“Yo quería reflejar en el libro un determinado aspecto de las cosas, de nuestra vida caótica y cambiante. Todo parece muy estable, pero vivimos en el mundo de la indeterminación. Esa incertidumbre en la que vivimos quería reflejarla en la sociedad donde viven los protagonista”, dice Daniel Bernabé al comienzo de nuestra entrevista realizada en la cafetería de un hotel demasiado ruidoso de la Gran Vía. Su nuevo libro parte de la tradición de la novela realista, “pretendo que el lector se sienta profundamente identificado, de ahí que sitúe como protagonista a un antihéroe, no es valiente y tampoco es bueno en su trabajo. Es un tipo convencional. Es más, diría que es un perdedor, pero no por decisión propia sino porque hay muchas cosas que se le han puesto en su contra”, apunta el autor. En su opinión, su libro tiene mucho de thriller político de los setenta donde el protagonista es muy normal; no es un investigador, no es un espía, no es nada más que un tipo vulgar. “Le elegí por su intrascendencia. Cuanto más alto llega, más hipotecas tiene con los que mandan. No paga el alquiler de su casa, el banco le presiona para saldar sus cuentas y encima gasta mucho dinero en copas y otras sustancias”, explica Daniel Bernabé. El escritor utiliza mucho el humor, aunque sea negro, para suavizar la trama. La forma en que desarrolla la novela Daniel Bernabé, tiene mucho de películo de dibujos animados y se detiene en el costumbrismo de la vida de la ciudad. “Los escenarios de la novela no suelen aparecer en casi ningún sitio. Son barrios populares, casi ocultos, como Lavapiés, pero que merecen la pena hablar de ellos. El resto de la ciudad apenas sale. Es donde yo he crecido y los conozco a la perfección. Tengo tendencia a escribir sobre los lugares en los que he sido feliz”, señala. “Partes del poder se creen por encima de las decisiones políticas”El escritor madrileño se muestra sensiblemente crítico con algunos sectores del poder político y económico. “Algunas partes del poder se creen por encima de las decisiones políticas, en vez de servir a la maquinaria social. Son poderes que tienen que ver con el mundo financiero o de la judicatura que en vez de servir al ideal de justicia sirven a otro tipo de intereses. Lo que podíamos denominar las cloacas del poder y la peor cara de los Medios de Comunicación”, afirma.
“El periodismo en España tiene un problema con su relación con los políticos. Existe un peso muy fuerte de una determinada ideología de extrema derecha. Es más necesario que nunca un contrapoder”, opina. Menciona otro problema que tiene hoy el periodismo. “Los periodistas, hoy en día, hacen de todo; unos lo hacen lo mejor posible y otros a la inversa. Por eso, he querido dejar claro en la novela ese doble juego. En España hay un populismo exacerbado. Hay un ambiente de conspiranoia, donde se crean las historias más disparatadas y que quiere retrotraer la democracia. El libro establece la conexión entre ambos polos. El ambiente político y periodístico está muy enrarecido. Cada vez parece más difícil saber lo que es verdad”, disecciona el escritor. Otra característica de la novela es que es muy viajera, bueno el protagonista. “Es un libro de trenes. Jaime Peña viaja a Salamanca, a Ávila, a algunos pueblos de la Mancha. Emprende ese viaje a los sitios, pero en realidad emprende un viaje personal que le hace tomar el timón de su vida que hasta ese momento estaba bastante desnortado. También es un libro que habla de una generación que pretende vivir fuera de las murallas de la ciudad y cuando llegan las invasiones bárbaras no tiene donde refugiarse y postergan lo importante”, expone el autor. Le comentó a Daniel que su libro me ha parecido muy visual, que parece una película de dibujos animados, como hemos señaldo antes. “Para mí, ha tenido más importancia el cine que la literatura. Se parecen mucho, pero tienen un lenguaje diferente. En estos tiempos, tenemos que entender la cultura de una forma muy amplia. Nos construye como personas. Es una nueva forma de identidad. Yo percibí una cierta paralización de la cultura durante la pandemia y ahora, poco a poco, se vuelve a poner en marcha la maquinaria”, expresa. Para finalizar, Daniel Bernabé comenta que su libro es un homenaje a todos esos libros, discos, películas o locales, como la Vía Láctea, que le han servido para formarse. “Quería contar una historia con la música que sonaba en mi tocadiscos en los años ochenta. Ahora parece que la gente más que divertirse lo que finge es que quiere ser feliz. Todo lo que está ocurriendo en las redes sociales no me gusta. No es el tipo de futuro que me había imaginado. Por eso, he metido elementos en mi novela que hagan vibrar al lector”, concluye. Elementos de thriller, de misterio y de enigma hacen que la novela sea un auténtico tour de forcé por los caminos de la corrupción. Puedes comprar el libro en:
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