1992, la Expo de Sevilla, las Olimpiadas de Barcelona, se inaugura el Ave a Sevilla, del fútbol yo no me acuerdo, pero los culés sí lo deben saber, Miguel Induráin gana el Tour de Francia, y es el año de las niñas de Alcàsser, que me lleva a enlazar con Hay alguien en el bosque.
La guerra en Bosnia-Herzegovina donde, abusando de la excusa de una guerra se cometieron violaciones, violencia sexual, agresiones, esclavitud,… amparados en una limpieza étnica o religiosa o territorial, en una humillación constante y denigratoria, en masacres y asesinatos, en crímenes de lesa humanidad.
Eso no son armas de guerra. Es genocidio. Es represión, es falta de libertad, es miedo, es injusticia.
Con dramaturgia de Anna Maria Ricart, y dirección de Joan Arqué, entre teatro documento, imágenes reales, música, testimonios, emoción,… nos van desgranando aquel periodo de efervescencia española, y de terror en Bosnia-Herzegovina.
Me gustaría decir que nos cuentan las victorias y las derrotas, pero son más las pesadillas. El miedo que queda todavía a atravesar ese bosque, son la ruinas del lugar donde se habita, son las noches de congoja, de desasosiego y los días de incertidumbre e inseguridad, son la preguntas que no tienen respuesta porque cuesta hablar, cuesta contar lo que pasó, es como revivirlo, es como sentirlo de nuevo.
Y así nos lo hacen ver este extraordinario elenco, Ariadna Gil, Chantal Aimée, Òscar Muñoz, Magda Puig, Judit Farrés, Erol Ileri, Pep Pascual, donde van tomando las necesidades de los personajes, sus angustias, su sufrimiento, más allá de ponerse en la piel de quien lo sufrió realmente.
No hay camino, el bosque se presenta amenazador, el miedo sigue habitando los recuerdos. Y aún así, hay sueños. Hay intento de conocer lo que ocurrió e, incluso, de querer entenderlo. Entender a esas mujeres que quedaron preñadas a la fuerza, esas mujeres que perdieron a su familia y se encontraron los peores ogros de cualquier pesadilla.
Hay alguien en el bosque, hay miedo, los espejos están rotos, las casas destruidas, quedan minas antipersonas en el terreno, y se sienten muertos y viven a pesar de la muerte, a pesar del horror, en un ayer que no debiera haber sido.
Algunos cambiaron de mundo, otras se quedaron, en la crueldad de sentirse sin final, donde no hay odio, pero sí se pretende que se haga justicia.
El montaje te mantiene en tensión, la lluvia está en el cristalino de los ojos, el sonido musical es significativo, el silencio absoluto. Es cierto que el dolor te hace más fuerte, pero no debiera nunca haber sucedido. Las apariencias aquí no engañan, que nunca vuelva a suceder lo mismo.
FICHA ARTÍSTICA
Dirección: Joan Arqué
Dramaturgia: Anna Maria Ricart
Investigación y documentación: Teresa Turiera-Puigbò
Música: Judit Farrés, Pep Pascual y Erol Ileri
Vídeo: Erol Ileri Llordella y Tyler Franta
Diseño escenografía: Xesca Salvà
Producción: Cultura i Conflicte y Teatre de l'Aurora
Colabora: Teatre Nacional de Catalunya
Coproduce: Temporada Alta
Con la complicidad de Ellas Crean
Elenco: Ariadna Gil, Chantal Aimée, Òscar Muñoz, Magda Puig, Judit Farrés, Erol Ileri, Pep Pascual
Espacio: Teatro de La Abadía