Esta monografía de 60 páginas nos ilustra sobre los Beatos iluminados del Reino de León o Regnum Imperium Legionensis, y es una auténtica joya de la historiografía del Medioevo. Presenta una importante colección de imágenes a todo color sobre dichos textos, y que tanto representó en los monasterios del Reino de León. Este librito se produjo como resultado de la exposición temporal realizada entre el 22 de diciembre de 2021 y el 1 de mayo de 2022. En dicha exposición se presentaron todos los facsímiles disponibles de los Beatos del Reino de León; el Centro de Estudios Benaventanos “Ledo del Pozo” aportó su labor editorial, divulgativa y científica sobre lo que prestaba, de forma totalmente generosa, el Museo de León. «Los museos generan multitud de discursos declarando sus pretensiones, dando cuenta de rasgos, contextos y glosas de las obras que exponen. Desde las modestas e ineludibles cartelas a los exuberantes medios virtuales de la actualidad, el panel que a menudo escolta esas obras quizá sea la literatura más museística, un destilado a la vez contradictorio y comprometido: combate su propio entrometimiento sin renunciar a complacerse en su contenido. Paneles del museo reúne los textos e imágenes que acompañan a las obras en las exposiciones temporales del Museo de León, con ánimo de compendiar aquello que estas pretenden y mantener encendida su intención. Con maneras sintéticas y, si cabe, estéticas, los paneles equivalen a la carta de naturaleza de obras que se congregan, tal vez por primera y única vez, en un espacio que les otorga un mensaje distinto, renovado y fugaz. Contra esa caducidad, esta publicación que, esperemos sea de su agrado». Maius, como colofón del Beato Morgan escribe: “… impregnado de amor al libro (del Apocalipsis)…he representado en pintura formas prodigiosas…”. El celebérrimo monje Maius fue el autor del Beato de San Miguel de Escalada y del códice de San Salvador de Tábara (Zamora). El estilo de violencia y de misticismo, a la vez, sorprenden siempre a quien contempla la magistral iluminación de los episodios del libro del Comentario del Apocalipsis de San Juan Evangelista, pero nunca provocan indiferencia. “Quizás esos extremos se deban también a su floración en un entorno de contrastes, época áspera en la que diversos monasterios se empeñaron en transmitir el texto, ilustrado con imágenes, de un exaltado final que tal vez sintieran inminente o, en todo caso, tomaron como pretexto para una prodigiosa creatividad. El Reino de León cuenta con gran número de esos artistas, scriptoria monásticos y ejemplares conservados”. En el año de 1919, el gran historiador y arqueólogo Manuel Gómez-Moreno publicó su obra sobre las Iglesias mozárabes españolas, lo que es obvio, ya que los mozárabes son los cristianos que vivían en el territorio de Al-Andalus, y que significan ‘arabizados o mustarabib’, que corresponden a un nuevo arte arquitectónico, el mozárabe, que se diferenciaba del anterior o prerrománico. “Nombre convencional (como el de todos los estilos), alude a una serie de templos y sus decoraciones elevados durante el siglo X en los reinos cristianos al norte del Duero distinguidos por una sabia mixtura de la tradición visigoda y asturiana con la fascinación andalusí”. La mayoría de sus edificaciones se encuentran en el territorio del Reino de León: Santiago de Peñalba, San Miguel de Escalada, Santo Tomás de las Ollas, San Cebrián de Mazote, San Salvador de Palat de Rey, etc. Teniendo sus paradigmáticos centros de copistas esenciales en Tábara y, a continuación, en Sahagún. El prof. Gómez-Moreno realizó una incansable labor de estudios y de catalogación del patrimonio monumental. Entre los años 1906 y 1908, realizó un estudio, pormenorizado, de todos los monumentos de la provincia leonesa de León, que luego publicó en un grandioso Catálogo monumental, ya en el año-1925, que le serviría como base ineluctable para realizar su magnífica tesis doctoral sobre la arquitectura de los mozárabes. Todo ello el prof. Gómez-Moreno lo definió como: “Trabajos de catalogación artística emprendidos en tierras leonesas por quien esto escribe, le pusieron en contacto con algunos edificios de la serie mozárabe, cautivándole desde luego”. El siglo X se refiere, en la esplendorosa Alta Edad Media, al arranque de la expansión y consolidación de los reinos cristianos del norte; en la realidad solo dos y muy unidos entre ambos, por necesidades y deseos ineluctables de Reconquista: en la zona oriental se encuentra el reino de los vascones o Reino de Pamplona y de Nájera, y en occidente el más grande de todo el Medioevo, es decir el Reino de León o Regnum Imperium Legionensis, depositario de la idea neogótica del reino visigodo de Toledo, con todo lo que eso representó en el devenir medieval de las Españas. Hay que conocer quien ocupa el trono imperial legionense, nada más y nada menos que: RAMIRO II “EL GRANDE”, ‘Magnus Basileus’ (cuya biografía ha sido mi 6º libro), a quien he calificado con toda propiedad de ‘el Invicto’, y quien marco todas las normas socio-políticas y militares en la península, a pesar de la existencia de enemigos declarados conspicuos como el califa omeya cordobés Abd-Al-Rahman III Al-Nasir, y un redomado traidor en el condado leonés de Burgos como lo fue el conde Fernán González. “Esta línea, alcanzada mediante una repoblación titubeante y a veces marginal, se acompaña de fundaciones monásticas -o eremíticas- promovidas por la monarquía donde, en ocasiones, florecerá ese arte nuevo y la iluminación de libros”. Desde el territorio mahometano llegan gentes, quienes aunque seducidos por la cultura de los sarracenos, presentan una obvia beligerancia hacia el Islam andalusí, que no los ha tratado con la dignidad precisa, ya que siempre han sido ciudadanos de segunda, pagando impuestos extraordinarios como el de la capitación y el relativo a no ser musulmanes. En este momento histórico, ocupa el trono de los ástures el primer monarca de León y de Oviedo, repoblador de León y de Astorga, y que se llama Ordoño I; la urbe imperial legionense está muy bien protegida por sus recias murallas romanas, creadas por la Legión VII, y dentro del recinto ya se puede vivir con comodidad, creando las estructuras políticas de un nuevo Reino, que ya supera al de Oviedo. A pesar de todos los embates pavorosos de un caudillo como Almanzor, la estructura política ya está creada y el desarrollo será inevitable. A través del Camino de Santiago llegan rasgos culturales tales como el arte románico y la reforma cluniacense. Todo ello está en este pequeño libro, relativo a todo lo que el Reino de León ha aportado a las Españas y a Europa. «Corcillum est quod homines facit, cetera quisquilia omnia». Puedes comprar el libro en:
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