En 1986, obtuvo el Primer Premio Andaluz de Poesía Antonio Machado, año en el que publicó su primera obra, Lino blanco (Cuadernos de Parasol). También es autora de Cetro de espiñas vivas (Tulipa Editora, 2019), escrito en gallego y en farsi, y de Tierra amada. Espíritu de perfección, con una versión únicamente en español (Vive Libro, 2014), una en esta lengua y en las de inglés y árabe (Nueva Estrella, 2019) y otra en árabe y castellano (Editorial Diwan, 2020). Aparte del Antonio Machado de 1986, María Victoria Caro ha obtenido muchos otros galardones en justo reconocimiento a su trayectoria, reflejando su personalidad polifacética, inquietud intelectual y espíritu solidario. Como ejemplos a mencionar, entre otros, está el Primer Premio Día Internacional de la Mujer, el Premio Clara Campoamor por los Derechos de la Mujer, el Premio Internacional Martin Luther King, la Medalla al Desarrollo Cultural y su nombramiento, en dos ocasiones, como Doctora Honoris Causa. Además, es Embajadora de Palestina por la Fundación Comité de Apoyo al Pueblo Palestino (CAPP). “Tierra amada. Espíritu de perfección” es un viaje espiritual de conocimiento y descubrimiento desde la autora misma, cuyo interior representa ir desde el centro de la Tierra, hacia las estrellas. Una reflexión contemplativa sobre el Ser desde una perspectiva mística cristiana, sefardí y musulmana, que profundiza en ideas como las del eterno retorno, de la circularidad del tiempo, el amor y la sensualidad. La obra está traducida al árabe por Saiid Alami (en la parte del poemario) y por Ahmad Yamani (en los prólogos y en los epílogos), y al inglés por Anthony Michael Wilson, escritor y profesor del British Council, marido de Caro Bernal. ¿Qué le inspiró a escribir Tierra amada. Espíritu de perfección? La experiencia de mi realización espiritual y el amor. Como sabe, este poemario está estructurado en cuatro partes. La inspiración no es la misma en las diferentes partes ni en todos los poemas de cada parte. Philopoesía, Unidad religada, Ramificados y Noche de poema. Los nombres de estos apartados son explícitos. Hay un crescendo en intensidad metafísica. En el libro se basa en los versos de Santa Teresa de Ávila, de San Juan de la Cruz y de los sufíes, practicantes de una variante mística del islam. ¿Considera que hay bastantes semejanzas entre las religiones cristiana y musulmana? ¿Ha pensado también en otros referentes de la literatura y de la filosofía a la hora de escribirlo? Decir que esté basado en alguien es excesivo, porque no lo he hecho jamás, por lo tanto, es falso que este libro se base en Santa Teresa de Jesús. Ella quiso ser llamada Teresa de Jesús, no “de Ávila”. Tampoco está basado en San Juan de la Cruz ni en los sabios sufíes. Jamás me he inspirado en sus escritos o en los poemas de nadie. Lo piense usted o lo diga quien lo diga. No necesito basarme en lo que haya escrito alguien, con todo respeto por lo que ellos escribieron y mi más intenso cariño y gratitud hacia ellos, que lo hicieron con muchísima más calidad que yo en todos los sentidos, forma y fondo. En “Tierra amada. Espíritu de perfección” cuento sobre mí y mis experiencias metafísicas de la única manera que he podido expresarlas: en poesía. Acepto que pueda haber similitudes coincidentes con poemas persas, orientales o cristianos. No porque yo me haya basado en ellos, sino porque puedan estar referidos a experiencias de la conciencia parecidas. Contestando a su primera pregunta: sí. Las grandes religiones tienen grandes semejanzas, afortunadamente. La más hermosa es el amor a Dios y el amor a la humanidad, a su imagen y semejanza. ¡Qué gran misterio y realidad! No encuentro mejor manera de llevar a cabo este y otros preceptos, sino la de respetar y hacer respetar los derechos humanos, que da plenitud viva a la práctica religiosa en la sociedad y entre los pueblos. La respuesta a su segunda pregunta es: no, en absoluto he pensado tampoco en otros referentes de la literatura ni de la filosofía a la hora de escribir “Tierra amada. Espíritu de perfección”. Quien quiera comparar, que lo haga. Está en su derecho. ¿Se considera usted una persona mística? Yo sé quién soy yo. No necesito etiquetas. Está dicho en mis poemas. Me defino en ellos y en el título del libro. Hay críticos literarios que han señalado que mis poemas son místicos. Les quedo muy agradecida. No me ponen ninguna medalla con ello, porque los méritos no serían míos. La modestia me pone en mi lugar. Yo no tengo que decir si lo son o no. Quienes quieran investigar, que investiguen. He pasado dos tercios de mi vida buscando personas parecidas a mí, con experiencias parecidas a las mías. Sigo buscándolas, son escasas. ¿Escribir este libro le ha hecho plantearse algún otro horizonte intelectual? ¿Ha encontrado respuestas o le ha generado nuevas preguntas? Gracias a este libro me comunico con el otro. Me hago más visible. Yo no me sirvo de él para que me lleve a otro horizonte intelectual, que no sea el de comunicar lo que anhelo. Quiero que el libro sea conocido, porque desvela misterios que, sin duda, sirven para el desarrollo personal de quienes lo lean. Para eso, no para mi provecho intelectual o material. Los beneficios de todos mis libros, y los de la Colección Voces Amigas, van periódicamente al Campamento de Refugiados de Rafah, en la Franja de Gaza, frontera con Egipto. Mis libros, yo, y otros autores, somos solidarios con el pueblo palestino y la Causa Palestina. Así que otro horizonte intelectual sería la poesía social, pero el punto de apoyo no es este libro. Ese impulso también viene de mi conciencia sobre el ser humano y su trascendencia inmaterial. Sobre su segunda pregunta, este libro no me da respuestas a mis nuevas preguntas ni tampoco me ha generado nuevas preguntas. A mí este libro me hace recordar. “Tierra amada. Espíritu de perfección” me sitúa en mí. Espero que a las lectoras y los lectores sí le faciliten respuestas, pero no me preguntan casi nada. Será que dan por hecho que saben sobre lo que están leyendo, o les llega de un modo sutil. Está bien. ¿Si tuviera que reflejar su obra en otra faceta cultural, qué ámbito elegiría: la música, la pintura, la escultura, la escena o la filosofía? En lo que me siento menos formada es en la música, aunque hace muchos años, cuando tenía 17, aprobé el primer curso de solfeo en el Conservatorio de Málaga. Entonces estudié algo de piano y guitarra. No perseveré, porque me imbuí en los estudios de arte dramático. Después, vendría la pintura y el modelado y, finalmente, la filosofía. Puedo manejarme bien en estas artes, porque no me son ajenas. La filosofía tampoco me es ajena. Mi preferencia siempre ha sido el platonismo y el neo platonismo. En su poemario, establece una fuerte conexión entre la espiritualidad y la sensualidad. ¿Por qué cree que esta última idea se ha banalizado tanto en la sociedad? No es cierto que haya esa conexión, aunque pueda parecerlo. Disculpe. Puede ser que las palabras parezcan decir lo que no dicen, o las imágenes que transmitan estén limitadas a la experiencia del lector. En realidad, no hay esa “fuerte conexión” de la que habla. No hay ninguna en realidad, sino por recreación de las palabras que se quedan escasas de concepto al contar las experiencias metafísicas de la conciencia. Puede ser que se vea esa aparente conexión en mis poemas, pero son interpretaciones ajenas a mí y a la mayoría de los poemas de “Tierra amada. Espíritu de perfección”. Sé que es inevitable, pero quienes vean eso no es que banalicen la espiritualidad, es que se quedan muy cortos ante la realidad metafísica y de conciencia humana. Posiblemente estén inmersos en lo sensible y material. Eclipsados con lo que los sentidos tamizan. Cada cual ve lo que puede, y hasta donde puede, desde su experiencia de vida. Como la espiritualidad está directamente relacionada con las religiones, es inevitable que en las sociedades occidentales, tan envanecidas por los saberes científicos y teóricos logrados, se vea la espiritualidad de forma despreciativa o se aparte simplemente de entre los temas de interés, por soberbia o por falta de una conexión profunda con nuestra verdadera identidad. ¿Ha tenido algún apoyo institucional para la publicación de su libro? No. Jamás he recibido ningún apoyo de ninguna institución para ningún proyecto, ni para publicar este libro ni ninguno. Ni la he pedido, ni falta que hace. La edición de mis libros siempre ha corrido por cuenta de las editoriales, como debe ser. Han confiado en mí, cosa que agradezco, y yo en todas ellas hasta hoy. Les estoy muy agradecida. ¿Considera que la poesía está en auge en España? Sin duda, la poesía está en auge en España y en el mundo. También lo están la novela y el ensayo. Me alegro mucho de ello, y más de que la literatura feminista también esté en auge en todo el mundo. Las mujeres estamos ocupando nuestros puestos dentro de la literatura, las ciencias, la política y las artes. Me congratulo de ello. Es bueno para todas y todos. Tenía pensado publicar un poemario contra genocidios. ¿Cómo va el proyecto? Está casi terminado. Finalmente serán dos libros. Pronto los veremos. Pienso que como es una poesía más social que filosófica, su captación puede ser más fácil. 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