"Memorándum", de María Gaitán

El título es toda una declaración de intenciones, y lo es en todas sus acepciones, desde el mensaje escrita para comunicar algo específico y de manera interna, entrando en juego esa suerte de catarsis que sin duda representa la poesía; también conlleva una función aclarativa que podría incluso justificarse en su antónimo, generar la duda o socializarla. En definitiva, una recopilación de hechos y razones con los que configurar la materia básica de la poesía. Memorándum desprende una poética de la memoria, si acaso, un inventario emocional que constituya las bases para nuevos proyectos y desafíos poemáticos. La propia autora, refiriéndose a lo que entiende como poesía nos aclara “la literatura es el arte de usar el lenguaje en su nivel estético con precisión para provocar emoción”. La autenticidad brota de manera natural y se refuerza en una disposición tipográfica muy visualizable, de extraordinaria sencillez formal y con una profundidad expresiva y riqueza significativa que nos brinda finalmente un poemario cautivador. Si atendemos a la antología editada por Francisco Ruiz Noguera Yo y mi sombra, libro abierto. Antología de jóvenes poetas malagueños, Urania, Málaga, 2021 o el portal “Linumi”, proyecto de un grupo de investigadoras de la Universidad de Málaga sobre jóvenes autores malagueños durante los años 2000 y 2021, entre otras publicaciones, constataremos que la obra de María Gaitán tiene tanta relevancia como originalidad dentro del panorama actual de las letras españolas. Muy recientemente, se nos fue uno de los pilares de la cultura y la literatura en Málaga, como fue el artista Francisco Peralto, añorado y admirado. Entre los múltiples proyectos y libros, destaco la colección “Los libros de mi sangre”, en particular el titulado Alozaina Olea Europea, Editorial Corona del Sur, Málaga, 2020, donde agradezco el ser compañero de publicación de María Gaitán, Juan Gaitán, Antonio García Velasco, Rafael Ávila entre otros. El soneto y el olivo además de las genialidades de Peralto conforman un libro de máxima categoría.

María Gaitán nos abre el poemario con una cita del genial Borges: “Sólo una cosa no hay. Es el olvido” procedente del poema “Everness” que, según el propio Borges es término que pertenece al siglo XVII y expresa el “siempre”, “la eternidad” de alguna manera. La presencia de los abuelos, los veranos, algunas cosas claras en la vida, los aromas, los olores, carnavales, los poemas, la música, la filosofía, la introspección, la animación y, desde luego, un tributo a la figura del padre que se condensa magníficamente en el último poema: “Hay pequeñas cosas que se aprenden,/como el insomnio, la música,/el café,/y no ponerle título a los poemas”. Como suplemento informativo, añadir que cada lunes a través de las redes sociales, el poeta Juan Gaitán publica un poema, olvidando siempre poner título. Nuestra autora, en aguda conciencia tampoco titula sus poemas, reforzando la pureza poética -si se me permite la expresión-, el umbral de la claridad, donde su mirada compleja reconstruye toda representación de lo simple, lo transparente, rechazando pese a que la memoria, caprichosa, a veces se nos aparece en desorden, cualquier paradoja metódica, a lo sumo “uso el carnaval para explicar Filosofía”. En la exigencia mencionada de imagen límpida y luminiscencia sonora transcribo un poema muy ilustrativo y que nos recuerda en cierto modo los ovillejos cervantinos: “A veces,/en el centro de un papel,/dibujo despacio,/letra a letra,/la palabra agua,/Entonces el agua llama al mar./El mar al verano./El verano a la abuela./Y la abuela a la niña./Y la niña al perro./Así dibujo mi casa”.

Por tanto, en las vías marcadas por la modernidad subrayo la complejidad de la mirada y la simplicidad de la cosa, o dicho de otro modo, una pedagogía poética absolutamente original, singular cuando no una verdadera transfiguración de tiempos verbales, un deseo voluntario por articular un discurso más vivencial que interpretativo, una apasionada defensa de la libertad y un credo musical “con sus múltiples formas de quererme”.

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