Cuando hablamos de novela distópica, nos referimos a ese subgénero de la novela de ciencia ficción que explora futuros alternativos y, en su mayoría, fatalistas, caracterizados por sistemas gubernamentales opresivos y totalitarios. Mundos en los que los personajes carecen de voz propia y derechos que los amparen. Tal vez sea ese fatalismo el que lleve a lectores de todas las edades a sumergirse en el mundo de la novela distópica, ayudándolos a enfrentar, y de alguna manera, a aliviar la incertidumbre inherente que todo ser humano experimenta con respecto al futuro.
En este artículo exploraremos las mejores novelas distópicas para lectores de todas las edades: desde distopías para un público juvenil hasta las que abordan temas más complejos y controvertidos.
La trilogía de Los juegos del hambre escrita por Suzanne Collins es una de las distopías más reconocibles en la literatura contemporánea. Esta narrativa se desarrolla en el ficticio país de Panem, una nación fracturada en dos realidades opuestas: el lujoso Capitolio, residencia de los más ricos y poderosos, y doce distritos, hogar de la clase trabajadora. Cada año, como castigo por una rebelión pasada, el Capitolio organiza los Juegos del Hambre, un evento en el que un chico y una chica de cada distrito son seleccionados al azar para luchar a muerte en una arena que será televisada para entretenimiento del Capitolio. La historia comienza cuando en los septuagésimo cuartos juegos del hambre, Katniss Everdeen se ofrece como tributo para salvar a su hermana pequeña que fue seleccionada para representar a su distrito.
Continuando con las trilogías, nos adentramos en Divergente escrita por Veronica Roth. La saga se desarrolla en una nación futurista dividida en cinco facciones, cada una con sus diferentes valores: abnegación, osadía, erudición, cordialidad y verdad. Cuando se alcanza la mayoría de edad, cada joven debe elegir una facción con la que convivirá para el resto de su vida. Este determinante proceso se apoya en una prueba de simulación que pone a prueba los diferentes valores de cada facción. La protagonista de esta historia, Beatrice Prior, no encaja a una sola facción, una rareza que conlleva graves consecuencias, incluso la muerte.
Un clásico de las distopías es 1984 de George Orwell. La historia se desarrolla en un mundo totalitario y sombrío, dividido en tres superpotencias: Oceanía, Eurasia y Asia Oriental. Oceanía está regida por el Partido, que mantiene a los ciudadanos bajo vigilancia perpetua, arrestando y haciendo desaparecer a quienes se rebelen. El “presidente” es el Gran Hermano, un dictador al que todo ciudadano está obligado a amar. El protagonista de la novela, Winston Smith, es un funcionario del Ministerio de la Verdad, y tiene por tarea reescribir la historia para que se ajuste a la narrativa e ideología del Partido. Winston comienza a cuestionar la autoridad del Partido y se involucra en un acto de rebelión.
Otro clásico de la novela distópica aborda temas más controvertidos, en concreto la cosificación de la mujer. El cuento de la criada escrita por Margaret Atwood, se desarrolla en la República de Gilead, caracterizada por una profunda influencia de una religión extremista y totalitaria. El papel de la mujer en esta sociedad se reduce tres roles: las esposas, que gestionan los hogares; las criadas, forzadas a procrear para las élites del régimen; y las Marthas, sirvientas encargadas de las tareas domésticas. La protagonista, Defred, es una criada que es obligada a concebir hijos para el comandante Fred Waterford y su esposa, que sufre de infertilidad. Defred desafiará el sistema y buscará maneras de recuperar su autonomía.
En quinto lugar, nos encontramos con una de las distopías más famosas del siglo XX: Un mundo feliz de Aldous Huxley. La novela nos transporta a un mundo donde la tecnología y el control social han llevado a la creación de una sociedad aparentemente perfecta, dividida en un sistema de castas en el que los individuos están creados y alterados genéticamente. La humanidad ha renunciado a muchos placeres de la vida como el amor, la familia y la individualidad, a cambio de estabilidad y comodidad. El uso de una droga llamada “soma” tiene un rol importante en el establecimiento del bienestar, puesto que mantiene a la población feliz y despreocupada, eliminando todo rastro de sentimientos negativos. La historia se desarrolla a medida que Bernard Marx desafía el sistema y busca entender su lugar en un mundo que ha renunciado a muchas de las cualidades humanas esenciales.
En último lugar, adentrándonos en el mundo intergaláctico, nos encontramos con Los juegos de Ender escrito por Orson Scott Card. La trama se desarrolla en una Tierra futurista amenazada por una raza extraterrestre, que quiere destruir a los humanos. El protagonista de la novela, Andrew “Ender” Wiggin, es un niño prodigio reclutado por la Flota Internacional de la Tierra para ser entrenado como comandante. Bajo un gobierno totalitario y controlador, Ender nace como un experimento que salvará a la raza humana. Sin embargo, a medida que descubre la verdad sobre la naturaleza de la batalla y el sacrificio que se le ha exigido, Ender se enfrenta a dilemas éticos y emocionales profundos.