Supongo que si te apellidas "Pieldelobo" tu destino está (parcialmente) sellado. Desde luego, no puedes ser un corderito llamándote Pieldelobo, y Marcela tiene un carácter bastante acorde con su nombre, directa, a veces peligrosa, sobre todo para sí misma, poco gregaria pero leal a los suyos. Muertes violentas, corrupción policial, narcotráfico. ¿Cómo se vive con todo eso en la cabeza? Y pregunto por ti, no por tu personaje. Consciente en todo momento de que es ficción. La verdad es que para mí es muy interesante inventar y dar forma a una trama compleja, pensar en todos los hilos, amarrarlos bien, crear a los personajes y darles un papel y un escenario en el que moverse. De verdad, es muy entretenido. La izquierda abertzale aparece también en la novela. Es interesante ver cómo distintos autores, con registros diferentes, visitan un terreno que hace no tanto daba miedo. A mí nunca me ha dado miedo la izquierda abertzale, no creo que haya motivo en absoluto, y si aparece ahora es porque la trama lo pide. Los partidos nacionalistas son una realidad, y la novela negra se caracteriza por plasmar la realidad de la sociedad en la que se desarrolla la historia. Tomarse la ley por la mano es un recurso al que todos tenemos la tentación de recurrir. Confío en que, en la vida real, las cosas no sean como aquí aparecen (quizá soy ingenuo en exceso). Por desgracia, a veces cuesta mucho confiar en la justicia y hay personas que recurren a la ley del Talión. Desde luego, yo no soy partidaria de las medidas individuales y extremas, pero es cierto que la tentación está ahí. Recuerdo a una madre que atacó al violador de su hija cuando salió de la cárcel, y ahora es ella la que está en prisión. ¿Justicia? Sí y no, en mi opinión. La literatura policiaca española se ha llenado de protagonistas femeninas, y sospecho que, en el mundo real, las cosas no son tan fáciles. ¿Exige eso del autor un esfuerzo mayor para hacer de su protagonista mujer un personaje creíble? No en mi caso. Como mujer, estoy acostumbrada a encontrar trabas y a sortearlas. Un personaje femenino, para ser creíble, debe encontrar esas trabas, porque existen y tenemos que luchar para derribar las barreras. Sin embargo, las mujeres cada vez estamos más presentes en todos los estratos de la sociedad y eso se refleja también en la literatura, como escritoras y como personajes, claro. Hace unos años, Lorenzo Silva te citó entre esos escritores a los que había que seguir. "Me interesa esa mirada sobre la violencia y las grietas de la sociedad que está haciendo gente joven no muy conocida, pero con mucho talento", dijo. Han pasado 4 años, ¿qué has encontrado en esas grietas? En esas grietas hay gente desesperada capaz de todo por salir adelante, pero también personas decididas a no dejarse pisotear por nada ni por nadie. Hay ganas de vivir y, si hablamos de novela negra, la decisión de avanzar cueste lo que cueste, incluso por medio de la violencia. Dirigir un festival como Pamplona negra, ¿te da alguna ventaja sobre tus colegas? No, de verdad que no. Durante el festival yo siempre estoy detrás, los protagonistas son los invitados. Hablamos de libros, pero nunca de los míos. Pamplona Negra me ha servido para conocer a gente muy interesantes, algunos se han convertido en amigos y amigas, y eso es algo que nunca agradeceré lo suficiente, pero estoy segura de que no he vendido ni un libro más por dirigir el festival. Es curiosa esa fraternidad que se da entre los autores de novela negra: coinciden en festivales por toda España, comparten charlas. ¿Qué has aprendido de esas relaciones? He aprendido mucho sobre técnicas narrativas, sobre construcción de personajes, sobre cómo sostener una trama, y también sobre el mundo editorial, tan ingrato muchas veces. Hablamos sobre cómo sobrevivir en este mar y cómo conseguir un salvavidas que te mantenga a flote. También hablamos sobre modos de matar y ocultar un cadáver, por supuesto. Puedes comprar el libro en:
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