- ¡Como te lo cuento Vani! ¡Qué me acuerdo del momento y aún se me arrebola la tez! ¡Qué si miro a esos amigos maduros, Javi, Antonio, que me caen dabuten y me atienden en el super con cariño, todavía no sé dónde meterme, porque con ellos yo tenía una reputación de chica seria y tranquila, pero mis amigas jóvenes acabaron con ella en una comida! ¡De un plumazo pasé de fémina mesurada a mujer madura liviana autocomplaciente! Y eso que yo negaba atribulada por el no conocimiento y pedía que las gritonas bajaran el volumen, pero no hay nada peor que unas camaradas desatadas compartiendo viandas y crianzas queriendo hablar de sus experiencias sexuales… con su pareja, -o sin ella-. ¡Ahí está la cosa!
- Pero Puri, qué todo el mundo sabe que siempre has sido una pija estrecha llena de complejos e inhibiciones sin superar, aunque hayas vista la última película de Emma Thompson en la que paga a un maromo -que está para mojar pan- para disfrutar de cosas que no había hecho nunca en su larga trayectoria de mujer casada. ¡Qué no me entra en la chaveta que te asusten y desconozcas!
- ¡Qué te digo que ni idea de qué hablaban!, yo solo escuchaba boquiabierta por el desparpajo con el que trataban el tema y el temor a que la concurrencia que nos circundaba se percatara del pastel. ¡Qué me conocían varios y no sabía cómo desaparecer cuando entraron en materia! Si ya dijo Woody Allen que el sexo es el motor que hace avanzar el mundo. Y yo sin percatarme, ¡que me eduqué enfrente de un colegio de monjas y todo era pecado! Y no sabes lo que cuesta quitarse esas creencias culpabilizantes que se arrastran cual losa, porque la evolución, a pesar de los años, nunca es completa en aspectos tan íntimos.
- Pues chica, te recomiendo una peli del 75 de ese director de cine, guionista, actor, comediante y músico de origen judío que acabas de mencionar, tan denostado en la actualidad y que yo considero genial, “Love and Death”, en la que pretendía hablar del amor y de la muerte y no sé si lo consiguió del todo, y que aquí nos llegó con el título “La última noche de Boris Grushenko”. Diálogos antológicos para enmarcar:
– Eres el mejor amante que he tenido.
– Practico un montón cuando estoy solo.
Para el chorvo, el onanismo ha sido un tema recurrente a lo largo de sus obras, como en “Recuerdos”, una peli de 1980, cuando dice: Sólo el arte es controlable. El arte y la masturbación. Dos campos en los que soy un experto, o en “Hannah y sus hermanas”, de 1986, en la que cuela este diálogo:
– No sé, quizá un exceso de masturbación por tu parte.
– Oye, ¡no te metas con mis aficiones!
- ¡Hay Puri! qué te veo llegando a casa y empezar a informarte…
- Por supuesto Vani, ahora que estoy a punto de alcanzar a la Thompson, entiéndase, en edad, tengo que soltarme la melena y conocer eso que desconozco, porque nunca es tarde si la dicha es buena. Y he dicho “dicha”, no me malinterpretes, que todavía no estoy para pagar un euro para que me enseñen cosas nuevas, aunque existan tipos tan buenorros como el tal Leo Grande.
- Tú dale a Google, que yo con una charleta con Lauri, Pepi y Marta me entero de todo, ¡lo que saben las tías a pesar de su corta edad! Un suponer, porque empiezan a ser talluditas aunque no se lo crean, pero para nosotras unas crías. Sin ir más lejos, el otro día tomando unos botijos -de entrada-, empezaron a largar de los artilugios que las compraban sus maridos (unas joyas los tíos puestos), y distinguían las innumerables variedades que hay en el mercado y que puedes pedir a Amazon sin que se enteren los vecinos, por si te da corte a ti que eres, mayormente, tan reprimida y vergonzosa y no quieres plantarte en un Sex Shop. Parece que el que parte la pana en la actualidad, léase, por la efectividad, es algo así como Satisfyer, y alucina, tú que te asustas a la menor, ¡lo llaman estimuladores o succionadores!, para descojonarte por la palabrita y el efecto, que no doy crédito, aunque dicen que es lo más de lo más, auténticas máquinas de… eso en tan solo dos minutos, aunque no me hablaron de preliminares ni de abrazos; es decir que, para ir con prisas, puede servir… ¡Hasta lo venden en parafarmacias con la Condroitina y Glucosamina para mejorar las articulaciones!
- Sí tía, qué no me imagino entrar a la tienda especializada en productos medicinales y pedir un frasco de comprimidos B-COMPLEX y un artilugio de esos medio escondido, que me recuerda a los clientes de una librería muy conocida que ocultaban un libro de La sonrisa vertical debajo de una pila de otros de Alianza Editorial y, cuando llegaban a la caja decían: “señorita, me llevo el de abajo”. ¡Pobres!, avergonzaitos se les veía. Pero Vani, los tiempos han cambiado mucho y el body no es pecaminoso, y como decía el famoso director que mencionábamos antes y que conduce a la reflexión, un suponer, de las reprimidas, “La cuestión es: ¿he aprendido algo sobre la vida? Sólo esto: los seres humanos están divididos entre mente y cuerpo. La mente abarca todas las aspiraciones nobles, como la poesía y la filosofía, pero el cuerpo se lleva toda la diversión”. Y digo yo, ¡cómo lo descubrimos tan tarde!
- Pues claro Puri, pero el problema del descubrimiento, cuando no viene de una charla de comadres, es que adquieras el conocimiento a través de las redes, que luego te brean con anuncios de todo tipo y cualquiera que te vea el móvil te toma por una adicta al sexo en solitario.
- Pues claro, que acabo de hacer una búsqueda para estar al día y ahora me mandan anuncios de vibradores, lubricantes, bolas chinas, masajeadores, juguetes para la pareja y no sé cuántas cosas más para las diversas partes del cuerpo que ni sabía que tenía, qué esto es un lío y no sé cómo quitar las cookies para que no salten más.
- ¡Qué esperabas cándida criatura! ¡qué el número de singles en España ronda los 19 millones, según el INE, incluyendo solteros y divorciados, léase solteras y divorciadas como diría aquella que no quiero nombrar, qué es un mercado muy potente, aunque también se utilicen los aparatos en relaciones de pareja, léase, casados/casadas, o los que están juntos por lo criminal, como diría un conocido mío.
- Pues mira tía, que he decidido que hay que quererse cien por cien y poner nombre a las cosas, que el cuerpo es el continente del alma y no es malo ni pecaminoso, y que acabo con otra cita de “La última noche de Boris Grushenko”:
-El sexo sin amor es una experiencia vacía.
-Pero como experiencia vacía es una de las mejores.
- Anda maja, que como algún conocido haya escuchado la conversación…
- Mayormente pensará…
- ¡Qué no puedo contigo tía!, ¡qué no prosperas ni avanzas!, ¡qué a ti te cuestan muchos los cambios porque sigues pendiente del qué dirán!
- ¡Cien por cien colega, cien por cien!