Nuevamente los cantos de esperanza surgen en las salas universitarias, abandonan los teatros para salir al escenario de la calle, los jubilados unen su canto y experiencia a las voces de las nuevas generaciones; de París a Marsella la primavera embellece Francia.
Esta vez no son los marselleses subiendo a París, es París bajando a recorrer Francia.
Voces airadas, cantos de rabia contenida, cantos de amores y esperanzas, esa nueva primavera cruza Marsella al igual que la primavera de Praga cruzó la plaza Stanislas resistiendo la invasión de los tanques del pacto de Varsovia para remecer al mundo.
Nueva primavera en Tel-Aviv cuando cientos de miles salen a las calles, muchos de ellos jóvenes, para proteger la democracia contra un gobernante que, aliado a la extrema derecha, juega a emprender el camino del poder sin contrapartida.
Miles de banderas, miles de voces, diciendo no, exigiendo que la justicia sea para liberar no para oprimir, cuando el limitar el poder judicial significa dar el poder a una sola mano, y sabemos el duro invierno al que los autócratas someten a sus pueblos.
Nueva primavera cuando en una cárcel nace un verso, cuando a las dictaduras se les oponen los pechos desnudos de nuevas Marianas desafiando a los dictadores, cuando en un avión conduciendo al destierro nace un poema.
Una nueva primavera recorre el mundo, permitamos que florezca, pongamos una barrera para defender nuestros derechos de los populistas, de los autócratas, entre la ambición y el hambre, elevemos barricadas para detener el avance de la mezquindad, de la avaricia, de la deshumanización de la sociedad, al regreso al tiempo de las cavernas de la política.
Elevemos nuevas barricadas para impedir todo intento de destruir la democracia, todo intento de dominarnos, en las leyes o el pensamiento, de engatusarnos con promesas que se disuelven en el tiempo para regresar en una nueva campaña política.
Una nueva primavera recorre el mundo cuando dejamos las nubes para dar un humilde abrazo, cuando a una opinión general somos papaces de oponer una opinión individual, cuando somos capaces de, nuevos Gavroches decir, ¡basta, yo pienso!
Nace una nueva primavera cuando la voluntad ciudadana prima sobre la ambición de algunos individuos que buscan pasar a la historia, y entran a la historia de la infamia o del inmovilismo.
Nace una nueva primavera en una marcha de un día.
Muere ese capullo cuando al morir el día, los pies cansados, las voces roncas, el poder arroja una fría manta sobre las reivindicaciones y buscan desviar nuestra atención y dividirnos.
A los hijos de esta nueva primavera
les digo
marchemos, marchemos
aunque parezca inútil el marchar
cada paso es un triunfo
en un largo camino que no tiene fin
otros, nuestros descendientes
continuarán marchando
en esta nueva primavera que recorre el mundo
y que espera florecer
no en los cerezos en flor de los centros de poder
en los barrios de los humildes
en la fila de los sin casa
en los pechos desnudos de los olvidados
en un pensamiento luchando por convertirse en realidad.
* Escritor, poeta, dramaturgo y director de teatro chileno, miembro correspondiente de la Academia Norteamericana de la Lengua Española. Reside en los EE. UU.
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