¡Vuelve Lombardi! ¿Hay que alegrarse? Por supuesto. Me alegro yo, porque es una novela que me ha costado cerrar por adversas circunstancias personales. Y se alegran los lectores; al menos eso juzgo por su insistencia en averiguar la fecha de salida. Cuatro novelas juntos. ¿Cómo ha evolucionado la relación entre creador y criatura? Cuatro novelas y un relato, Vísperas de destrucción, precuela de Tiempo de siega. Nos hemos hecho un poco más amigos; sin exagerar, porque pienso que cierta distancia entre autor y protagonista es indispensable si quieres que este crezca con la necesaria independencia a lo largo de una serie. Si le preguntases a él, dudo que respondiera lo mismo, porque cada vez le meto en líos más complicados. Un Lombardi que, asaeteado por la vida, vuelve al redil policial. Por necesidad. Hay que comer y, a pesar de su rechazo ideológico, el indulto y los avales le permiten ingresar en la nueva Brigada de Investigación Criminal; con la Brigada político-social rondándole, por sus antecedentes. No es un abuso de ficción, porque hubo casos así en la realidad dentro del funcionariado, incluido el policial. Por cierto, ¿qué es "el Pudridero"? Lombardi es destinado a un departamento secundario denominado de asuntos pendientes, que dentro de la Puerta del Sol se conoce como el Pudridero, el lugar donde se pudren los viejos casos no resueltos y sin mucho interés por parte de las autoridades. No me consta que existiera con ese nombre.
Leo "Belchite" y saltan todas las alarmas. No es de extrañar. Belchite quedó destrozado tras la primera batalla en el verano del 37 y arrasado meses después por la Legión Cóndor antes de que el ejército faccioso recuperara la plaza. Es uno de los ejemplos aún vivos de la barbarie desencadenada por los generales africanistas. Me pareció un escenario perfecto para ubicar el origen de la trama. Estamos en 1943, la inmediata posguerra. ¿Cómo es la España que describes? Un país destrozado y triste, dominado por la miseria, el hambre, la enfermedad, el miedo, la corrupción y la injusticia. Con un dictador al que le tiemblan las piernas por las últimas derrotas del Eje y su dependencia del cereal y el petróleo aliados y que pretende engañar al mundo con mensajes de neutralidad mientras apoya sin recato a sus cómplices nazi-fascistas. En las novelas, que avanzan en el tiempo, hay una descripción pormenorizada del país en el que transcurren. ¿Son, por ello, novelas históricas (además de negras)? Pueden ser consideradas históricas con todo derecho. Me ocupo de que la documentación y ambientación sean lo más fieles posible. Hay quien las califica dentro del subgénero Totalitarismo noir, es decir, las novelas negras desarrolladas en regímenes totalitarios, como la Alemania nazi, la Rusia estalinista, la Italia fascista y, naturalmente, la España franquista. De fuerte carga histórica, por lo tanto. Vuelve Marlowe a las pantallas, ahora encarnado por Liam Neeson. La estética del cartel de la película encaja con la de las portadas de Lombardi. ¿A quién verías en el papel, si tu serie fuera televisiva? Creo que podría realizarse una magnífica serie, aunque no me hago ilusiones. Salvo excepciones, las productoras huyen de un periodo tan comprometido de nuestra historia, y más ahora, con la brisa fascistoide que azota a nuestra sociedad. Pero, puestos a soñar, creo que Juan Diego Botto haría un excelente Carlos Lombardi. ¿Qué tienen estos detectives clásicos, que hace de ellos personajes atractivos en un tiempo dominado por las intrigas tecnológicas? Precisamente eso, la ausencia tecnológica. El detective de los años 30-40 se enfrenta casi desnudo a la realidad, sin el apoyo de GPS, ADN, cámaras en cada esquina... Es un antihéroe que se patea las calles en vez de buscar respuestas ante un ordenador. Puedes comprar el libro en:
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