- Puri, ¿tú crees que alguien decide sobre nuestra vida? ¿Te parece que la mayoría de las decisiones que tomamos nos vienen condicionadas? Dice Dan Ariely, que tenemos una parte emocional y otra racional y que, la primera es bastante salvaje. Por eso nos equivocamos tantas veces…
- Así a bocajarro, no sé ni por dónde acometer el tema, tía. Lanzas una pregunta con más salidas que el metro de Madrid y te quedas tan ancha. Habría que empezar por hablar del cerebro reptiliano, que es el que más nos conecta con los animales y controla todos nuestros mecanismos automáticos, y los otros dos, el emocional y el córtex racional, pero aburriríamos a la concurrencia; está claro que todas las sensaciones que conllevan una carga emocional nos influyen más que las meramente racionales. ¿Cómo separar emoción de razón?
- Y eso sin hablar de política, ni de economía, ni de quién decide empezar una guerra o poner en marcha una ley que favorezca a los violadores, un suponer.
- Claro Vani, hay miles de cosas en las que no podemos intervenir ni mandar, sobre todo si tienen que ver con los demás. Y más, ¿puedes decidir en qué familia naces? ¿En qué país? ¿Los compañeros de trabajo? ¿Si te va a querer el tío que te gusta? Rien de rien, bonita; nasti de plasti, es decir, rotundamente no, viene todo en el lote desde el momento que asomas la cabecita a este mundo imperfecto, y resulta que va a condicionar tu existencia y ¡de qué manera! Ya sabes eso de al mísero y al pobre todo le cuesta el doble…
- Visto así, acojona. Lo mismo que si naces cerdo en un lugar en el que se lleva lo de la de matanza y disfrutar del buen jamón. Te das por jodida, porque te zampan antes de Navidad.
- No todo está perdido amiga, por lo menos podemos tomar las riendas de nuestra vida y buscarle sentido. A veces no se trata tanto de hacer, sino de deshacer, un suponer. Desde la más tierna infancia hemos ido acumulando e interiorizando una serie de creencias de manera inconsciente que serán las que, más adelante, nos impulsaran a actuar de una manera determinada y que, en el fondo, nos dirigen impidiendo que seamos lo que realmente somos.
- Anda tía, yo al colegio iba a aprender y tu ahora hablas de desaprender, hemos caído en el anzuelo sin darnos cuenta y diciendo siempre amén.
- Era inevitable entrar por el aro, porque no teníamos herramientas suficientes para discernir si el mensaje de nuestros padres y educadores era el correcto; todo lo hacían por nuestro bien. También pueden jugarnos malas pasadas las experiencias negativas, los éxitos y los fracasos, porque tenderemos a actuar de acuerdo a ellas.
- ¡LMAO! (traduzco: laughing my ass off, o sea, me parto el culo). ¿Quieres decir que hay que deshacerse de las creencias interiorizadas?
- Si te impiden ser quien eres, ¡por supuesto! Pero antes tendremos que analizar las que son válidas. ¡A ver si las vas a borrar todas de un plumazo! Es posible que lo que una vez nos fue útil, no lo sea en una nueva situación parecida, porque ya no somos los mismos que hace un minuto, por ejemplo. ¿Sabes lo que decía Henry Ford?: “Si crees que puedes, tienes razón. Si crees que no puedes, también tienes razón. Decidir lo que quieres creer depende de ti”.
- ¡En qué hora se me ha ocurrido preguntar! ¡Cada vez tengo más lío!
- En efecto, porque solo hay una vía para tomar buenas decisiones: el autoconocimiento. Es un camino largo y, como decía Confucio, “no importa la velocidad a la que avances siempre y cuando no te detengas”.
- Y ahora me dirás también que, tan importante como la meta es disfrutar del camino…
- Lo has clavao Vani, conocerse es fundamental para tomar buenas decisiones. No solo saber cuáles son tus puntos fuertes, aptitudes, capacidades, competencias…, sino también aceptar tus limitaciones, tus áreas de mejora. Aprender de los fracasos sin venirte abajo, sin tirar la toalla, sin abandonar tus sueños. Mirándote al espejo cada día para encontrarte. Reconfigurar el proceso para descubrir tu propósito en la vida ayudándote de metas intermedias hasta alcanzar lo que verdaderamente quieres conseguir.
- Entonces, ¿lo importante es encontrar un propósito en la vida?
- ¡Cien por cien! Tenemos que valorar la mente como si fuera un regalo maravilloso para aprender cada día, para crecer. Y escribir, borrar y volver a reescribir los sueños deshaciéndonos de esas creencias que nos impiden avanzar, hasta conseguir la tranquilidad, o un apatheia: un estado de ausencia de emociones negativas como ansiedad, miedo, pena, vanidad, enfado, y con presencia de emociones positivas como alegría, amor, serenidad o gratitud.
- Y vas a terminar con eso de que hay que ser conscientes de que la impermanencia de las cosas no nos tiene que entristecer, sino que nos ha de servir para amar el presente y a los que nos rodean…
- La palabra clave es aceptar que hay muchas cosas en las que no podemos intervenir.
- No te jode Puri, y ¡microfluir! Disfrutando de las tareas rutinarias…, sin pararte ni dejar de hacer, porque caminando despacio se llega lejos. ¡Que no te enteras tía: ¡ME QUIERO JUBILAR!
- Vani, según los que saben: todo lo que tienes es el día de hoy. Deja de lamentarte por el pasado y de temer el futuro. Dentro de ti hay una pasión, un talento único que da sentido a tus días y te empuja a dar lo mejor de ti mismo hasta el final. Si no lo has encontrado, tu próxima misión será encontrarlo. Se llama ikigai.
- Mira Puri, yo me levanto cada mañana porque suena el despertador y si llego tarde al curro mi jefe me la monta. ¿Y dices que hay que encontrar el ikigai? ¿La razón por la que te levantas cada mañana? Lo tengo clarinete.
- Vani, no sabrás quién eres mientras no encuentres tu propósito…
- Mira tía, vamos a tomar un vino que hoy ya me duele la cabeza y hemos mezclado churras con merinas, como casi siempre…
- Cien por cien Vani. Esta vez, que sean dos vinitos, que tanto pensar…
- ¿Y el futuro es… ahora? ¡No me jodas, que saco billete a Okinawa!