Lydia Koidula, poeta estonia del siglo XIX defensora de la lengua y los valores autóctonos en una época marcada por la influencia rusa martes 23 de mayo de 2023, 11:55h
Heredó de su padre la lucha nacionalista frente al imperio ruso a través de su obra poligráfica escrita en estonio y alemán. A Lydia Koidula se le considera una mujer pionera en el teatro de su país, influida por el movimiento artístico alemán Biedermeier. Lydia Koidula, ('amanecer' en estonio) fue hija de intelectuales estonios; nació en Vana-Vändra en diciembre de 1843 y después de asistir en su ciudad natal al Liceo Alemán, se traslada junto con su familia a Tartu, localidad emblemática por su liberalismo. Su padre fundó el primer periódico en lengua estonia El cartero (Postimees) en el que colaboraba nuestra escritora con sus incipientes poemas escritos en lengua alemana. Lydia, durante parte de sus 43 años de vida, asiste al famoso movimiento cultural denominado Despertar nacional del que ella misma se erige, por méritos propios, en indiscutible representante literaria con el título de Emajõe Ööbik (Ruiseñor de Emajõgi), publicado en 1867. Casada con un médico letón, desarrolla su labor como poeta, en cuyos poemarios advertimos versos organizados al modo de elegías, impregnadas de contenido amoroso y temática patriótica a la vez, todo ello en medio de una naturaleza nórdica en claro homenaje a su país. Madre de tres hijos, junto con su marido, viajan por diferentes ciudades europeas: Viena, Estrasburgo, entre otras. Consciente de la época que le tocaba vivir, se hace eco de un patriotismo exacerbado, ensalzando el amor a su nación sin escatimar elogios y alabanzas a la esencia de Estonia. Muere en el verano de 1886. A lo largo de su vida, tradujo al estonio importantes obras escritas en alemán. Algunos de sus títulos más famosos Vainulilled (Flores de praderas, de 1866), o Meie kass (Nuestro gato), Head ööd (Buenas noches), y el significativo Mo isamaa, nad olid matnud (Mi patria, ellos te enterraron) reflejan su convencida esencia nacionalista gracias al empleo de la lengua vernácula con el fin de reivindicar y visibilizar la importancia y la proyección de su país. Las páginas de su producción literaria están llenas de lirismo sincero y emoción personal, intimismo y afecto aprendido y sentido. Amante del teatro, compuso piezas dramáticas con similar objetivo que en el resto de su obra: promocionar y difundir la cultura estonia desde el escenario para atraer a las generaciones más jóvenes y a la vez educar a las clases menos favorecidas social e intelectualmente. Su estilo describe y acerca con sencillez cuestiones cotidianas. Conviene destacar algunas de sus libros más conocidos: Saaremaa onupoeg (El sobrino de Saaremaa) y Säärane mulk (El hacendado palurdo). Consiguió crear los mimbres necesarios para el desarrollo de este género en su país. Al final de su corta vida obtuvo el reconocimiento de toda una obra literaria marcada por la gran inquietud de una polígrafa preocupada por la historia y el desarrollo de su nación. En su último poema, gritó: Enne surma- Eestimaale! («Antes de morir, ¡por Estonia!»).
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