Aquella, que se tomaba la vida con muy poco sentido común y mucho sentido del humor, tocando los güevos al star system y desafiando ese absurdo sinsentido que llaman “sentido de Estado”. Pues bien, ese día cuando tú y yo no estemos aquí para verlo, todo se habrá consumado. Europa habrá desaparecido, el mundo será un sindiós y nadie, ni siquiera la nueva rica Yolanda Díaz (forrada a tu costa y a la mía) habrá podido escapar a Marte en un cohete.
Me alegro por los marcianos, porque donde va la Yoli va la ruina y la bancarrota. Su background gallego es una odisea asombrosa y extravagante. Eso sí, intentar lo ha intentado con el PCG, IU, AGE, En marea, Podemos y Sumar. Sumar solo ha sumado catástrofes electorales, de derrota en derrota hasta la investidura final. Porque ojo que la Yoli no da puntada sin hilo. Entre halagos, besuqueos y magreos, por donde pasa no crece la hierba. Que Sánchez tenga cuidado, como se despiste lo fulmina y se convierte en la primera presidenta de España. Un país que los mundos venideros conocerán como “Yolilandia” donde serán ministras la Colau y la médica y madre. No te rías, tío, no va de coña. Esto puede pasar.
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