- No nos perdemos una, tía.
- ¿No te fa, Puri? Es que escuchar en directo a gente docta e interesante no tiene precio. Era gratis, lástima de canapiés al final. ¡Hubiera estado redondo!
- ¡Y qué tres Vani! ¡Cuanta elocuencia y sabiduría! ¡Estaban creciditos los tres, y qué buen rollo se traían! Se notaba que estaban entre amigos. Hasta Luis, tan tímido y circunspecto se soltó la melena, aunque ya se le ve el cartón.
- No me jodas, tía, si están medio calvos. El único que puede lucir ricitos es el Yagüe; los otros ni huelen ya el Nenuco.
- No lo estropees y vamos a lo mollar. ¡Cuánto saben!, se quitaban la palabra queriendo intervenir y dejaron buenas perlas a pesar de que no contaron con la batuta de Carolina, buena profesional que sabe dirigir. Se echaron al monte en un momento y empezó la fiesta pronto absorbiendo a la concurrencia entregada.
- Como era de prever, David presentó a Javier y Javier presentó a David, y ambos a Luis Zueco, que era la estrella invitada.
- La cosa iba “La novela histórica, ¿para qué?”, y menos mal que no hablaron de su libro “Entrevistas con historia”, superventas en todas las librerías y archiconocido por los buenos lectores del tema; se contuvieron, aunque sí hicieron referencias e incluso firmaron ejemplares… Más Zueco.
- Según Yagüe, el director de Todoliteratura, Javier Velasco Oliaga, es un gran cronista en el mundo editorial desde hace la friolera de veinte años y divulgador de la historia, cuyos artículos se pueden leer en revistas como MUY Historia”. O sea, famoso en el mundo mundial, tía.
- ¡Ándate con ojo, bonita, que es el jefe! ¡Cuidadito con lo que dices, que ya sabes cómo se las gasta!
- Voy prudente y con pies de plomo. A él le tocó presentar a David, admitiendo que son a la vez rivales y amigos. ¡Cómo se reía el joio! Sólo rivales periodísticos, aclaro, que se miran de reojo y si tiene una exclusiva se la guarda para que no se entere. David, además de periodista es también escritor de novela histórica y juntos han hecho muchas cosas -como el libro antes mencionado y que no voy a dar más publicidad porque todo el mundo habla de él-, como Certámenes de Novela Histórica, entrevistas, viajes de prensa de presentaciones de novela histórica… Contó también que Yagüe ha dado un salto de 20 minutos al ABC, por lo que ha tenido que dejar su blog con el consiguiente regocijo de Javier que se ha quedado sin competencia.
- Se notaba la complicidad, Vani, y para el prologuista de “Entrevistas con historia”, Luis Zueco, ambos estuvieron de acuerdo en que es uno de los grandes novelistas de la nueva ola de la novela histórica en nuestro país. Ha escrito nueve novelas históricas y un thriller, con el poco tiempo que tiene siempre investigando y en sus castillos. Un no parar, la criatura. ¡Lo que ha vendido! Podría comprar el Ecce Omo de Borja, el pueblo que lo vio nacer si no lo hubiera destrozada aquella alma caritativa con delirios de restauradora. Alguna broma hizo Oliaga al respecto además de alabar los conocimientos sobre los castillos que tiene el escritor.
- Y por fin comenzó el debate. Novela histórica, ¿para qué? Y David, que es muy listo pasó la pelota a Luis, que entró al trapo sin remisión y muy acertadamente después de lanzar flores a los dos amigos. Destacó la gran cantidad de autores que hay en estos momentos en España que escriben sobre este género, tratando todas las épocas, y que no sólo escriben sobre nuestro país, sino que también amplían terruño. Ahora ya no hay que importar novela histórica anglosajona, la tenemos en casa y nos cuentan la nuestra. Para eso puede servir la novela histórica, por ejemplo, puntualizó: para conocer mejor nuestra historia desde épocas muy antiguas, despertar interés fomentando el placer de la lectura. Según el escritor, es un género muy difícil de escribir, pero luego tiene recompensa, como es la fidelidad de los lectores.
- Y Oliaga que tenía ganas de hablar se lanzó de nuevo, reafirmando que el panorama ha cambiado mucho en los últimos veinte años, que no hemos sido los inventores del tema pero que tenemos novelistas fantásticos como Benito Pérez Galdós, con sus Episodios Nacionales, definiéndolos como novelas históricas bastante breves, sencillas y geniales. Pío Baroja, otro que tal baila, Valle Inclán y Gil y Carrasco. Seguro que el tío se las ha leído todas y que no lo decía por hacerse el interesante, que también. Lo que significa, que en España siempre ha destacado este género, aunque en los últimos años hayan triunfado a lo bestia. Explosión de autores, afirmó, aunque en su libro sólo figuren sesenta entrevistas, incluyendo autores extranjeros. Y ahora se tira el moco: no se ha explicado bien la historia de España, y los historiadores tienen muchas veces la culpa porque suelen ser aburridos comparados con los británicos, más divulgativos, escriben como si fuera una novela. Autores como Luis, nos dan a conocer periodos de la historia que no conocemos. Ellos siempre se fijan en cosas curiosas que atraen al lector. Es lo que están haciendo en estos momentos los escritores de novela histórica: divulgar esa historia que normalmente no leemos en los libros de historia; esa historia que se fija más en lo cotidiano, en los sentimientos de los protagonistas…
- Pues sí se explayó el tío. Ahora le toca a David que dejó también buenas perlas: no fuimos los pioneros de la novela histórica, que nace en el S.XIX con el romanticismo, pero sí los españoles se subieron pronto al carro… la novela histórica contemporánea se empieza a formar con unos pocos autores a finales de los ochenta, Juan Eslava Galán, José Luis Corral, Jesús Maeso, Arturo Pérez Reverte… en las dos últimas décadas han ido perdido espacio las novelas traducidas de fuera frente a una gran ola de autores que están copando casi mayoritariamente el mercado… ¿Para qué sirve la novela? para introducir, para contar nuestra historia.
- Y ahí metió matices y polémica cuando afirmó rotundo que la novela no es el vehículo para contar la historia. Novela es el sustantivo e histórica es el apellido. En esencia, la novela es ficción y cuando queremos aprender tenemos que tener un poco de precaución. No es lo mismo leer un ensayo sobre historia que leer una novela. La novela por definición es fábula, es ficción. Las novelas tienen un poder divulgador, de emocionar e interesar que no van a tener los ensayos, los documentales o los museos.
- Joder Puri, ¿lo vamos a contar todo? Reduce, bonita que lo largo aburre a pesar de lo interesante del tema, y seguro que los de la organización han colgado el vídeo completo para que los interesados lo vean en familia estas navidades.
- Sí, tía, vamos con el final, con la estrella, es decir, con Luis Zueco. Oliaga habla de las peculiaridades de sus obras, como son que los protagonistas no son los grandes de la historia, por una vez, sino personas secundarias con una vida cotidiana, que tiene sentimientos… nos acerca la historia desde esos personajes, más humanos que los de otros novelistas históricos.
- ¡Y aquí vimos a Zueco en su salsa! Habló de la visión que tienen los extranjeros de nuestras guerras, como la de la Independencia, que ni la conocen… ¡serán mamones! Que se la han apropiado como su guerra peninsular los ingleses en la que España ni aparece, expoliando todo lo que pudieron. Afirma que hay escritores que cogen un personaje histórico y tienes una historia novelada de ese personaje, que es una manera de hacer novela histórica… pienso que en la historia hay muchas facetas que se nos escapan… para mí, en la historia es muy importante el clima: tres años de sequía en la Edad Media podían hacer caer una corona; la economía también es fundamental… la historia siempre se ha basado mucho en las batallas, en personajes históricos militares, dando mucha importancia a la guerra y yo creo que es mas importante atacar la historia en la novela desde personajes más secundarios. El pueblo es el 95% de la población y tú no podías gobernar contra el pueblo porque, al final, éste se volvía contra ti… tratar personajes más bajos es más real, son más importantes de lo que parecen; porque puedo hablar de un rey desde diferentes registros; no tengo que poner palabras en boca del rey, se las pongo en las del comerciante, de un sacerdote, que, además, tendrán visiones distintas sobre el mismo personaje real… ¿cómo pensaba una reina de final del S. XV? Es muy difícil de imaginar, podemos acercarnos, tener diferentes visiones y configurar los personajes, pero tienes que hacerlo a través de la gente que la rodea que, muchas veces, son los que te dan más información… es atacar de diferentes maneras la novela histórica… la novela es ficción. El contexto histórico estará muy estudiado, pero ¡la novela histórica es ficción!
- Tía, después de esto, se nos cayeron a impulso, y no sigo con el ajedrez y con la Latina porque otra vez me vengo arriba. Mejor que vean el vídeo, que ya se me agota la oratoria…
- Ahí me has dao, tía, y vamos a por una caña que esto se acabó y aquí no hay más que arrascar aunque el público no se levante.
-¡Cien por cien, tía, Cien por cien!
Puedes comprar los libros en: