Otro libro de calidad destacada presentado por la editora andaluza, que cuida el estilo y el fondo de forma extraordinaria. El tema y el asunto tratados son de primera magnitud; ya que la emperatriz de Roma está de actualidad, por haberse publicado diversas obras sobre ella, inclusive novelas históricas muy documentadas. Estamos ante una mujer con una más que acusada personalidad, que se matrimonia con uno de los emperadores por los que siento mucho interés, ya que se trata de un emperador romano que acredita, paradojas de la historia, el triunfo, grosso modo, de la fenecida Cartago sobre su atávica enemiga de Roma; ya que el emperador citado Septimio Severo habla el idioma de los púnicos, reivindica su historia y loa la tumba y la fama de Aníbal Barca “el Grande”. Hace tres años la figura imperial de Julia Domna fue sacada del ostracismo olvidadizo de la historia por una novela histórica que la definía. Además, un servidor ha publicado un trabajo, documentado en varios capítulos, en la revista del Colegio de Médicos de la ciudad leonesa de Salamanca. Francesca Ghedini es una estupenda arqueóloga italiana, que se ha acercado, con todo rigor, a esta figura de la Antigüedad de Roma, madre, asimismo, de Caracalla y de Geta. La propia editorial nos acerca al personaje. “En los años setenta del siglo II d.C. nace en Emesa, pequeña ciudad de Siria, una niña que protagonizaría durante más de veinte años la historia del Imperio romano. Su nombre: Julia Domna. El ambicioso padre, gran sacerdote del dios Sol, la entregó como esposa aún en plena adolescencia a un hombre mucho mayor que ella, Septimio Severo, llamado a ser Emperador de Roma. Julia Domna abandonó patria, parientes y amigos y marchó al encuentro de su nueva vida, que le reservaba grandes honores pero también dolores, a los que se enfrentó siempre con fuerza y determinación de carácter. Supo moverse entre intrigas de palacio, conjuras, venganzas y represalias, y vencer siempre a la adversidad, refugiándose en sus amados estudios o jugando la carta de una centralidad pública que nadie pudo cuestionar: la niña crecida entre los fastos de una floreciente ciudad de Oriente Próximo se había convertido en cabeza de una dinastía que, con diversa fortuna, mantendría el poder supremo durante más de cincuenta años. A través de una paciente revisión y exégesis de las fuentes literarias, epigráficas y monumentales, este volumen cuenta su historia, hasta el trágico epílogo”. Julia Domna fue ya polémica en su época, y consiguió ganarse la admiración o el rechazo de sus contemporáneos. La emperatriz fue una de las mujeres más poderosas de la Roma de los siglos II y III d.C. Tras el fallecimiento del emperador-filósofo Marco Aurelio, y de su atrabiliario hijo Cómodo; como casi siempre, Roma intentará arreglar sus problemas socio-políticos con una nueva guerra civil; de resultas de la misma saldrá a la luz del poder una nueva dinastía, la de los Severos, fundada por Septimio Severo, ya casado con la sacerdotisa Julia Domna desde el año 187 d.C. Francesca Ghedini ya tiene la base esencial, es decir los cimientos para comenzar a edificar toda la narración del resto de la obra. En este volumen se analiza, de forma pormenorizada, no solo su devenir vivencial como esposa del gran emperador Septimio Severo, sino la gestión del poder que poseyó, sensu stricto, en unión de sus dos hijos Caracalla y Geta. Asimismo, se analiza como influyó, de forma inequívoca, sobre las otras mujeres de la dinastía llamadas Julia Soemia y Julia Mamea, quienes también dirigieron el poder bajo sus respectivos hijos imperiales llamados Heliogábalo y Alejandro Severo. Estamos en una dinastía en la que el rol de sus féminas impera de forma más directa, y eran quienes gestionaban el poder. El libro es magnífico, no solo por el conocimiento profundo, que la profesora Ghedini tiene sobre la emperatriz, sino por el estilo narrativo ameno y grato que va desarrollando la historiadora, casi se podría decir que es una extraordinaria novela-histórica. “A estas alturas no nos queda sino preguntarnos cuál pudo ser el papel desempeñado por Julia Domna en la elaboración pública de su imagen; y la respuesta no es fácil, ni tampoco automática. Las fuentes no indican si había alguien en la Corte encargado de diseñar los mensajes que debían explicitar las decisiones del emperador, lógicamente siempre de acuerdo con este y sus más estrechos consejeros. En lo que se refiere a la amonedación es posible suponer que existiría un rígido control sobre las representaciones e imágenes, por cuanto el numerario llegaba a todos los estratos de la población, y era el medio más eficaz para construir en breve tiempo la imagen oficial de la familia imperial. Los cuños de la ceca de Roma debían ser controlados directamente por el emperador o sus delegados, mientras que los de las cecas provinciales tendrían más margen para inspirarse en cultos y tradiciones locales, aunque sin separarse mucho de las líneas oficiales de la propaganda”. Inclusive la profesora Ghedini consigue acercase hasta a los aspectos más íntimos de la vida de Julia Domna, realizando un análisis exhaustivo de los documentos de que se dispone sobre la emperatriz, pudiendo realizar conjeturas sobre aquellos hechos de los que se dispone menos información, lo que demuestra, de forma fehaciente, el profundo conocimiento histórico que posee la arqueóloga italiana sobre esta mujer. También realiza, al final de la obra, un estudio de primera mano sobre Julia Domna basándose en las estatuas, monedas o relieves, que sirve para que los lectores puedan conocer, de primera mano, la apariencia oficial y pública de la emperatriz Julia Domna y, sobre todo, el lugar de poder que ocupó en su época. Para terminar deseo indicar, de forma taxativa, que el libro es una auténtica delicia dentro del mundo de la historia, y esta biografía de Almuzara consigue colocar en su época, cual fue la vida de una de las mujeres más esenciales e importantes de toda la Historia de la Antigüedad. Este libro biográfico es una obra de referencia, más que necesaria, para conocer todo lo que fue el Imperio de Roma, en esta dinastía de los Severo. Mi mayor felicidad y congratulación para la obra y para la editorial. ¡Sobresaliente! «Ut eo iure quod plebs statuisset omnes quirites tenerentur». Puedes comprar el libro en:
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