En la actualidad ha publicado varias novelas eróticas de indiscutible éxito, que han llegado a ser bestsellers y todavía hoy se mantienen en los primeros puestos de ventas: la trilogía «Solo tuya» (2015), la bilogía «Rambhá» (2016), la bilogía «Catarsis» (2017 y 2018), La mirada de Cleopatra (2017), Tacones y mazmorras (2020), y sus novelas publicadas con Esencia, de las que se han vendido varias ediciones: Esta princesa ya no quiere tanto cuento (2018), El día que me calle me salen subtítulos (2019) y ¡A la mierda el príncipe azul! Yo quiero un lobo que me coma mejor (2020).
Es una de las escritoras más reconocidas en su género, ¿se ve reflejada en sus libros?
Siempre me veo reflejada en mis novelas de una forma o de otra, pues, por mucho que los personajes sean completamente ficticios, siempre se les otorgan ciertos rasgos o pensamientos propios, es inevitable. Algunos tienen más de mí y otros menos, pero todos poseen mi esencia.
Dejó atrás una historia laboral interesante para desarrollar su trabajo literario, ¿se arrepiente?
No me arrepiento en absoluto. Mi trabajo iba viento en popa, no podría quejarme, pues soy muy abnegada en cualquier labor que emprendo y mis jefes estaban encantados conmigo, además, para ser sinceros, ganaba bastante más dinero que ahora, pero he de reconocer que no era tan feliz como hoy en día. Hay veces en la vida en las que debes elegir un camino u otro, a cuál más complicado, cabeza o corazón, y eso fue lo que yo hice, elegí con el corazón. Creo que mi decisión fue la acertada, y si no lo fue, al menos no me quedará la duda ni el remordimiento de no haberlo intentado. Al final la vida es eso, elegir tu camino.
Sus novelas tienen bastante éxito, ¿qué ingredientes pone en su pluma para que sus libros sean de éxito?
Pues no sabría darte la receta mágica para el éxito, ojalá yo misma fuese poseedora de tal dádiva, pero lo que sí podría decirte es que pongo el alma en cada palabra. Creo que el truco está en hacer sentir al lector lo que les sucede a los protagonistas como si le ocurriese a él mismo, el lograr que empatice con ellos, que se adentre en su mundo. Eso es lo complicado.
Otro punto a tener en cuenta es que no me gustan las descripciones excesivas ni considerar tonto al lector, es decir, que no relleno páginas y páginas de palabras sin sentido cuando la persona que lee podría deducirlo en el contexto. Tampoco suelo divagar sobre un mismo tema ni me van los pensamientos eternos sobre cualquier cosa. Mi narrativa es muy ágil, fresca y rápida. Creo que por eso mis lectores afirman que no son capaces de parar de leer.
¿Escribe solo para mujeres?
¡Por supuesto que no! Además, precisamente, mi última novela “¿Todavía? ¿Siempre!” trata sobre la importancia de terminar con las etiquetas, tanto en el amor como en cualquier otro terreno de la vida. Ya es hora de que dejemos de clasificar a l@s escritor@s y lector@s de novela romántica como mujeres y además, a poder ser, con poco cerebro. Estoy cansada de ese tipo de pensamiento retrógrado y machista. Tanto mujeres como hombres podemos leer y escribir lo que nos venga en gana y no por eso somos ni más ni menos cultos. Yo escribo para todos los géneros, sin censuras.
Esta novela va de recuerdos, ¿sin estos no somos nada?
Creo que los recuerdos son fundamentales a la hora de determinar quiénes somos y por qué. Gracias a las vivencias vamos remodelando nuestro carácter y nuestra manera de relacionarnos con las personas, por eso, efectivamente, son tan importantes los recuerdos.
El lenguaje que utiliza en el libro es muy actual, ¿cree que si utilizara un lenguaje más "viejuno" se leería igual?
Cada autor tiene su forma de expresarse a la hora de escribir y eso es lo que convierte a cada escritor en único, su voz. La mía es una voz de mujer contemporánea, empoderada y muy actual. Aunque eso no quita que mis lectores lean también novela histórica o thriller, como es mi caso a la hora de leer. Me apasiona la lectura y no me importa el género. No creo que el tipo de lenguaje utilizado influya en que te lean más o menos, sino que la historia sea buena y te haga sentir.
Su libro plantea muchas preguntas, ¿se ha quedado alguna en el tintero?
Creo que no me he quedado ninguna en el tintero, jajaja. Me gusta generar controversia y debate, que el lector se plantee preguntas y que deba decidir si está de acuerdo con un personaje o con otro dependiendo de lo que piensen estos. En la novela se tratan temas actuales que están a la orden del día y eso consigue que nos paremos a meditar si estamos haciendo bien las cosas como sociedad o no.
¿Hay algo de usted o de su entorno en este libro?
De mí hay muchísimo. Yo diría que todo. En esta novela he querido reivindicar muchas injusticias que me han hecho daño, tanto a mí en el pasado como a mis hijos en la actualidad. Creo que a través de la literatura se debe denunciar lo que no está bien y que, poco a poco, si va calando en los lectores, la vida pueda ser algo más justa. Los escritores tenemos una gran responsabilidad a la hora de enfocar temas importantes porque nunca sabemos quién nos estará leyendo y cómo le puede afectar.
¿Qué está preparando en la actualidad?
Ayer mismo comencé a escribir mi siguiente novela. Todavía es algo borroso en mi mente que va cogiendo forma de una manera muy lenta. Solo puedo decir, una vez más, que espero conseguir trasladar al corazón del lector lo que siente el mío a través de simples palabras. Y entonces se obrará la magia…
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