Ahora publica el manual docente “La cultura española a través de algunas obras literarias”. Además ha enviado a la imprenta varios libros “Retratos femeninos: vida y obra de mujeres especiales”, cuyos semblanzas vieron la luz semanalmente en este publicación digital. El recorrido que hace de la cultura española es interesantísimo y seguro que no va a defraudar a ninguno de sus lectores. ¿Con qué objetivos escribió el libro “La cultura española a través de algunas obras literarias”? Enseño el curso de La cultura española a través del cine y de la literatura en la universidad de Comillas en Madrid y me di cuenta de que mis estudiantes se sentían más seguros con un libro que sirviera de guía para los temas que impartía. Ya publiqué un texto sobre las películas que veíamos en clase (junto con el crítico de cine Mikel Navarro) y faltaba el complemento sobre literatura. De esta manera, a los temas seleccionados, añadí actividades didácticas para trabajar en el aula y fuera de ella. ¿Cómo realizó la selección de los autores que están en su libro? No fue fácil, porque había que relacionar películas y contenido literario; así que decidí elegir por un lado temas desconocidos y por otros emblemáticos a lo largo de la historia de la literatura. Encontramos desde Alfonso X y Lubna de Córdoba hasta Yerma o Carmen Martín Gaite. En esta ocasión he querido dar un espacio muy significativo a mujeres que han escrito mucho y que no se han visibilizado. Y destacaría desde las neoclásicas como Josefa de Jovellanos hasta la Calderona. También tiene un apartado especial la novela histórica y ha ido de la mano de Vic Echegoyen. ¿Los españoles infravaloramos nuestra cultura? Me parece que es la hermana pequeña y descalza de la sociedad. Parece que la cultura es algo intangible y abstracto que solo se materializa en libros o pinturas y poco más. Sospecho que no se percibe como algo rentable ni para los promotores de la misma ni para los consumidores. Hoy todo se mueve en términos prácticos y sobre todo económicos. Creo, y más después de la pandemia, que compensa una copa con amigos, un viaje a la sierra que visitar una exposición o leer un microcuento. Cómo educadora que ha tratado con profesores y alumnos universitarios extranjeros. ¿Cómo cree que ven los extranjeros nuestra cultura? ¿Predominan los tópicos? Mis estudiantes extranjeros, los llamados de Intercambio, forman un público muy interesado y muy agradecido. Les encanta conocer nuestra historia, principalmente todo lo que tenga que ver con el siglo XX (lo anterior, está bien, pero de forma anecdótica, aunque el siglo de oro les gusta) a partir de la guerra civil. Me doy cuenta de los estereotipos acerca de la vida de Lorca, el Guernica de Picasso o la dictadura franquista. Es sus estudios realizados sobre tantos autores. ¿Quién es la primera escritora española de la que se tiene noticia? Lubna de Córdoba que ronda el siglo X es atractiva por su obra casi callada y ensombrecida: fue bibliotecaria y traductora, pero la historia la ha silenciado ante la presencia masculina. ¿Qué escritoras destacaría de nuestro pasado más remoto? A mí me llama la atención la hermana de Jovellanos del que se sabe mucho, pero poco de esa hermana que vivía a su lado, o más bien, detrás de él, en un siglo presumiblemente de “las luces” y afrancesado. Pero ella fue una mecenas y buena escritora que tuvo que amoldarse a su tiempo. ¿Qué pueden aportar esas autoras en la actualidad? Constituyen un ejemplo de saber estar, y de valentía para realizar lo que más les gustaba, que era escribir, aunque no fuera una función ni una tarea propiamente femenina. Lo hacían bien e intentaron dejar huella en otras mujeres. Necesitamos más tiempo para comprobar si fructificó ese embrión femenino. También trata a alguna comediógrafa e, incluso, actrices. ¿A quiénes destacaría en este apartado? La Calderona tiene una vida convulsa y en su devenir por el siglo XVII se pierde o que es propio de su persona y del personaje. Parece la protagonista de una comedia de Lope que salta de las páginas al escenario o quizá sea que resultaba tan curiosa e independiente su forma de estar en esa centuria que sirvió de modelo para algunas heroínas de nuestros más famosos comediógrafos. “Benito Pérez Galdós es el fotógrafo del siglo XIX y principios del XX”Aunque en su libro predominan las mujeres, también estudia a varios escritores. ¿Qué tiene de especial Benito Pérez Galdós para incluirlo en su trabajo? Desde mi punto de vista, es el fotógrafo del siglo XIX y principios del XX. Poco le podía ofrecer su isla originaria, parece, que se vino a pasear, y nunca mejor dicho, a pasear por Madrid como todos los caracteres de sus libros. Nos los creemos tanto porque para mí es el cronista decimonónico, podría resultar una piedra en el zapato por lo incómodo de sus argumentos, su crítica y sus descripciones. Y además, creo que ha sido el antecedente de otros “fotógrafos” literarios como Cela. ¿Qué similitudes encuentra entre la literatura de Camilo José Cela y la de don Benito? Me parece que ambos hacen de Madrid un mito, aunque según los especialistas en Mitocrítica cultural, una ciudad nunca puede ser un mito. Hecha esta salvedad, soy de la opinión, que la capital deviene en un ser con vida propia, con sentimientos e ideología muy particulares que funciona como atracción de personas venidas más allá de sus límites geográficos. Ambos llegan a Madrid para deambular y a través de su mirada obtenemos la radiografía de la ciudad. Son acerados en su estilo, en apariencia naturales y siempre fieles a sus respectivas personalidades. Hay dos poetas a los que trata en su libro especialmente. Federico García Lorca y Miguel Hernández. ¿Qué significaron en la literatura española? Hubo momentos y circunstancias diferentes. A ambos les unió en la distancia el conflicto cainita que vivieron desde distintas ciudades y con diferente final, pero en esencia compartían un deseo extremo de libertad y lo plasman en su obra. Desde mi punto de vista, los dos son ineludibles en el estudio de nuestro país desde muchos aspectos no solo el literario: representan formas de afrontar la vida y de relacionarse con sus coetáneos, maneras de responder a las agresiones físicas e ideológicas. ¿Hubo mucha rivalidad entre ambos? Creo que ambos se complementaron más que rivalizaron. Si unimos la obra de uno y de otro tenemos el caleidoscopio completo de la España de los años 30. La poesía no puede competir entre sí. La poesía nace del alma sufriente o placentera y ellos lo supieron expresar según las vicisitudes de su momento particular. En cualquier caso, yo los veo como poetas vitalistas, inagotables.
Respecto a la literatura contemporánea se detiene en el papel de Carmen Martín Gaite. ¿Qué destacaría de ella? ¿Qué influencia ha tenido en nuestra literatura más reciente? He dedicado un tema a esta escritora por la relación que mantuvo con la ciudad de Nueva York y con la obra que se derivó de su estancia Caperucita en Manhattan. Como he dicho antes, este libro pretende reunir dos aspectos de nuestra cultura, el cine y la literatura; de ahí que me interesa relacionar películas que tienen conexión con obras literarias: Los años bárbaros, La lengua de las mariposas, Mujeres al borde de un ataque de nervios…en todas ellas encontramos elementos comunes a las obras que he seleccionado. Para finalizar, hace un estudio de la novela histórica española actual. ¿Qué pujanza tiene este género literario? Siempre ha gustado la novela histórica y creo que a un público muy variado. Los historiadores aceptan a regañadientes este género porque consideran que bastardizan la historia que la camuflan y que en definitiva la fantasean. Es lo que tiene cuando alguien escribe sobre historia, la posición que adopta es de cronista, novelista, crítico… Tiene éxito el género por el estilo y la técnica que adoptan los escritores y las escritoras, por supuesto. Se detiene en la literatura de Vic Echegoyen. ¿Qué destacaría de su obra? Considero a esta novelista una de las mejores escritoras (incluyo a escritores también) de novela histórica. Su forma de contar la historia, hace que el lector se enganche hasta el final y las descripciones junto con la presentación de los personajes son muy plásticas y visuales. El lector se mete en el cuadro y ya no puede salir. ¿Qué opinión tiene de “Resurrecta” su última obra publicada? Ha sido una de mis lecturas favoritas este año. Y la he recomendado a quien me ha pedido una lectura. Me parece la más original de las que ha escrito la autora. Yo me metí en Lisboa en 1755 y ya no salí hasta la última página, me hice amiga de sus protagonistas, olía el humo de los incendios y me ahogaba con la subida y bajada del río; sentí de todo sin posibilidad de parar. Como digo, más que recomendable. Puedes comprar el libro en:
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