De la pluma preclara, del historiador leonés rigurosamente importante, como es el prof. Chao Prieto, con esencial apoyo editorial legionense; hoy tengo el honor de acercarme a una historia de los Reyes-Emperadores de León o Regnum Imperium Legionensis, siempre necesaria para enseñar, con toda humildad, al que no sabe y, sobre todo, al hispano que se empeña en no querer saber, todo aquello que corresponde al eximio Reino-Corona de León. Para incrementar más, si cabe, la calidad innata de la obra, el volumen está escrito en lengua leonesa o llingua llionesa, la lingua franca, nacida en el Alto Medioevo, en todo el conglomerado del centro del Reino de León, denominado como País Leonés: Asturies, León, Zamora, Bierzo, Salamanca, Miranda de Duero, Cáceres, Coria, Mérida, Badajoz y Huelva, donde la llingua recibe diversas denominaciones; mientras qué en las otras tres partes de la Corona de León, que eran: Castilla-Castiella, y las Galicias: Lucense y Bracarense o Territorio Portucalense, donde se hablaba castellano, gallego y portugués. Por todo lo que antecede, este volumen ye una joya, ya que subraya que la identidad leonesista está in crescendo en todo el País Leonés, aunque a algunos de nuestros adversarios no les produzca la más mínima y democrática felicidad. Este estupendo libro demuestra, de forma fehaciente, la lucha que los leonesistas estamos llevando a cabo, para exigir respeto a nuestra identidad histórica, desde todos los puntos de vista. Los dibujos o imágenes, auténticamente deliciosos, fueron realizados por Ricardo Escobar Espiniella. El Prólogu ya resume por dónde camina este conspicuo volumen. El historiador medievalista, Ricardo Chao Prieto, nacido en la capital imperial legionense en el año 1975, es un especialista en documentación y archivística del Medioevo; además, en el año 2005, creó el blog ‘CORAZÓN DE LEÓN’, con más de mil artículos publicados. En la actualidad, ye’l Presidente de la Asociación Cultural Faceira, dedicada principalmente a la promoción y defensa del llionés. «Quiciabes seya’l de Llión el Reinu más esquecíu de toda la Edá Media Hispana. Lo mesmo puede dicise d’una de las suas lenguas patrimoniales, L’AsturLlionés (chamau Llionés en Llión, Asturianu N’Asturias, y Mirandés na tierra de Miranda Portuguesa). Sicasí, el Reinu y Corona de Llión foi’l más extensu e importante de la Península Ibérica a lo llargo de varios siegros. Prueba d’ello ye que d’el acabarían xurdiendo los Reinos de Castiella y Portugal. Los sous veinte Reis y Reinas cuasi siempre manexoron y controloron la política hispana, en permanente conflictu con Al-Andalus. ‘Los Reis de Llion’ ye namás y nada menos que’l primer llibru cona Historia d’esi Reinu y los sous Reis escritu na lengua que faloron. Y amás conas formosas ilustraciones de sabor medieval de Ricardo Escobar, y conos textos del medievalista Ricardo Chao». Ya en el siglo XX se nos negaba el pan y la sal a los llioneses-leoneses, verbigracia el ínclito Américo Castro (1885-1972), con un nulo rigor histórico, manifestó, sin ambages, que el hecho de sentirse ‘leoneses’, en el Medioevo, no dejaba de ser una débil tensión política, ya que dirigía su mirada hacia un pasado absurdo, como era el del mundo de los visigodos o godos del oeste toledano, algo que era paralizante para la evolución. Este autor desconocía, absolutamente, por ignorante, que la modernidad estaba en León o en el Reino de León, y no en Castilla, primitiva ad infinitum, algo que no repruebo, pero es lo que es; parece ser que no sabía lo que representó el Fuero de León, del año 1016 y por el Rey Alfonso V de León, para la defensa de las normas de convivencia locales de la urbe imperial, y de todo el reino llionés. Quizás ignorase la libertad e igualdad existente entre muyeres y homes en toda la Corona de León, estructura política regia a la que se denomina cómo ‘SEÑORÍO DE MUJERES’. Asimismo, puede ser que desconociese la existencia del Rey Alfonso IX de León, “el Legislador o el de las Cortes”, creador en el año 1188 de las Cortes del Reino de León, donde por primera vez participaron los ciudadanos elegidos por las ciudades o ‘CIVIS SINGULIS ELECTIS CIVITATIBUS’, ‘CUNA DEL PARLAMENTARISMO’ según la Unesco, el 18 de junio de 2013, cómo piedra fundacional del estado de derecho y de la legalidad. A. Castro se atreve a escribir que, pese a los enfrentamientos numerosos y duros existentes entre los reinos de León y de Castilla, los leoneses perdieron su identidad y acabaron, sin resistencia o dolor, fundiéndose con los castellanos, y aceptando ser eso ‘castellanos’; considerando de derecho la existencia de la anhistórica Corona de Castilla. Está claro que son personalidades de ese cariz, las que han conseguido que los legionenses nos levantemos, cada vez con más fuerza, para recuperar nuestras esencias, y en febrero de 2022 en número de votantes de 52.000. Muchos historiadores medievalistas de los siglos XIX, XX y XXI, estos ya en franca regresión, han considerado que los llioneses no eran más que el producto de la emigración mozárabe hacia el norte hispánico, que como es público y notorio son los cristianos que habitaban en el territorio mahometano peninsular hispánico. “Lo cierto ye qu’a pesar de las visiones que desdibuxaban interesadamente la nuesa historia, a principios del siegru XXI los llioneses seguimos siendo un puebru bien vivu, con conciencia del nuesu pasau y cona esperanza d’un futuro meyor. Y no nuesu pasáu hai un periodu clave que nos conformóu cumo entidá colectiva, aquel no que se desenvolviu’l Reinu de Llión”. La Historia es la base de la identidad de todos los pueblos; y en el caso del Reino de León ha estado sometida a las habituales manipulaciones de los historiadores castellanistas, que desde Ruy Ximénez de Rada han tratado, por todos los medios a su alcance, de eliminarnos del mundo de la historia, lo que se ha denominado como una aculturación o pérdida de identidad o etnocidio cultural identitario; precisamente de todo ello eran unos maestros los ‘hijos’ del SPQR o Roma, que lo hicieron a la perfección con los ástures cismontanos-augustanos y con los vettones, pueblos prerromanos conformadores de la identidad, que luego en León, en Zamora, en el Bierzo y en Salamanca, daría origen a la Región o País Leonés, y con otras entidades sumatorias al Reino de León. En suma, una obra extraordinaria, y más que necesaria para el conocimiento del Reino de León en todas las Españas, incluyendo Portugal. Faltan algunos reyes, para la Historia, y asimismo que considero, como medievalista que milito y soy, reyes de León, por ejemplo: Sancho III “el Mayor”; Sancho II; Alfonso Froilaz; Alfonso “el Batallador”; Ordoño I y Alfonso III “el Magno”. Pero los que están no tienen desperdicio, y lo son todos. Sea como sea, obra ‘CON GRADO/CUM LAUDE’. «Venari, lavari, ludere, ridere hoc est vivere». Puedes comprar el libro en:
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