La voluntad del texto, dentro del objetivo de propiciar conocimiento artístico y cultural con carácter pedagógico, es poner de manifiesto, apoyándose en distintos y numerosos trabajos llevados a cabo por especialistas, “un invisible hilo conductor en la gestión histórica de la memoria, particular y colectiva” como tarea propiciada de uno u otro modo por mujeres. Durante mucho tiempo –leemos en uno de los trabajos incluidos en este libro, y dedicado a la colección de pintura de la poderosa señora guipuzcoana María de Lazcano (1593-1664)- el estudio de la promoción artística en el Antiguo Régimen dirigió su mirada a la masculina. Ahora bien, “esta tendencia ha cambiado en las últimas décadas con un número creciente de publicaciones y actividades que tie4nen a la mujer comitente de arte como protagonista (…) En esos trabajos se observa una mayor atención por la labor edilicia y fundacional femenina (…) Tal y como han revelado los estudios dedicados a reinas, infantas y nobles, la posesión de cuadros por parte de estas damas fue la norma, elemento esencial del ornato de sus palacios –algo observable hoy, por ejemplo, al girar una visita al palacio real de Madrid, por ejemplo, sobre todo en lo que hace a algunos ejemplos del ornato- conventos y capillas” Y continúa: “en sus manos, lienzos, tablas y cobres fueron soporte de expresión de los valores de su dinastía, estamento, piedad y preferencias estéticas”. Desde luego, resultaría una anomalía histórica ocultar el protagonismo artístico a la mujer a sabiendas de su influencia, más o menos puesta de manifiesto, de su contribución estética y funcional al patrimonio artístico, ya fuere como autoras, ya como definidoras de un gusto y una funcionalidad propias. La definición explícita del título del libro se avala profusamente, con estudios tales como ‘Reinas e infantas y la recepción de la cultura andalusí en los reinos de Castilla y León durante la Edad Media’ hasta el muy específico ‘Mujeres, medallas retrato e imagen de poder en el Renacimiento; de la legitimación política a la alegoría del buen gobierno’; desde ‘Una imagen vale más que mil palabras. Isabel Clara Eugenia y la retórica visual como herramienta política y de persuasión’ hasta ‘Mujer y propaganda durante la guerra civil española’, llegando ya a tiempos recientes. El estudio recogido aquí es, pues, no solo oportuno sino que, en su rico didactismo, hace justicia histórica y estética a lo que ha sido la realidad. Habiendo sido, estos estudios, redactados por especialistas, adquieren un valor añadido, no solo por la información cualificada aportada, sino también por el valor del lenguaje utilizado y el exponente argumental, claro y definidor. Un libro de consulta, sí, pero tan útil como necesario. https://ricardomartinez-conde.esPuedes comprar el libro en:
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