietud docente que por otro lado constituye uno de los principales focos de este libro. Al no haber caído en la repetición de listas de nombres (únicamente se retoma algunos dominios como los premios de la crítica o los premios nacionales) ni en clasificaciones por naturaleza reduccionistas, nos hallamos con una obra que directamente no existía en el panorama de este tipo de publicaciones y que atiende a criterios historicistas, de excelencia literaria y de huellas visibles fruto del trabajo.
Por consiguiente, no sólo será de enorme utilidad para el profesorado de secundaria y de universidad, sino también para la esfera crítica y para el lector interesado. De entrada, acotar el ámbito de estudio a la democracia es por sí mismo un avance cuando menos decisivo. Tampoco se da una voluntad de tabula rasa, sino muy al contrario una consideración integradora de obras literarias suficientemente acreditadas y reconocidas junto a un conjunto de obras más desconocidos pero igualmente válidas literariamente. A nuestro humilde entender, si la historia de la literatura se reconfigurara con la literatura silenciada o sin el visto bueno del elitismo, tendríamos igualmente una historia de la literatura legítima, entendible y de enormes recursos. Para que el lector no caiga en errores, no estamos ante una obra enciclopédica ni voluntaria ni expresamente, sino ante un ensayo que cubre 45 años de historia de la literatura nacional con el anhelo de no tropezar en la presunción canonizadora y la consideración de un enfoque crítico más universal, humanista y amplio, entiéndase la crítica tal como la entendía Julio Cortázar, es decir, sancionar comparativamente. De hecho, será objeto de estudio lo conocido como “el humanismo solidario”, su génesis, sus principios rectores y una sistematización teórica que corre en paralelo hacia el neorromanticismo cívico. Un estudio que atenderá también a la poesía de la incertidumbre, al fragmento en poesía, a la joven poesía actual, destacando “los millennials”.
En cuanto a la división del libro, se capitula de 1975 a 2020 en tres partes, novela, poesía y teatro, a su vez desglosada en una subdivisión por décadas. Por tanto, podemos leer este volumen como un ensayo de gran profundidad, podemos también acercarnos a él como libro de consulta o como guía, porque está articulado con un lenguaje claro y accesible a la vez que didáctico y preciso, y, en cierta manera, las raíces de ser y tiempo van activando una investigación sobre la literatura pero además con un postulado ético. A nuestro parecer, si la labor del estudioso incluye además una fundamentación de la acción moral que refuerza la capacidad crítica y analítica, la obra será doblemente bien acogida y agradecida. Quisiera insistir en este punto, porque la tarea es más ardua si cabe, toda vez que no se dispone todavía de un cierto distanciamiento para consolidar las premisas críticas, en segundo lugar porque la perspectiva de estudio en democracia es un período de extraordinaria eclosión donde las publicaciones en distintos soportes se multiplican y trae consigo unos cambios que añaden mayores dificultades a la propia investigación (el propio autor evidencia algunos datos editoriales de 2016, presentando a España como “uno de los mayores exportadores de libros del mundo...el sector editorial español exportó más de 32 millones de ejemplares”).
En cualquier caso, los criterios autoriales se fundamentan en la experiencia del oficio y de los conocimientos (que son pauta y garantía en el caso que nos ocupa), que suma a las fórmulas tradicionales otras tendencias, otras aplicaciones prácticas que no figuran en la hoja de ruta de la crítica oficial. Como decíamos, no cabe duda de que estamos ante un libro que registra saberes y conocimientos para comprender los signos del presente y ponernos de acuerdo con la lectura que debe hacerse del pasado más reciente al tiempo que nos anticipa la historia de lo que tiene que llegar.
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