Electra es una de las hijas de Agamenón, rey de Micenas, y de su esposa Clitemnestra. Su mito gira en torno al plan que urdió junto a su hermano Orestes para vengar el asesinato de su padre dando muerte a quienes lo habían perpetrado: su propia madre Clitemnestra y el amante de ésta, Egisto. Nos lo cuenta Eurípides, (y Sófocles, y Esquilo) en un enrevesado argumento que, siglos después, Lucía Trentini (Actriz/Directora/Dramaturga y Cantante) se encarga de hacernos llegar a nuestros días, a modo de opereta cómica, para darnos luz sobre tan fatídicas relaciones ancestrales entre padres/madres, hijos, amantes y los dioses mirando hacia otro lado.
La cocina es el lugar de la casa por excelencia donde se dirimen algunos contrastes de opinión. Mientras se pica la cebolla, que es el mejor justificante para disimular las lágrimas originadas por malos entendimientos. Así, esta Elektra, en este caso con k, en su 37 cumpleaños quiere derramar todo el odio acumulado hacia su madre, hacia su supuesto novio, hacia la vida en general, amortiguando vientos tempestuosos tras los oscuros designios que llevaron a Clitemnestra a asesinar a Agamenón dejando a Elektra desamparada y sola, “desempadrada” y mustia.
Por eso, entre cacerolas, cacharros de cocina, y en un cuadrilátero donde deben contender madre e hija, dándose golpes dialécticos, cantando sus horrores, rompiendo los sueños de una libreta de poemas, nos cuentan la historia.
Elektra es la propia Lucía Trentini y su madre Gloria Albalate, donde no hay momentos de paz, pero sí de humor, de quitar hierro a la tragedia, de sacarse las tripas sin que duela demasiado. Tragedia convertida en un festín de soledades, en penas convertidas en dulces momentos humorísticos.
Pero siguen viéndose desdenes, angustias, sombras, gritos ahogados, en una eternidad de culpa y acusaciones.
Son los personajes y son ellas mismas. Ofreciéndonos su arte y sus amenazas, sus relaciones y sus recuerdos, escarbando entre castigos y perdones.
El suelo es un tablero de juego, damas que se comerán entre ellas, porque lo que se prepara en la cocina, después, hay que dar buena cuenta de ello.
Desnudas en el desafío, se despojan de los disfraces de la educación y las buenas maneras y convierten la risa en el milagro de la tragedia. La risa como condimento de un mortal enfrentamiento.
FICHA ARTÍSTICA
Dramaturgia y dirección: Lucía Trentini.
Interpretación: Lucía Trentini y Gloria Albalate.
Desarrollo del espacio Escénico e Iluminación: Bibiana Cabral.
Espacio sonoro, composición de canciones y producción: Trabajo colectivo.
Espacio: Nave 73