Si la participación de las mujeres en la ciencia ha quedado marginado a un segundo plano por los avatares de la historia, cuando no sepultado de por vida el trabajo de las ilustradoras, “esas grandes observadoras, con capacidad de análisis y de síntesis”, tal y como las define Toya Legido, artista y profesora de la Universidad Complutense de Madrid, también le ha ido a la zaga, a pesar de que estas mujeres se hicieron imprescindibles porque representaban con fidelidad y rigor ejemplares y especies.
El libro Ellas ilustran botánica, editado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y presentado en el Real Jardín Botánico (RJB), persigue sacar del ostracismo el trabajo de mujeres ilustradoras botánicas, desde el siglo XVII hasta la actualidad, desvelando las relaciones entre arte, ciencia y género, y poniendo en valor la implicación de estas mujeres en la difusión de la biología.
Historia, sociología y cultura se entrecruzan en los diferentes ensayos que van tejiendo la obra para poner en valor el importante número de mujeres que han estado implicadas en los procesos de difusión de la ciencia. Los textos se ilustran con más de 50 reproducciones de obras botánicas de gran valor estético realizadas por mujeres.
En ellas se puede apreciar la sensibilidad artística con la que han representado la botánica, demostrándonos cómo la ciencia puede ser arte y el arte ciencia. Pero, además, este libro nos enseña a través de sus interesantes biografías como ellas, nos han ayudado a trazar los caminos de la igualdad.
En la presentación, la directora del RJB-CSIC, María-Paz Martín, iniciaba su intervención apuntando que, “la forma en que entendemos la naturaleza, la biodiversidad está mediada por la imagen. En este punto se unen ilustración y ciencia, una frase extraída de una prestigiosa revista científica que resume de manera elegante el estrecho vínculo que la ciencia mantiene con la ilustración”.
María-Paz Martín, autora de uno de los capítulos de Ellas ilustran botánica, ‘Las hijas de Linneo. Breve historia de algunas pioneras de la investigación botánica’, indicaba a los asistentes que, entre los miles de dibujos e ilustraciones que se conservan en el Archivo y la Biblioteca del Real Jardín Botánico, es un orgullo tener trabajos realizados por mujeres como Paula Millán Alosete o Victoria del Val.
“Esta obra es un claro exponente de la importancia de unir arte y ciencia para difundir conocimiento a través de la mirada creativa”, señalaba la vicepresidenta adjunta de Cultura Científica y Ciencia Ciudadana del CSIC, Pura Fernández, que en su calidad de directora de la editorial CSIC, responsable de la edición del libro, resaltaba el compromiso de la editorial “por crear libros rigurosos y especializados, pero también divulgativos como éste que se puede calificar como un libro de artista”.
La coordinadora del libro, Toya Legido, recordaba que esta obra nace de la exposición del mismo título, Ellas ilustran botánica, inaugurada en la Casa de las Ciencias de Logroño en febrero de 2022 y que, según adelantaba la directora del RJB-CSIC, se podrá ver a lo largo del primer trimestre de 2024 en el Pabellón Villanueva del RJB.
Toya Legido presentaba a la práctica totalidad de las autoras de cada capítulo del libro, todas mujeres a excepción de una masculina, la del profesor de Diseño e Imagen de la UCM Óscar Hernández, codirector del grupo de investigación UCM Arte, Tecnología, Imagen y Conservación del Patrimonio Natural.
El libro arranca con el capítulo ‘Clásicas y modernas. Los orígenes de la ilustración botánica en femenino’ que firma la propia Toya Legido. A éste le siguen: ‘De brujas, yerberas, ilustradoras y científicas: una historia de mujeres y plantas’ de Elisa Garrido Moreno, ‘Origen y desarrollo de las técnicas gráficas a través de la obra de ilustradoras botánicas’ de Mónica Gener y ‘Botánicas, un caso de estudio: flores, plantas, frutos e insectos’ de Rocío de la Villa.
Seguidamente, María-Paz Martín ahonda en el ya referido capítulo de ‘Las hijas de Linneo…’ para continuar Lucía Moreno Diz con su aportación sobre ‘Botánica y fotografía, artistas y científicas’. Ella es también la responsable de la edición gráfica y el diseño. Marta Chirino, ilustradora en muchos proyectos del Real Jardín Botánico-CSIC, explica ‘Qué es, cómo y por qué existe la ilustración científica botánica contemporánea’. Ana J. Revuelta Hernández y Óscar cierran los capítulos con su artículo sobre ‘Artistas botánicas contemporáneas. De la ilustración técnica a la divulgación científica.
De este modo, partiendo del trabajo de algunas de las mujeres más relevantes del dibujo y el grabado clásico del siglo XVII se observa cómo a partir del siglo XVIII la iconografía botánica se expande y aparecen las primeras mujeres que se embarcan en expediciones científicas.
A partir del siglo XIX se puede ver como el uso de tecnologías como la fotografía, el microscopio, los rayos X o el escáner cambia la manera de representar la botánica, y como las mujeres son también pioneras en sus usos. De las creadoras del siglo XX destaca su sólida formación científica y artística que hace que la imaginería botánica se especialice.
Los textos de los autores señalados se ven enriquecidos por los dibujos fieles a las especies representadas de ilustradoras clásicas como Maria Sibylla Merian, Anna Maria Vaiana o Marianne North junto a otras contemporáneas entre las que figuran Paula Millán Alosete, Victoria del Val, Marta Chirino o Margarita Dueñas, todas ellas vinculadas al Real Jardín Botánico.
Pero también encontramos creaciones artísticas que elevan la botánica a categoría de arte como las producidas por Giovanna Garzoni, Anna Maria Van Schurman, Paula Heredero, Tatiana Boyko o Aina Bestard.
Ellas ilustran botánica, que presenta la obra de medio centenar de mujeres, aunque pretende seguir creciendo en número con aportaciones venideras que visibilicen a otras muchas que permanecen en el anonimato, se completa con unas imprescindibles biografías que ayudan a conocer mejor a estas ilustradoras y comprender su trabajo en función de la época en la que éste fue realizado.
De hecho, en su página de cierre hay un agradecimiento “a todas las mujeres que habéis plantado la semilla del conocimiento botánico en nuestras tierras interiores, haciendo crecer nuestro amor por la naturaleza. Con vuestras exquisitas, evolucionadas y generosas interacciones habéis hecho que germine esta publicación. Solo hemos empezado a arar la tierra. Sirva este libro como una pequeña semilla que otras mujeres ayuden a crecer”.
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