Aunque hayan pasado 13 años, la temática sigue siendo muy actual. “La novela tiene la esencia de la vida misma, mi intención fue reflejarla totalmente. Era mi segunda obra y quería hacer algo por encima de mis capacidades. “Ubiqué la novela en los años 90. Por eso se comunican por carta. En Japón, las vacaciones de verano son sólo el mes de agosto. Y es al final de las vacaciones cuando más suicidios infantiles y juveniles hay, lo que es muy doloroso. Hay muchos niños que viven sin salir prácticamente de su habitación. Por culpa de las redes sociales, se ha cambiado este tipo de mobbing. Creo que ocurre en todo el mundo”, explica Mieko Kawakami durante en rueda de prensa. “Siguen habiendo muchas novelas sobre el maltrato, lo que ha ocurrido ha sido que ha cambiado la forma de proceder. Y no es solo el maltrato en las aulas, también en las casas hay problemas, sobre todo con la pandemia. Ha habido niños que han estado en peligro por estar en casa y han perdido la ilusión de vivir. Lleva ocurriendo bastantes años”, expone la autora japonesa. El protagonista de la novela es un joven estrábico de 14 años sin nombre, está escrita la novela en primera persona. Su compañera se llama Kojima, que es una niña desarraigada por su clase social. “En Japón el hecho de que maltraten a los niños forma parte de su cultura. Y no se puede comentar a los padres porque los niños quieren a sus padres y no les gusta que se preocupen. A diferencia de Occidente no hay psicólogos en los colegios. Los niños japoneses no conocen sus derechos, de tal forma que el maltratado siente que de alguna manera es también responsable. Esa capacidad de resistencia de los japoneses es algo cultural. Deriva de una forma muy oscura de nuestra cultura, ya que en ella no se suele pedir ayuda. Nos enseñan que hay que hacer lo mismo que los demás. Decir lo que piensas es algo a lo que no estamos acostumbrados y esto también ocurre con los adultos. La defensa es algo a lo que no se debe renunciar”, afirma Mieko. Kojima tiene una idea un poco cristiana de la vida, aunque no conoce esa religión. “El hecho de ser débil es algo que ellos no muestran. Nunca quieren parecer débiles. Por eso, ellos buscan en su amistad el apoyo que les falta en el resto de los sitios”, analiza la autora y agrega “a la hora de escribir una novela hay diversas formas de escribirla, en tercera persona, para ser como un dios o como en Heaven en la que quería demostrar que había un chico de 14 años viviendo realmente dentro de la novela. Quería compartir con los lectores cómo vivía el protagonista ese año de su vida”. El problema principal del protagonista era su estrabismo que le torturaba. “No veía las cosas bien, al final decide operarse y esto le permite tener una perspectiva nueva de la vida, pero no la puede compartir con nadie. Por eso es tan importante poder expresarlo con palabras. En cualquier momento surgen palabras filosóficas y creo que consigo dar con una nueva perspectiva para los lectores”, opina. Mieko Kawakami es también una reconocida cantante en su tierra. “Las actuaciones son muy importantes para mí y muy fuertes. Se transmiten cosas distintas que en los libros. Me parece increíble”, cuenta. También se sorprende al ver sus novelas traducidas a otros idiomas. El japonés tiene como tres capas. Los caracteres de origen chino tienen significado de por sí y un sonido especial. Al leer en japonés, muchas personas me dicen que suenan un poco a música. Y ese ritmo me encantaría que lo pudiesen sentir los lectores en español”, destaca la autora superventas en medio mundo. “La literatura japonesa solo se fija en la parte bonita de la vida”“Yo me críe en un hogar monoparental, con mi madre; ella trabajaba en un supermercado y en un bar, sumida casi en la pobreza. Ahora mismo soy madre y me preguntan que debemos hacer para que nuestros hijos lean. Quien quiera leer lee es un tema de responsabilidad y de curiosidad. Necesitar la literatura es una cosa que no se puede decidir”, asevera con rotundidad. También se queja de la imagen que tiene Japón en el mundo. “Todos asocian Japón con la imagen de Tokio. La realidad es totalmente distinta. En Japón hay una gran diferencia de clases sociales. La literatura japonesa solo se fija en la parte bonita, una imagen muy limpia, pero no es así, yo crecí en las calles y tuve que hacer de camarera en un bar y trabajé desde muy joven. No había muchas oportunidades. Yo me crié en Osaka y tuve muchos problemas de dinero, como he dicho”, subraya la autora.
“Si te esfuerzas lo suficiente puedes llegar a ser autora. En otros países, puedes ir a la universidad o hacer cursos de escritura. En Japón eso está mucho más abierto, no es tan necesario. No creo en escribir novelas para personas felices y hacerlas más felices. Yo quiero escribir para personas tristes y que puedan reducir su tristeza a la mitad”, comenta. La autora quiere aclarar que “hay mucha presión estética en Japón, las chicas se operan las caras y su cuerpo, hasta hay algunas que se autolesionan o se prostituyen para poder hacerlo. Tienen una vida bastante dura. Ese tipo de lectoras me dicen que leen mis libros llorando porque reflejo una realidad que casi nadie lo hace. Pero mi pretensión, es arrancar una sonrisa al lector, eso me hace muy feliz”. En Japón, gusta mucho el manga y ha tenido propuestas para pasar sus novelas a ese género. “Ya hemos hablado de convertir mis novelas a imágenes, pero todavía no lo he pensado demasiado. Una imagen de los dos chicos podría permitirnos acercarnos a la historia de otra manera, lo cual es un lujo, pero el ver mis novelas en imágenes podría cambiar la percepción de mis libros en el lector”, sostiene. Mieko Kawakami es autora del best seller internacional Pechos y huevos, elegido como uno de los libros del año por The New York Times y uno de los diez mejores títulos de 2020 por TIME. Nacida en Osaka, Kawakami hizo su debut literario como poeta en 2006 y publicó su primera novela, My Ego, My Teeth, and the World, en 2007. Su literatura ha sido alabada por el tono poético con el que aborda temas como el cuerpo femenino, las cuestiones éticas o los dilemas de la sociedad moderna. Sus obras han sido traducidas a diferentes idiomas y ha recibido numerosos premios literarios en Japón, como el Premio Akutagawa, el Premio Tanizaki y el Premio Murasaki Shikibu. Vive en Tokio. Puedes comprar el libro en:
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