«Zygmunt Bauman (1925-2017), pensador global, intelectual público y teórico de la ‘MODERNIDAD LÍQUIDA’ de fama mundial, fue un académico que, aún después de verse forzado a emigrar de su país, se convertiría en un prolijo y popular autor de libros y en un intelectual talismán para jóvenes de todas partes. Fue uno de esos pocos eruditos que, ya con el cabello blanco y habiendo entrado en la ochentena, supo pulsar como pocos el sentir de la juventud. Esta es la primera biografía exhaustiva de la vida y la obra de Bauman. Izabela Wagner regresa a la Polonia natal del autor y nos cuenta la infancia del pensador en el seno de una familia judía polaca asimilada y sus experiencias en el colegio, muy condicionadas por el antisemitismo. La trayectoria vital de Bauman fue la típica de muchas personas de su generación y su grupo social: Huyó con su familia de la ocupación nazi: Fue alumno de la enseñanza secundaria soviética: Tuvo un idilio con el comunismo: Se alistó en el ejército polaco como oficial político: Participó en la Segunda Guerra Mundial y apoyó al nuevo régimen surgido en la Polonia de posguerra. Su trayectoria profesional en ese país se vio bruscamente interrumpida en 1968 por las purgas antisemitas. Bauman se convirtió así de nuevo en un refugiado: Salió de Polonia rumbo a Israel y, poco después, en 1971, se instalaría en Leeds, en el Reino Unido. Su trabajo y su producción intelectuales prosperaron en el ambiente académico británico y, tras su jubilación en 1991, inició un periodo de una enorme productividad que lo impulsaría a la escena internacional. La biografía de Wagner saca a relucir las complejas conexiones entre las experiencias vitales de Buman y su obra, y nos muestra cómo su trayectoria como una persona ‘extraña’ para su entorno, condicionó su pensamiento a lo largo del tiempo. Sin duda, este cuidado y completo análisis de la vida y la obra de Bauman será la biografía de referencia del pensador polaco durante muchos años».
Siempre fue un ser humano muy serio y discreto, en lo que se refiere a su vida privada; aunque su obra siempre estuvo muy fundamentada en su propio devenir vivencial o modus vivendi, y, como sería de esperar, asimismo, no se puede negar que todos los traumatismos sociales políticos que tuvo que padecer, fueron esenciales, y es comprensible que influyesen en su vida intelectual. Es, críticamente incomprensible, que su ideología comunista pretendiese construir un mundo mejor, ya que nunca el comunismo ha conseguido eso, salvo la eliminación física de millones de seres humanos, si eran adversos a esa ideología. Nunca fue un observador pasivo de la evolución de la sociedad polaca; aunque intentó vivir conforme a sus ideales, estuviesen o no equivocados. Como judío polaco que fue, padeció claramente la persecución, sine die, de aquella ideología genocida, la proveniente del NSADP o PARTIDO NACIONAL SOCIALISTA OBRERO ALEMÁN, que le persiguió sañudamente, por ser simple y llanamente judío, y no por lo que fuere como persona; por esta causa, se vio obligado a exiliarse a la URSS, donde pasó hambre sin cuento; luego se encuadró en el ejército que luchaba contra la Wehrmacht y las Waffen-SS germanas; a continuación, se encargó del proselitismo comunista pro-soviético en su Polonia natal, algo sorprendente, cuando su patria padeció tanto o más, aunque de otro cariz ideológico, durante unos cuarenta años bajo ese régimen criminal, como le había ocurrido frente a los nacionalsocialistas. En esa sufriente Polonia comunista, sojuzgada y torturada por el criminal estalinismo soviético, también se le encontró.
“Bauman fue un refugiado dos veces, en 1939-1944 y en 1968. No eligió esa vida de nómada: se la impusieron. Se esforzó la mayor parte del tiempo por ser un buen polaco, pero Polonia no lo aceptó como tal. Su identidad polaca fue puesta en cuestión por las normas antisemitas, las leyes y la persecución; la percepción que Bauman tenía de su identidad no era aceptada por quienes la controlaban desde fuera”. El libro, muy cuidado, nos ofrece una fotografía, en la portada, del filósofo, que impresiona por su imagen seria y reflexiva, típica de un profesor universitario de viejo cuño, y dentro del mundo de la filosofía. Siempre le sorprendió, muy desagradablemente saber cuál era la causa de su discriminación, cuando era niño, en la escuela; donde sus notas académicas eran disminuidas por ser judío, y sus estudios no obtenían el fruto apetecido y merecido.
Zygmunt Bauman supo, desde su más tierna infancia, que el esfuerzo académico que realizase, fuese el que fuese, nunca obtendría el mismo premio, que el que recibiría alguien que fuese un no-judío, aunque este último fuera peor estudiante que él, y ello sin ningún género de dudas. “Este libro, la primera biografía extensa de Bauman, sitúa su obra en el contexto de su vida y puede que sirva para que los lectores relean sus libros entendiendo mejor sus mensajes, que emanan no solo de la voluminosa producción académica y del pensamiento del autor, sino también de sus emblemáticas experiencias vitales”. No puedo, ni deseo, dejar de indicar, que es necesario contemplar, con cuidadoso interés, las fotografías, a todo color, de la parte central del volumen. El profesor Z. Bauman pasaría a mejor vida, sub altare Dei, en el año 2017, y deseo felicitar a la editorial por la obra presentada, que merece los mejores resultados de lectores, siempre a favor del presente volumen, por el valor inteligente y arriesgado demostrado con la publicación de este libro biográfico tan conspicuo. «Senatorii ordinis, sed qui non dum honorem capessisset».
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